1. Los Gemidos al Otro Lado de la Puerta

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Recién entré a un grupo musical, al parecer la principal razón por la que me escogieron es por mis habilidades de baile. Realmente no estaba muy seguro de que me llamarían después de las audiciones porque siendo sincero no creo ser muy atractivo.
Estaba realmente feliz al principio, ahora estoy muy conmocionado... ¿Quieres saber la razón?... Bueno te contaré, pero recuerda que es un secreto entre tu y yo. *sonrisa*
Conocí a los demás miembros del grupo y todos se ven como sacados de otro mundo, son muy guapos (bastante mas que yo), cantan increíble y bailan muy bien. En cuanto los vi entendí porque los llamaron también. He hablado bien con algunos de ellos, me tratan muy amablemente y siempre tienen una cálida sonrisa para regalarte... Pero hay alguien que nunca ha compartido siquiera una palabra conmigo. Creo que su nombre es Donghae.
Apenas cruzamos miradas unas cuantas veces, no recuerdo el numero exacto pero sé que si lo tuviera que contar, los dedos de mis manos serian demasiado.
Ese chico se ve muy joven, o al menos mas que yo. Su cabello negro siempre esta bien peinado aunque de una manera extraña. Su rostro es tan blanco que asusta, sus ojos tan oscuros que si los miras directamente mas de 2 segundos sientes como si el suelo se moviera bajo tus pies. No podría decir ni su estatura aproximada porque... bueno, siempre se mantiene lejos de mi.
Yo no me hubiera percatado de lo que sucedía si no fuera por mi gran mala suerte. Fue hasta una noche en la que me desperté para ir al baño que mi mundo se volvió tan confuso. Y todo por culpa de ese chico Donghae.
Aquella vez ya era muy tarde y por alguna razón no podía conciliar el sueño, así que pensé que ir al baño y luego beber algo seria bueno... (se que es raro pero a mi algunas veces me funciona). En fin que me levanté de la cama con mucho cuidado porque mis compañeros de cuarto dormían plácidamente. Ni me dieron ganas de encender la luz y me fui directo al baño, pero en cuanto me acerqué a la puerta del dicho lugar escuché unos sonidos extraños.
Me pareció mas que raro escuchar sonidos en el baño y a esa hora, lo que no podía tolerar era que alguien tardara demasiado allí encerrado. Esperé un rato apoyándome junto a la puerta, pero los sonidos se hacían mas y mas fuertes, sacándome de mis pensamientos me di cuenta... Eran... ¡Demonios Si! ¡Eran gemidos lo que se escuchaban al otro lado de la puerta!... pero ¿Cuál de esos amables chicos tenia esa necesidad a esa hora?... es que para mi ninguno tenia cara de hacer esas cosas, o por lo menos no en ese lugar.
La impresión de escuchar esos gemidos me dejó helado y no porque nunca hubiera escuchado sonidos de ese tipo, sino porque la voz que se escuchaba estaba provocando cosas raras en mi "otro yo". ¡Esos jodidos gemidos se escuchaban tan hermosos! ¡¿Y Por qué maldita razón yo pensé eso?! No sabía quien estaba al otro lado, pero aunque no quería esas reacciones en mi cuerpo tengo que aceptar que esos gemidos me volvían loco.
Eso estaba mal y la idea estuvo en mi cabeza por unas fracciones de segundo, pero mi mano se movió sola. Tenía una potente erección en mi pijama y ya estaba muy húmedo que había manchado la ropa. Jamás en mi corta vida me había sucedido algo así, pero quiero pensar que en algún sentido eso seria normal. Se que no lo es, pero no podía detenerme a esas alturas.
Mi mano parecía tener vida propia y me estaba masturbando de una manera tan rica que nunca antes sentí. Parecía que por culpa de esos dulces gemidos mi mano se movía diferente, tocando lugares que no había tocado, haciéndome sentir tan bien como nunca lo logré solo, me llevaba al clímax del placer tan rápida y placenteramente que no noté la rapidez con la que estaba cerca el final.
El vaivén de mi mano no se detenía, las corrientes de placer me hicieron caer sentado junto a la puerta sin dejar de masturbarme, el calor en mi sangre recorrían cada parte de mi ser, mi mente estaba por completo en blanco, mis dedos parecían bailar frotando violentamente mi miembro erecto, la hinchazón ya era incontenible y aquellos provocativos sonidos al otro lado de la puerta me llevaban directo al paraíso de la lujuria. Justo estaba a punto de salir un gemido de mis labios cuando lo escuché.


-Ah... ah~... ¡Eunhyuk~!... -Al parecer esa otra persona ya había terminado. El delicioso momento al escucharlo hizo que yo también dejara correr mi ardiente liquido en mi mano.


¡Espera solo un momento! ¿Mi nombre?...
La persona al otro lado dijo mi nombre con su excitada voz y se corrió. ¿Y yo por qué me excité de más al escucharlo?
Todo fue tan confuso que enseguida corrí asustado a mi habitación ensuciando por completo mi pijama.


A la mañana siguiente con los ánimos por debajo del suelo desperté, salí de la habitación y me encontré con mis otros compañeros. Entonces el mayor de todos preguntó:


-Oye, Donghae anoche desperté porque tu celular sonaba mucho pero no te vi en tu cama.
-Si... -Ese chico Donghae desvió la mirada pero noté que sus orejas estaban muy rojas. –Es que... salí un momento para ir al baño...

Al otro lado de la puertaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora