Capítulo 6

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El tren se detuvo en una estación en la que había un inmenso cartel que decía "Bienvenido a la ciudad de los Diplomáticos". El Principito lo leyó y se preguntó: "¿Qué es un Diplomático?"
Comenzó a caminar y vio que todo relucía. Las calles brillaban, las casas y los edificios estaban como nuevos, los autos eran flamantes, las personas vestían trajes impecables, iban perfectamente peinados y en el aire se respiraba un perfume que era el resultado de todos los perfumes que usaban. También se veía que todos eran muy educados y amables entre sí. Cada vez que se encontraban o se cruzaban se saludaban correctamente y se dispensaban los mejores tratos.
El Principito caminaba distraído entre todas estas maravillas cuando, sin querer, se llevó por delante a un hombre.
Discúlpeme-dijo el Principito
No, por favor, la falta ha sido mía, pues me he interpuesto por donde usted pasaba. -respondió el Hombre muy atento.
Es usted muy amable. Todos parecen ser muy amables en esta ciudad. -
Por supuesto, en esta ciudad sólo vivimos los Diplomáticos. -
¿Y qué es un Diplomático?-
Un diplomático es una persona que se encarga, en forma educada y correcta, de resolver diferencias entre los países. Para eso, estudia durante muchos años la forma más adecuada de hablar con las personas sin decir nada molesto o incómodo. -
¿Por eso son tan educados?-
Por eso todos aquí tratamos al otro como nos gustaría que nos traten: de la manera más amable y considerada posible.
En ese momento pasaba por allí otro diplomático y se acercó a saludarlo.
Buenos días-dijo el aquel hombre.
Buenos días, ¿cómo está usted?-
Muy bien, gracias. Ahora que lo veo quisiera dejarle una invitación, voy a celebrar una cena en mi casa, preparada especialmente por mi esposa y usted y su señora están invitados.-
- ¡Oh, muchísimas gracias! Con gusto asistiremos-respondió el diplomático tomando un sobre que el Hombre le entregó.
Que tenga usted muy buenos días-se despidió aquel hombre.
Que tenga buenos días. -
El Hombre se retiró y siguió repartiendo invitaciones a todo aquel con el que se cruzaba. El diplomático, entonces, una vez que lo vio alejarse, rompió el sobre con la invitación. El Principito quedó tan sorprendido con esto que no pudo hacer otra cosa que inquirirlo.
¡Por qué ha hecho eso!-preguntó el Principito confundido.
Porque no pienso ir-respondió el diplomático sin inmutarse.
Pero si ese hombre fue muy amable con usted, ¿por qué no piensa ir?-
Casi nadie va a ir a su cena-
¿Por qué?-
Porque su esposa cocina muy mal y su comida no se puede comer. Además todos saben que ir a su casa es aburrirse escuchándolo contar sus proezas que no son ciertas. Cada vez que recibe visitas, le muestra a cada uno todos sus trofeos y diplomas, que todos sabemos que no obtuvo, los ha comprado o se los han regalado.
El Principito estaba por demás sorprendido con todo aquello, no comprendía por qué, al parecer, estos hombres decían cosas que no pensaban, que no sentían o que incluso eran mentira.
¿Pero entonces por qué no dice la verdad? De esa forma podrá tener amigos verdaderos. Así, no parece tener amigos verdaderos. -
Simplemente somos amigos de negocios-dijo el diplomático seguro de su respuesta.
No entiendo qué significa eso. -dijo el Principito que cada vez entendía menos.
Los amigos de Negocios sólo se reúnen si se puede obtener alguna ventaja de esa relación, si no se puede obtener nada, es simplemente una pérdida de tiempo. En otra época, he obtenido de este hombre muchas ventajas pero ya no las obtengo, como casi nadie en este lugar, por eso no pienso ir a su cena. Y los demás tampoco irán. Además hace tiempo que viene perdiendo "status"-dijo el diplomático con tono sofisticado.
Discúlpeme, pero cada vez entiendo menos-
Para ser diplomático no basta con estudiar muchos años y ser correcto en todo, además hay que ir ganando "status". El "status" se gana teniendo una esposa muy hermosa que dé hijos hermosos también. Comprarse una casa grande y lujosa. Tener mayordomo y sirvientas que se encarguen de esa casa y de los hijos. Tener autos lujosos, poder comprar objetos caros y valiosos y sobre todo ser alguien respetable para la sociedad. Todo eso asegura "status" y la posibilidad de tener muchos amigos de Negocios de los cuales obtener más y más beneficios. Cuando uno ya no puede obtener más beneficios de esos amigos de Negocios, se los abandona y se busca nuevos amigos de los cuales obtener más beneficios. -
El Principito se quedó pensativo. Aquello que el diplomático le decía lo entristecía, pues él concebía la amistad de una forma completamente distinta.
¿Y que hay de la alegría de tener amigos entonces? ¿De la felicidad de estar con ellos?-dijo el Principito bastante preocupado.
Ahí también obtienes un beneficio-
Yo no espero que mis amigos me den nada-
Sin embargo obtienes el beneficio de su compañía y la alegría que sientes al estar con ellos. -
No creo que sea lo mismo. -
Tú buscas tener amigos para satisfacer tu necesidad de alegría, de obtener momentos de felicidad. Yo busco amigos de Negocios para satisfacer mi necesidad de mantener o mejorar mi "status". Es exactamente lo mismo.
No estoy seguro...- dijo el Principito apenado.
El diplomático lo miró con su sonrisa habitual.
No hay razón para que estés triste. De todo se obtiene un beneficio. Esa es mi mayor alegría. -
El Principito no podía aceptar aquello que el diplomático le había dicho. Él siempre creyó que no buscaba obtener nada de sus amigos pero según esas palabras el sí buscaba obtener algo y no lo sabía.
Esas palabras le habían llegado profundamente y ahora estaba confundido. Decidió salir cuanto antes de aquella ciudad. Fue a la estación de trenes y tomó un tren cualquiera sin fijarse a donde iba, lo que necesitaba era simplemente irse de aquella ciudad.



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