Capítulo 12

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El Principito regresó al muro donde había conversado con la serpiente y habían acordado que ella lo devolvería a su planeta. Si bien los adultos le habían recomendado no confiar en ella, él suponía que era porque ellos no siempre pueden ver las cosas como él lo hacía. Es por eso que no hacía caso a quienes le recomendaban no confiar en ella.
Como en aquel momento, sintió miedo nuevamente pero no de que la Serpiente no cumpliera con su palabra sino de la forma en que debería hacer su viaje. Se quedó mirando las estrellas, sentado en ese muro. Eran hermosas; hermosas e infinitas. Eso le hizo cobrar valor para convencerse de que era necesario volver a su planeta.
De inmediato apareció la Serpiente.
¡Por fin he podido encontrarte!-dijo la serpiente al Principito.
¿Encontrarme?-
Pues sí, no he podido llegar a tiempo a nuestra cita porque comencé mi hibernación como cada año. Debo disculparme. -
¿Qué quiere decir hibernación?-
Es algo que debemos hacer todas las serpientes para comenzar a cambiar la piel. -
¿Qué significa cambiar la piel?-
Cambiar la piel significa abandonar todo lo conocido para empezar a conocer cosas nuevas. -
¿Y cómo se hace?-
Cuando pasa un tiempo en el que ya no tenemos más preguntas comenzamos el proceso de cambiar la piel, para dejar atrás todas las respuestas y empezar de nuevo a hacer preguntas. Eso significa cambiar la piel. -
¿Sabes? Un amigo me dijo que yo ya no hacía preguntas, ¿crees que debería cambiar mi piel?-
Eso es algo que sólo las serpientes podemos hacer, tú debes hacer algo diferente. -
¿Qué debo hacer entonces?-
Debes someter tus respuestas, tus certezas, a la duda. Y a partir de ahí te surgirán nuevas preguntas. De esa forma, todo lo que creas saber se confirmará o no, y si no se confirma podrás aprender cosas nuevas cada vez que esto suceda. -
Estoy de acuerdo con eso. Pero dime, ¿si tú no me has mordido, quién lo hizo? ¿Y por qué su mordedura no me devolvió a mi planeta?-
Otra serpiente te ha mordido, si hubiera sido yo ya estarías de vuelta en tu planeta. Todas somos muy parecidas. Cada serpiente muerde distinto y su mordedura sirve para diferentes propósitos. ¿Qué sucedió después de que te mordiera?-
Anduve viajando por distintas ciudades donde las personas tenían costumbres muy extrañas. Algunas incluso me hicieron sentir muy triste como la ciudad donde condenaron a un hombre por usar su imaginación y la ciudad donde los soldados, tenían la ocupación de destruir a otros soldados. Y luego desperté de nuevo en el desierto. No estoy seguro de cómo llegué a allí, a esas ciudades y luego volví de nuevo al desierto. -
Todo lo que no podemos explicar tiene un propósito. -
¿Cuál es ese propósito?-
El de saber que hay cosas que no podremos comprender más allá de las certezas que tengamos. -
Es que ahora tengo muchas más preguntas que antes. -dijo el Principito con tono de preocupación.
Eso es comenzar a cambiar la piel. -
Se quedaron en silencio unos instantes.
¿Puedes cumplir con tu promesa de devolverme a mi planeta?-
Así lo haré cuando te sientas preparado. -
Estoy preparado. -
Pues bien, entonces es el momento. -
La Serpiente se enroscó delicadamente en el tobillo del Principito, subió por su cintura y se deslizó por su brazo izquierdo hasta llegar a su mano. Allí le dio una certera mordedura y luego se arrojó a la arena.
El Principito comenzó a sentir una extraña pero agradable sensación de adormecimiento que subía desde su mano por el brazo y ganaba lentamente su cuerpo como quien se sumerge en un agua cálida. Sintió un desvanecimiento muy suave y luego ya no sintió nada.
La serpiente se sintió exhausta pues había descargado todo su veneno en la tarea de devolver al Principito al pequeño planeta de donde había venido. Así como estaba vio que del cuerpo del Principito se desprendían pequeños destellos que se elevaban hasta que, como si fueran cenizas, esos destellos se desvanecían en el aire. Su cuerpo se fue desintegrando en esos destellos hasta desaparecer por completo. Esta vez, por fin, ya estaba en camino a su planeta y a reencontrarse con su rosa.



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