Capitulo 26 Una triste verdad

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No supe en qué momento entraron todos a los salones o en qué segundo sonó el timbre, indicando el inicio de clases, lo único que sé es que perdí la primera clase, pero estuve hablando con Ryan sobre su cambio y el mío

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No supe en qué momento entraron todos a los salones o en qué segundo sonó el timbre, indicando el inicio de clases, lo único que sé es que perdí la primera clase, pero estuve hablando con Ryan sobre su cambio y el mío.
La hora del almuerzo llegó y Ryan nos acompañó. Caímos en la realidad de que todos nos miraban, fijando su total atención en la mesa en que nos encontrábamos Melanie, Ryan y yo.
Tal vez estaban confundidos porque la nerd se miraba diferente, así como en las películas, o lo más seguro era que tenían su vista fija en nosotros porque aún no podían creer que el capitán del equipo de fútbol se encontraba sentado en la mesa más alejada de la cafetería, con dos ratas de biblioteca, y sobre todo por los lentes y la ropa que utilizaba. Sí, eso era más increíble.
Esto es incómodo —murmuró Melanie, y asentí.
Yo me largo —habló Austin, levantándose de la silla para irse con su almuerzo, que consistía en un jugo y una hamburguesa.
Lo miramos alejarse hasta salir de la cafetería. También
Llevé el sándwich a mi boca y miré a Ryan observando su comida, como si se tratara de un bicho raro.
Habíamos hablado que durante su cambio, él tendría que

comer un poco más de frutas y verduras, para dejar toda la grase que le encantaba, además, decidió sentarse con nosotras porque le parecía mejor alejarse de los populares para poder transformarse en un nerd.
Pero, sin duda, lo que más me sorprendió fue que decidiera abandonar el equipo de fútbol, de hecho, me había pedido que lo acompañara en la salida para hablar con el entrenador.
Ryan —llamé su atención y me miró.
¿Qué? —guardó silencio y negó con la cabeza. Es decir… ¿Qué pasa?
Si no quieres comerte eso, no es necesario que te sigas torturando, puedes pedir una hamburguesa y…
No —interrumpió y cogió un trozo de lechuga. Esto es nutritivo y delicioso.
Se veía tan dudoso que comenzaba a creer que en el fondo no quería ser un nerd.
Keysi —habló Melanie y llevé mi vista hacia ella.
¿Sí? —dije, mientras Melanie miraba a Ryan.
No te ofendas Ryan, pero… ¿por qué te sentaste aquí?
¿Que no es obvio? —todavía se encontraban rastros de su egocentrismo— Digo… Keysi dijo que no había problema, ¿te molesta que esté aquí?
No —respondió Melanie, mientras daba un largo sorbo a su agua.
***
No tienes por qué hacerlo —negué con la cabeza, mirándolo.
Ya estoy aquí —avisó el entrenador, mientras llegaba hasta nosotros y cruzaba los brazos. ¿Qué es lo que necesitas hablar conmigo, Macleane?
Ryan suspiró con profundidad y se giró para mirarlo mientras sostenía mi mano, apretándola suavemente.
Entrenador yo… —me miró y nuevamente miró al entrenador— he decidido abandonar el equipo.
El entrenador descruzó los brazos y abrió los ojos de manera exagerada luego de escuchar eso.
¿Qué estás diciendo? —preguntó. ¿Qué clase de broma es esta?
No es ninguna broma —Ryan tenía algo que enseñarme: que podía mirar a las personas a los ojos y hablar sin sentir miedo. Abandonaré el equipo.
Estamos a una semana del campeonato.
Lo siento mucho, pero tiene excelentes jugadores que sabrán dar todo de sí, aprovéchelos y, una vez más, lo siento, es lo mejor.
¡Pero muchacho…! —intentó protestar el entrenador.
Lo siento —repitió. Debo irme.
Sin decir nada más, dio media vuelta y comenzó a caminar. Yo me quedé congelada por un momento, viéndolos a ambos, hasta que sentí cómo jaló mi brazo suavemente para que lo siguiera.
¡Espero que no te equivoques! —soltó el entrenador al verlo alejarse.
Los días pasaban, Ryan había dejado el equipo de fútbol; en los descansos, pasaba el tiempo con Melanie y conmigo. Había cambiado por completo; los maestros estaban sorprendidos porque sus calificaciones comenzaban a mejorar. Pasaba las tardes estudiando, cosa que era extraña y nueva para mí, pero me gustaba ese lado que comenzaba a emerger de él.
***
¡No puedes salir con él! —exclamó mi madre, mirándome.
No sé cómo, pero mi madre se había enterado de mi “relación” con Ryan. Lo digo entre comillas, porque realmente no sabíamos qué éramos; estaba conmigo en el receso, pasaba algunas tardes conmigo en la biblioteca y, como no estaba tan convencida de transformarlo totalmente en un nerd, porque no lo sentía muy convencido de tal, un día a la semana asistía con él a cualquier lugar que él eligiera, claro, que las condiciones eran: nada de alcohol, drogas o desnudos. Acepté ir con él a una fiesta, la cual no terminó tan mal.
El punto era que mi madre ya sabía todo y se negaba a que Ryan y yo saliéramos. Había estado toda la tarde regañándome y diciendo que no podía salir con él.
¿Y por qué no? —pregunté por enésima vez, sabiendo que no tendría respuesta.
¡Porque es el hijo de los Macleane! ¿Acaso ya olvidaste lo
que pasó en la fiesta? —preguntó alterada. ¡Esa mujer me hizo

You Are My Nerd [Completa]Where stories live. Discover now