Cuarta parte.

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Los ojos azules observaban impacientes a lo verdes, mas éstos se encontraban ocupados viendo la pequeña y brillante esfera negra, tratando de captar todos los detalles posibles.

—Harry... —murmuró Tom molesto.

Odiaba ser ignorado, y más si se trataba del azabache.

—Sólo tres minutos más —contestó el ojiverde entretenido.

—¡Llevas más de un mes viendo eso! —La molestia de Tom era más que clara, cualquiera que pasara por afuera de la habitación se daría cuenta de eso, sin necesidad de ver más y trataría de alejarse de ésta tan sólo sentir la tensión que guardaba dentro— ¡No has dormido bien y no me iré hasta que lo hagas!

—En las noches las cosas son más claras y completas, usualmente son sólo fragmentos. En las noches no —susurró Harry anotando algo en un cuaderno que el mismo Tom había hechizado para él—. Oh, y trata de no caerte cuando...

Un golpe seco se oyó por toda la habitación. El ex Gryffindor soltó un suspiro pesado, dejando el cuaderno a un lado suyo, junto con la esfera, tratando de olvidar la visión de los ojos de Tom mirándolo con completo enojo.

—¿Te encuentras bien? —preguntó acercándose al ojiazul.

—¿Por qué no lo ves en tu esfera? —gruñó Tom sarcásticamente.

—Lo podría hacer, pero confío más en lo que tú digas que lo que la esfera me muestre —contestó sentándose frente a Tom—. ¿Te encuentras bien?

—Sí, —Tom se sentó cruzando las piernas sobre la alfombra azul de la habitación de Harry— ¿te vas a dormir?

—¿Duermes conmigo?

La respiración de Tom se atoró por un breve momento, procesando la pregunta lo más rápido que su capacitado cerebro le permitía.

—¿Qué?

—Sí, sé que la esfera es muy interesante, pero no es la única razón por la que no duermo —contestó Harry mirando la alfombra, como si ésta le pudiera ayudar en algo—. Las pesadillas se han hecho más contantes y no me dejan dormir... yo... Bueno, eso y el que también extrañe dormir contigo.

Por un momento, su imaginación llevó a sus pensamientos a volar, imaginándose una muy poco probable escena y otro contexto dentro de esa afirmación, totalmente fuera de la realidad.

Tom mandó ese pensamiento a la lista de deseos, y él siempre obtiene lo que quiere.

—¿Por qué no lo dijiste antes? —cuestionó Tom limpiando una mota de pan en lo labios de Harry, algunas veces le sorprendía los modales del chico... o sus faltas de ellos.

—Pensé que podrías estar ocupado con tu trabajo de prefecto y eso de ser el Lord de ciertas personas...

—¿Cómo sabes eso? —interrumpió.

—¿Saber qué?

—Eso, ¿cómo sabes que me dicen así?

—Tom —llamó Harry mirando al nombrado a los ojos marinos, lo siguiente causaría que la firmeza del pelinegro por sus ideales creciera, pero algo lo jalaba a decírselo—, vengo del futuro. Estoy acostumbrado a ver cómo la gente se inclina ante ti y te llama "mi Lord" o "mi Señor"... —La sonrisa de Tom no pudo ser más grande en ese momento.

Y Harry decía la verdad, sólo omitía el haber dicho eso cuando pensaba que realmente no escuchaba.

—¿De verdad?

—Claro —afirmó Harry—, cosa totalmente patética.

—¿Qué? —preguntó indignado.

—Al menos que hayas cambiado de opinión en los últimos años, cosa que dudo, hacías pura estupideces —respondió parándose y acercándose a la mesa cerca de su cama, depositando ahí la esfera y el cuaderno. Aprovechó para sentarse en su cama a descansar—. Aunque, siendo sincero, nunca supe realmente por qué luchaban a fondo...

Un nuevo mañana.Kde žijí příběhy. Začni objevovat