Capítulo 8

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No, no morí. He vuelto >:v a actualizar todas mis historias. (Menos la de Jack, esa no alv) [?]
———

—Eres muy lento.
—Tch, cállate.
—¿Qué, es verdad?
—Entonces cargame.
El castaño lo miró con burla.
—Lento.
—Imbécil.

Ambos se miraron a los ojos tras una breve "discusión", una mirada de apenas unos segundos que ambos rompieron gracias al sonido de los presos torturados en busca de ayuda.

—Hay un sótano aun más abajo, jamás me interesó pasar hasta ahí. Probablemente ahí esté e laboratorio.- El moreno guardó silencio, inexpresivo miraba al frente.— ¿Te sucede algo?
—¿De verdad se puede confiar en un ángel caído?
—Tratandose de Morgana... Sí.
—¿Cómo estás tan seguro?
—No, no estoy seguro. Pero si hay una pequeña probabilidad de que recuperes tu magia, hay que arriesgarse.
—Mortales, no los comprendo.
—Ay, callate. Justo ahora no eres más que un simple loco sin poder.

Ambos, siguieron el camino.
El profeta, intentó ser lo más discreto posible al mirar su propia mano, aquella que se había mantenido al tacto del asesino.
Éste, se percató de la mirada del moreno.

—¿Que tanto miras?—. Preguntó mientras se cruzaba de brazos.
—Lo tarado que eres.
—Mira quien habla.
—¿Mira quien habla? Tu fuiste quien cayó por un portal al Vacío.
—Y tu vives con tu peor enemigo.
—Al menos yo sé donde se encuentran mis seres queridos.
—¿Eso que quiso...?—. Se interrumpió a si mismo. —Tu ganas.
—Vienen más detrás.
—Lo sé, no saben callar.
—¿Pelear?
—No, hay que ocultarnos. Ya que estamos dentro somos blanco fácil.
—Tu eres el genio.
El castaño bufó.
—Ya pensaré algo sin tantos testigos, son fácil de manipular por un poco de comida.— Los rojizos ojos del castaño recorrieron el pasillo. Un lugar oscuro y desgastado que apestaba a madera podrida y sangre; el techo parecía que en cualquier momento se iría abajo para poner fin a la tortuosa vida de los presos. Talon inhaló aire. —Éste lugar me recuerda a mi adolescencia; tantas veces que estuve aquí.— Agregó sonriente.

Malz rodó los ojos.

—¿Y el plan?
—¡Todo aquel que quiera un poco de agua extra en el menú de esta semana, golpee contra el techo tanto como pueda!—. Gritó.

Los reos que aun tenían fuerzas siguieron las ordenes. Aquella humedad pondría fin a su tortura como también les darían un poco de tiempo a ambos castaños.
La mirada azul del moreno se mostró confusa hasta que el techo comenzaba a colapsar.

Ambos corrieron en la misma dirección; para mala suerte del profeta, el no usar mucho sus pies le afectó esta vez. Resbaló, pero antes de que se diera cuenta, unos brazos amortiguaron la caída, al mismo tiempo que lo levantaba.

—¡H-Hey, seré príncipe pero odio ser cargado!
—Tch, no confío en tus pies justo ahora... ¿Has pensado comer?, Kat pesa más.
_¡Calla!

El asesino no puedo evitar reír.

El techo se desplomaba poco a poco, reos del segundo piso salían libres en dirección contraria a la de los chicos, así impidiendo visión de sus perseguidores y sobre todo el paso de estos.

