Capítulo 7

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Disculpen por tardar en subir <\3 justo ahora me juntaron física y biología y debía ponerme al tanto en clases si quería pasar. Pero aprovecharé que estoy de vacaciones por una semana para escribir. <3

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Salir no les fue difícil, los Du Couteau deberían pensar seriamente en un cambio de guardias.
Ambos caminaban entre las callejuelas húmedas gracias a la suciedad de las alcantarillas, la luna les acompañaba con su luz en el trayecto.
Lo alto del castillo se podía ver entre los edificios, un paisaje que Talon detestaba, como todo Noxus en general.
Una tras otra y tras otra calle que recorrían, el sonido de sus pasos era lo único que les acompañaba. El castaño se detuvo en un callejón frente al castillo, se recargó en la pared y se dedicó a observar cuidadosamente los alrededores.

—Hay seis guardias en la entrada principal, dos rondan los jardines de frente y supongo que habrá el mismo numero por la parte trasera y los laterales.— Su mirada recorrió los pisos. —Tendremos que entrar por el frente, hay una entrada al sótano desde la prisión y se exactamente como llegar.

—¿Una carnada?

—Y serás tú.

El moremo, dudó unos segundos. Asintió con la cabeza tras pensarlo un poco más.

—Es la forma más rápida de entrar, ¿Pero y si sale mal?

Los ojos rojizos del castaño miraban cada rincón del edificio; izquierda, derecha, sus ojos iban en todas direcciones buscando una forma de responder la pregunta anterior.

—Tengo una idea mejor... Lo de la carnada deberá ser más adelante.

—¿Cuál es tu plan ahora?

—¿Aun puedes llamar a los entes del Vacío?

—Sí, ¿Por qué?

Los labios del asesino se curvaron.

—Espera aquí.

—¿Bien...?

El moreno arqueó una ceja.
Talon salió del callejón, casi agachado y con un silencio anormal, si él no hubiera avisado que se iría era seguro que ni él se daría cuenta.
Llegó hasta el borde del castillo, pudo notar como el castaño buscaba a su alrededor si alguien le había visto, una vez que se aseguró de que no había nadie, saltó la barda y se ocultó entre la hierba.
El guardia estuvo a punto de descubrirlo, pero en un parpadear de ojos, aquél hombre ya no se encontraba. Una pequeña sombra se logró ver en dirección hacia la derecha, justo donde él estaba observando.
Talon había regresado a toda velocidad.

—Algunos guardias son granaderos, tienen explosivos lo suficientemente buenos como para crear otra entrada o, en nuestro caso, distraer.

—Vaya, así que ese es tu plan.

—Si no te parece, arreglatelas solo.

El profeta rodó los ojos.

—Bien, ¿Y como lo harás?

—¿Te importa que uno de los entes que llamas actúe como suicida?

—No viven mucho así que realmente no importa.

—Llama a uno.

Malz tronó los dedos un par de veces, aquél sonido pareció llamar la atención de un pequeño bicho purpura. Lo cargó entre sus brazos, acarició un poco lo que parecía ser su cabeza y lo volvió a dejar en el suelo frente al asesino.

—Lo lamento pequeño.— Susurró al ver que un explosivo había sido amarrado a su espalda.

El castaño asintió; el moreno extendió un brazo y señaló la entrada del castillo, aquél pequeño ente siguió las ordenes y fue a toda velocidad hasta la entrada no sin antes hacer que Talon quitara una hebilla que activaba la granada.

—Acerquemonos, por ahí debemos entrar.— Talon ordenó en voz baja. Tomó inconscientemente la mano ajena y avanzó a paso acelerado hasta el final del callejón. Ambos se pusieron de cuclillas tomados de las manos.

Sin pensarlo, ambos entrelazaron los dedos cuando el ente subía los escalones.

Los guardias se acercaron curiosos al bicho, justo cuando notaron el explosivo en su espalda. Detonó.

—¡Ahora!

A toda prisa corrieron hasta la entrada, la cual estaba cubierta de polvo provocado por la explosión. Saltaron hasta la entrada.

—¡Instrusos!, ¡Es un ataque, protejan al general!

—¡Por aquí!—. El castaño haló de la mano del moreno hacia la izquierda.

Ambos mantenían una velocidad. Malz desenfundó el pequeño cuchillo que guardaba como recuerdo, Talon preparó la espada de su brazo derecho.
Guardias se veían ir hacia ellos, intentaban rodearlos.

—No puedo llamar muchos entes, si lo hago solo servirán como distracción. Los que puedo llamar no atacan.

—Los necesitaremos después.

—¡Talon, nos están rodeando!

—Es en el sótano.

—¿Me estas escuchando?

El castaño se detuvo con un derrape de pies, gracias al agarre que aún se mantenía, Malz paró de la misma forma.

—Guardé algunas.— Agregó el asesino mientras quitaba la hebilla de otra granada con la boca. La lanzó a sus espaldas obligando a los perseguidores de atrás, detenerse. —Mantente atrás de mi.— El agarre se soltó.

—Estás demente.

—Ja, mira quien habla.— Malz respondió con una risa burlona.

Talon comenzó a correr, tomó bastante velocidad como para rebasar por bastante al profeta.
En un segundo, este dio un salto mientras giraba. No tocó el suelo pues pareció haber desaparecido con un circulo de navajas a su alrededor.
Éstas se mantuvieron en el aire unos segundos, con el paso de los segundos comenzaron a girar como ventilador. Y en un abrir y cerrar de ojos Talon volvió a aparecer frente a los guardias, se abalanzó hasta a uno con su espada apuntando a la cabeza.
Antes de que el primero cayera muerto al suelo, Talon pareció teletransportarse detrás de unos de los soldados que estaban en medio; el circulo de cuchillas regresó hasta él, todos los guardias que había dejado detrás de él cuando degolló al soldado del centro, cayeron al suelo gravemente heridos e incapaces de levantarse. Pero aun no terminaba el ataque del Noxiano.
El milésimas de segundo, giró para ver de frente a un soldado aquél que iba detrás del chico del centro, no tuvo tiempo de reaccionar; el castaño lo había atravesado completamente con la espada, aunque no llegando a matarlo pues lo había dejado desangrarse en el suelo.
Los soldados que rodeaban a éste, se negaron a atacar y algunos comenzaron a correr con temor de morir. Talon lanzó tres cuchillas frente a él, por un segundo se quedaron girando haciendo que los que pasaran, se desmembraran al intentar escapar. Finalmente las cuchillas volvieron a él, abriendo paso libre a ambos chicos.

—¡Quien juega con fuego...!—. Gritó con una sonrisa de victoria en su rostro.

—Ya está hecho.— Respondió el moreno.

Sin detenerse siguieron corriendo hasta lo que parecía ser el sótano del castillo. La prisión.

Infiltración. || Talon x Malzahar. [ F I N A L I Z A D A . ]Where stories live. Discover now