Capitulo 21 Nunca hubo un nosotros

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Melanie Jones:Era increíble lo que estaba sucediendo, Erick los prefería a ellos por encima de mí

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Melanie Jones:
Era increíble lo que estaba sucediendo, Erick los prefería a ellos por encima de mí. Fui tan ingenua para creer que él de verdad me quería; era como todos los demás: un mimado popular que solo se interesa en sí mismo.
Todo había sido tan especial, tan perfecto entre nosotros; parecía un sueño, él era tan lindo conmigo. Según sus palabras, yo le interesaba como nunca antes alguien lo había hecho. Yo creí esa mentira, porque eso era: una mentira. Si hubiera sido verdad, no se hubiera comportado como lo hizo anteriormente, ni mucho menos habría salido con esa oxigenada mientras se suponía que había algo entre nosotros.
Lo que alguna vez fue mágico y un sueño, ahora se había transformado en una pesadilla; lo único que quiero es que esto acabe, comienzo a arrepentirme por regresar aquí, debí quedarme en Australia con mi abuela.
¿Por qué tuve que ser tan ingenua para caer entre sus garras?
Yo era la tonta niña que sería víctima y burla de él; lo único que quería era creer que después del divorcio de mis padres, aún había una solución para todo y ese fue mi error, el creer que recibiendo amor de alguien más olvidaría el dolor que sentí al verlos separados.
El amor no es más que una farsa.
Bufé y me levanté del banco en el que me encontraba, mientras me hundía en mis deprimentes pensamientos. El teléfono comenzó a sonar y lo contesté.
¿Sí? -pregunté, esperando respuesta del otro lado de la línea.
Melanie -su dulce voz me hizo sonreír, aunque ella no pudiera verme.
¡Abue! -exclamé sonriendo sin apartarme del teléfono. ¿Qué pasa?
Quería llamar a mi nieta y saber cómo estaba, ¿cómo está tu padre? -suspiré. Se fue a un viaje y regresa el fin de semana y, bueno... mi madre viene por mí hasta el domingo, así que ya te imaginarás cómo estoy.
Melanie... querida, tu padre es un irresponsable, al igual que tu madre, pero yo no puedo hacer nada, ellos son tus padres
-la escuché toser repetidas veces mientras hablaba.
Abuela, ¿estás bien? -pregunté preocupada al seguir escuchándola toser.
Sí, te llamaré después, ahora tengo cosas que hacer.
La llamada finalizó, dejándome muy preocupada por su extraña y tan reseca tos. A pesar de su edad, no recuerdo que cuando me fuera de Australia ella estuviera enferma, ni nada similar.
Algunas horas pasaron, hasta que por fin dieron las cinco de la tarde; recibí algunas llamadas por parte de Keysi, pregun-
tándome cómo estaba y por qué no había asistido al instituto; le mentí, diciendo que recibiría a mi mamá y que por esa razón no había ido. No estaba acostumbrada a mentir, y mucho menos a Keysi, que era mi mejor amiga, pero no podía decirle la verdad, o seguiría pensando que todo era su culpa.
Me recosté sobre la cama y mi celular comenzó a vibrar; extendí mi brazo derecho y lo cogí de la silla en la que se encontraba; lo miré y observé que tenía tres mensajes: uno era de Keysi, y los otros dos eran de Erick.
Hice una mueca y entré a ver qué decían los mensajes.
Mensaje de Erick: Necesitamos hablar.
Mensaje de Erick: Ahora.
Fruncí el ceño y me levanté de la cama, sentándome sobre ella, ¿de qué quiere hablar?
Observé varias veces los mensajes y no pude evitar sentir un vacío en mí; revisé los mensajes anteriores en donde me mandaba corazones y aquellos mensajes que terminaban con alguna frase como "te quiero" o "hermosa".
Pero ese mensaje era tan frío y tan seco.
Me decidí por responderle, ya que no me encontraba con ánimos de salir, y mucho menos de hablar con él.
Mensaje de Melanie: No tengo ganas de hablar contigo, si tienes algo que decirme, dilo ahora.
Esperé aproximadamente un minuto para que volviera a responderme.
Mensaje de Erick: No te pregunté si tenías ganas o no, te dije que tenemos que hablar, no te diré nada por mensaje.
Ese mensaje se me era tan indiferente...
Mensaje de Melanie: ¿Y de qué hablaremos?
Mensaje de Erick: En media hora te veo en el Café Brooks.
Había evadido mi pregunta, no quería ir pero tenía que hacerlo. Para ser completamente sincera, tenía mucha curiosidad por saber lo que quería decirme.
Me levanté de la cama y cogí un suéter que estaba al alcance; salí de la casa y pedí un taxi.
Al llegar a la cafetería entré y busqué con la mirada a Erick, encontrándolo en una mesa alejada.
Tantas cosas vinieron a mi mente al recordar que en esa misma cafetería nos vimos por primera vez cuando yo regresaba de Australia, él había pedido un mocaccino con doble chocolate, mientras que yo detrás de él, reí porque me parecía tierna la forma en la que lo hizo, entonces volteó a mirarme y, luego de cruzar algunas palabras, me invitó una bebida igual a la suya. También recordé cuando me besó por primera vez, diciéndome que yo le gustaba.
Tragué saliva olvidando todo eso.
Me acerqué hasta él y lo observé mientras jugaba con su teléfono y parecía no notar mi presencia. Me senté sobre una silla que estaba al frente llamando su atención, apartó la vista del celular y me miró.
Un chico. de aparentemente veinte años, se acercó a nosotros.
¿Puedo ayudarlos en algo? -preguntó amablemente.
¿Podrías traerme un mocaccino? -pedí y asintió con la cabeza, mientras llevaba su vista a Erick.
A mí solo tráeme agua -indicó fríamente el rubio, y el chico volvió a asentir para retirarse.
Miré a Erick y llevé ambas manos a mis rodillas para deslizarlas suavemente hacia adelante y hacia atrás, conteniendo los nervios que sentía.
¿De qué quieres hablar? -pregunté finalmente ante su silencio tan incómodo.
Suspiró y dejó el celular sobre la mesa.
¿Cómo pudiste hacerle eso a Lindsay y a las demás? -preguntó con enojo.
Ella y sus amigas llenaron a Keysi de pintura en aerosol y le tiraron sus cuadernos y la mochila al retrete -expliqué, intentando no sonar molesta al recordar eso.
¿Y? -preguntó encogiéndose de hombros. Ese es su problema, no veo por qué tenías que meterte tú.
Lo miré mal, por la forma en que estaba reaccionando. Había creído que él no era como todos sus amigos, que muy en el fondo era un chico dulce, como lo había aparentado frente a mí durante los últimos días.
¿Cómo que "y"? -pregunté molesta ante su reacción. Keysi
es mi mejor amiga y no dejaría que alguien le hiciera daño, sé que ella haría lo mismo por mí, y si alguien es capaz de lastimarla, tendrá que vérselas conmigo.
Rodó los ojos restándole importancia a lo que acababa de decir.
Eso no te da el derecho de hacerle a mis amigos algo como lo que le hiciste.
Ahí estaba el problema, creí que era importante para él, pero me equivoqué, sus amigos siempre estarían muy por encima.
Yo consideraba que un amigo estaba sobre cualquier cosa o persona, pero estaba completamente segura de que ellos no lo consideraban su amigo realmente.
Tú lo has dicho, son tus amigos, así que yo también puedo hacer todo por ayudar a mi amiga, ¿o acaso tú no harías lo mismo por Ryan? -pregunté cruzándome de brazos.
No estamos hablando de Ryan.
El problema en él era ese, que él nunca había hecho algo como eso, y por eso no sabía lo que realmente se hace por una verdadera amistad, él y Ryan habían tenido todo a su alcance, así que no sabían lo que era sufrir a manos de otros.
Ellos experimentaban haciendo sufrir a los demás.
El chico regresó con la botella de agua y el café, dejándolos sobre la mesa.
Me levanté y miré a Erick para confrontarlo.
Lo que pasa es que tú no sabes lo que es eso -llamé la atención de las pocas personas que estaban en la cafetería. Lo has tenido todo y no sabes lo que se siente ser la burla de alguien, nunca has sentido lo que nosotros hemos soportado a causa de personas como tú; estoy tan segura que si estuvieras en mi lugar, habrías hecho lo mismo, o quizás tu ego machista no te hubiera dejado, porque eres igual a todos los hombres, y no sabes lo que una persona con verdaderos sentimientos es capaz de hacer por alguien a quien quiere en verdad.
Se levantó y estrelló sus puños contra la mesa, captando la atención total de los trabajadores y clientes.
Te estás equivocando... -no dejé que terminara de hablar.
No -hablé fríamente; tú mismo sabes que ellos no son tus verdaderos amigos, y aun así los defiendes, cuando ellos jamás lo harían por ti; creí que tú podrías ser diferente, y realmente creí en todas tus palabras: llegué a pensar que eran sinceras, pero me equivoqué, yo te quería realmente, me enamoré de ti...
No me vengas con esas tonterías -interrumpió molesto. Una persona como tú no sabe lo que es eso, eres una ne...
-guardó silencio ante sus palabras.
Asentí decepcionada.
Una nerd -finalicé, tragándome las lágrimas que amenazaban con salir. Te equivocas, una nerd sabe lo que es ser humillada, utilizada, y sabe perfectamente lo que es amar, en cambio los populares como tú no saben lo que es nada de eso, lo tienen todo y no pueden ver la realidad, porque siempre serán unos hijos de papi y lo tendrán todo a su alcance, mientras que noso-
tros nos aguantamos y soportamos todo lo que ustedes nos hacen para divertirse.
El dolor se estaba apoderando de mí al asimilar cada palabra que salía de mi boca.
¡Qué horror! -escuché murmurar a una mujer.
Y lo peor de todo es que te entregué mi tiempo, mi felicidad y mi amor, porque creí que entre nosotros había algo...
¡Nunca huno un nosotros! -exclamó.
No pude reprimir ni un segundo más mis lágrimas.
Todo el tiempo que estuvimos juntos, aquellas sonrisas, sus besos, las caricias, los "te quiero", todo era falso, como sus palabras. Todo el tiempo creí algo que no era, nunca hubo un nosotros.
Lo miré sintiendo algunas lágrimas que comenzaban a caer. En aquel lugar había silencio total, él me miraba hasta que, después de unos segundos, reaccioné, me giré e inmediatamente salí del establecimiento.
Todo había sido un desperdicio, le entregué mi tiempo, ese tiempo que no regresaría y él ni siquiera lo valoró; para él no fue más que un juego, nunca significó nada.
Me sentía como una completa estúpida, quería regresar el tiempo y no haberlo conocido nunca.
Comencé a correr por las calles pensando en las palabras de Erick, recordando todo lo que pasamos, todo lo que yo creía que significaba algo, pero al final nunca fuimos nada.

You Are My Nerd [Completa]Where stories live. Discover now