—Los laboratorios no deberían de estar muy lejos. Swain seguro usa a los prisioneros para experimentar.— Bajó al profeta con delicadeza.— Quizá un piso mas abajo lo encontremos pero...
—Habra guardias alertas, ¿No?
El castaño asintió con la cabeza.
—Tenemos que darnos prisa y encontrar esa maldita versión.
—¿Iremos más abajo?—. Preguntó el profeta mientras avanzaban. El asesino no respondió. —Hola,— Pasó la mano frente a los ojos del asesino que miraban el suelo. —Vacio llamando a Talon.
—¡Shh!
El moreno levantó una ceja y quedó en silencio.
—¿Ya estan aquí? Esperaba unos minutos más tarde, después de todo se trata de el alumno de Du Couteau.— Parecía un murmullo o una voz a lo lejos. —Bien, entonces... Marcus, ha llegado tu hora.
—¿Marcus?—. El castaño abrió los ojos de par en par, su respiración se aceleró. —Tenemos que darnos prisa.
Tomo la mano ajena y comenzó a avanzar a toda velocidad.
—¿Quien es Marcus? Me estás poniendo celoso.—Bromeó.

La expresión de Talon cambió drásticamente, sus ojos dejaron de expresar sentimientos, su seriedad era como si de un asesinato próximo se tratase. Parecía desprender un aura de odio y frialdad; sin mirar al profeta siguió avanzando a paso acelerado hasta continuar por otra entrada hacia abajo.
Aún tomados de la mano, se acercaron a la puerta.

—Dos guardias vigilan las puertas.—Miró a su alrededor en busca de algo que pudiera lanzar.
Un pedazo de madera fue lo único que encontro, la rodó hasta medio pasillo.
Un guardia suspiró. —Es mi turno de asustar a los ratones, ¿Verdad?
—Seh.

El hombre se acercó, Talon lo veía todo a cámara lenta desde las paredes. Castaño, alto, joven de no mas de 19 años con ojos azules. Ojos que se llenaron de terror al encontrarse cara a cara con el castaño.
Una cuchilla atravesó su cabeza matándolo al instante.

—¿Ray?—. Preguntó el otro guardia que se acercaba al notar un extraño movimiento del chico antes de colapsar. —Mierda, mierda.—Comenzó a retroceder listo para advertir que ya estaban ahí, en un abrir y cerrar de ojos Talon estaba sobre él. Cubrió su boca con una mano y comenzó a susurrar sobre su oído.

—¿Qué hace Swain con el general Du Couteau y hace cuanto que está aquí dentro?
—¡Él está muerto después de una semana que Swain lo capturo!, ¡Talon, dejame vivir, tengo familia!
—Tailor, ¿Verdad?... Él era mi familia.
Cortó la garganta del guardia dejando que éste muriera lentamente sin poder pedir ayuda.
—Ahora hay dos cosas por hacer, ¿Verdad?
El castaño asintió mientras tomaba los cuerpos de los guardias muertos para sentarlos en las sillas que velaban las puertas.
—Quiero confirmar que él estuvo aquí, necesito información certera para Kat y Cass.
—¿Y como entraremos? No sabemos que hay detrás.
—Yo siento que ya no tengo razones para no morir.— Tras decirlo, abrió las puertas dispuesto a entrar. —Desde pequeño nunca tuve nada, —Lanzó cuchillas a los soldados que se aproximaban a él. —Robaba por sobrevivir, mi mejor amigo me culpaba de sus idioteces... ¡Maté a mi mejor amigo!— Gritó regresando las cuchillas para acabar con la vida de aquellos que decidían ir en su contra. —Él vio potencial en mi. Me venció, me perdonó la vida, me dio un techo, me dio comida, una familia y trabajo... Y ahora...
—Y ahora te enteras que murió.— La voz de Swain terminó la frase. —No esperaba que fueras tan cursi, Talon.
—Malz, ve a buscar la versión correcta de la granada.
—¡Idiota!, ¡Puedes morir!
—Ya realmente no me importa.
Las dagas llenaron sus nudillos mientras el hombre se levantaba del asiento donde los esperaba cómodamente.
—Ignoren a éste, vayan tras Malzahar.

Infiltración. || Talon x Malzahar. [ F I N A L I Z A D A . ]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt