Capítulo 5

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—Ese tipo...
Los golpes a la puerta se hicieron más fuertes.
—Talon, abre la puerta. De lo contrario entraré por la fuerza y te arrestaré a ti también.
—El balcón, el balcón.— Susurró el castaño mientras movía el ropero frente a la puerta, aunque a una distancia separada de ahí.—¡Rápido!
El profeta se acercó dudoso al cristal. Talon mantuvo el mueble a una corta distancia de la puerta.
—¡Maldición!— Gritó el comandante mientras tumbaba a hachazos la puerta. Miro frente, el asesinó pateó el mueble obligando a que el otro noxiano desapareciera.
Se giró rápidamente y saltó hasta el jardín tomando de una mano a su compañero.
—Tenemos que volver a Icathia.— Dijo mientras mantenía una velocidad constante.
—En ese caso abriré un portal.— Extendió sus brazos a la par que un agujero se abría frente a ellos.
—¡No!
Una parvada de cuervos acompañados de una granada hextech en la cercanía anunciaron la llegada de alguien más.
—¿Qué?... No puedo, ¡Talon, no puedo!
El castaño notó algo aun mas raro, el moreno había dejado de estar elevado desde que la granada cayó cerca.
—Magia y tecnología en un artefacto. Anulé la magia en cualquiera de los cuerpos cercanos a esta pequeña granada, increíble, ¿No? Ahora entréguense.
—Vamos, sigue corriendo.— Volvió a tomar del brazo al chico del vacío, el jardín era un lugar bastante grande, pudieron observar algunos pequeños ejércitos detrás de ellos.
Al llegar al extremo, el castaño escaló el muro, giró y extendió su mano hacia el otro. —Rapido, debes saber escalar aunque sea a esta altura, te ayudaré a subir.
Los ojos azules miraron la mano ajena, algo lejano a su altura, retrocedió unos pasos y corrió un poco sobre la pared, sólo una corta distancia, a punto de resbalar Talon logró tomar su mano y jalar con fuerza para llegar al otro lado.
—¡Talon regresa, es una orden!— La misma voz y la misma parvada de cuervos reaparecieron tras el muro. Ambos siguieron corriendo, el castaño giró un poco la mirada hasta detrás de ellos.
—¡La rosa negra no me comanda, Swain!
—¡Entonces serás ejecutado por traición!, ¡Más tropas, procuren de que el Shurimano salga vivo!
—¿Cuánto durará?
Susurró el moreno mientras observaba su mano.
El castaño sólo siguió corriendo en silencio.
—¡Talon!, ¡Por aquí!— La voz de Riven lo hizo detenerse. Miró al frente y luego a ella, lo hizo unas cuantas veces más y se decidió a confiar.
Al seguir a la albina encontraron un pequeño callejón con una puerta metálica en un costado. Ella abrió dicha puerta y anunció que se apresuraran.
—¿Una bodega?
—La pastelería de Morgana. Hay un sótano secreto, vengan.— Movió unos cuantos objetos ubicados en una mesilla y abrió un gran cuarto escondido debajo de la alfombra. —Kat y Morgana están ahí. Confía.
Agregó al observar la mirada desconfiada de Talon. Malza, sólo miró el fondo con curiosidad.
El castaño suspiró y comenzó a bajar.
—Talon.
—¿Si?
—Si mis poderes vuelven, puedo abrir un portal hasta Icathia, pero...
—Iremos sin necesidad de ello.
—¡Pero la granada me explotó hace bastante! ¡No tengo magia, no puedo salir hasta volverlos a tener!. Soy un humano casi común, aunque mis entes siguen obedeciendo mis ordenes.
—¿Una granada?— La voz grave pero femenina de Morgana se escuchó frente a ellos, era una gran biblioteca llena de textos sobre magia y cocina.
—Sí, le lanzaron una especie de granada en colores dorados y verdosos.
—Sí, he oído de ello. Dale la razón a... ¿Malzahar? ¿El profeta? Ahora entiendo porqué te buscan.— Suspiró y se dirigió a una estantería. —No pueden salir, es un artefacto bastante caro y si lo usaron es porque realmente les preocupa que les seas una amenaza.
—No entiendo a lo que te refieres.
El castaño se quedó en silencio a escuchar la información que el ángel caído tenía para ofrecer.
—Esa granada, por medio de tu sentido del olfato, estimula el cerebro y bloquea cualquier producción de magia en tu cuerpo, en pocas palabras. Eres un humano común y corriente ahora.
—Entonces, debe haber una forma de regresar mi magia, ¿No? Si es un artefacto hextech seguro buscando en Piltover se encuentra.
—Desearía que la tuvieras más fácil, pero ya he dicho antes. No puedes salir a menos que quieras quedarte sin magia el resto de tus días.
—¿Y qué hay que hacer entonces?
Agregó el castaño que ahora estaba sentado en una pequeña silla junto a la estantería del lado contrario.
Las otras dos chicas estaban a su lado, mirando los libros sin interés aparente sobre la conversación.
—Puedo fabricar el antídoto, pero necesito el número específico de la granada. Sin la versión correcta hay muy pocas posibilidades de que encontremos la receta, y claro, no perderé mi tiempo fabricando pociones para ver si un chico que quiere destruir Runaterra recupere su magia.
—Yo no quiero destruir Runaterra... Sólo transformarla para que sea parte del Vacío.
—Malza...— Talon intentó hacer que controlará sus palabras, el moreno guardó silencio y se encogió de hombros con una leve sonrisa.
—Morgana, sólo ignoralo. Te pagaré si es necesario.
—Si se adentran al laboratorio de Noxus y salen con vida, no tengo porqué cobrar.
—El laboratorio de armas, supongo... Está en el sótano del castillo, junto a los calabozos.
El moreno notó la preocupación en los ojos del asesino, algo que realmente le parecía extraño debido al corto tiempo que llevaban conociéndose.
—No deberías preocuparte por mi. Volviendo a Icathia mis dioses me volverán a dar la magia que tenía.
"Matalos". Un coro de voces impidió que el castaño escuchara al chico a su lado.
Giró la cabeza en distintas direcciones buscando a quien producía esa voz.
—¿Talon?— La pelirroja se percató del acto inusual en él.
—¿Escuchaste eso?
—¿Qué cosa?— Preguntó la albina con la misma confusión.
—Hmm... Debí imaginarlo.
—¿Estás evitando mi comentario?— El profeta volvió a hablar.
—¿Uh?, no, no te escuché. Lo siento.
El moreno soltó un pesado suspiro.
—Volver no será la mejor idea, por lo que sé las criaturas del vacío te eligieron por tu don al predecir las tormentas de arena en Shurima. La granada hextech también detuvo ése "don", por lo tanto no serán tan estúpidos de darte magia de nuevo si ése don desapareció.
—Eso quiere decir que es adentrarme al castillo o morir, ¿No es así?
—En efecto.— Volvió a suspirar desviando la mirada, por casualidad su mirada terminó en el torso del castaño quien ahora se encontraba apoyado sobre un pilar que sostenía el techo de aquél sótano transformado en biblioteca.
Sus ojos subieron hasta su rostro, sus mejillas comenzaron a ruborizarse al verlo con la mirada perdida en el suelo.
—Aww...— Escuchó las voces de la albina y la pelirroja.
—Que lindo, ahora entiendo porque te trajo hasta acá.
—¡S-Silencio!— Sus brazos hicieron un movimiento un poco circular. Sus ojos se abrieron como platos, y bajó sus brazos para poder mirar sus manos. —Tch... Que incomodo es no tener magia.
—¿Qué se siente que nadie lo pueda tener?— Preguntó la albina con un tono burlesco.
—Agh, no te pongas a llorar porque Talon siempre rechaza a todas.— Morgana habló mientras leía un libro que sostenía entre sus largos dedos.
—Pues eso es cosa del pasado y dudo que él lo...
—¡En tu cara!

Todos apenas se parcataban de la acción que el castaño había tomado.
La bufanda del moreno ahora se encontraba en su cuello y sus ojos estaban completamente abiertos por la sorpresa. Mientras los dedos del asesino sostenían el mentón ajeno y sus labios los mantenía presionados contra los de él.

—Ahora entiendo porque rechazabas a las chicas. Me rindo.

Infiltración. || Talon x Malzahar. [ F I N A L I Z A D A . ]Kde žijí příběhy. Začni objevovat