9. Trago de hiel

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Liam

Pasé la noche en un motel de mala muerte porque a Mel le vino uno de sus ataques sin sentido y me invitó a retirarme de su casa, por no decir que me echó, justo después de ver su celular. Me pregunto si estará viendo a alguien más pero no soy nadie para preguntar y ella no es del tipo que hacen esas cosas, bueno al menos antes no lo era. Tampoco quise ir a mi casa a ver como la familia de mentira cenaba feliz, solo pensar en eso me pone enfermo. Me da pena que mi hermana no sepa toda la farsa pero creo que es mejor así, por el momento ya tiene demasiado.

Para colmo me muero de hambre y llamo a recepción para ver si tienen algún tipo de desayuno y el tipo se me ríe en el teléfono haciéndome acuerdo de que no estoy en un cinco estrellas y que soy un idiota ricachón. Quise decirle que eso lo tengo bastante en claro dado que el "colchón" en el que estoy acostado, si es que se le puede llamar así hace que sienta todas las tablas mal puestas de este intento de cama improvisada y que no pude dormir en toda la noche, pero me cortó el teléfono antes de que pudiera contestar y mandarlo a la mierda, si hay alguien que no va a recibir ni un peso de propina.

Miro mi celular y son las once de la mañana, raramente tengo alrededor de diez llamadas perdidas de Riley y ninguna de Mel. Llamo a Riley, una, dos, tres veces pero no contesta y decido marcharme de este nido de ratas de una buena vez.

Estoy juntando mis cosas en el momento que llaman a la puerta. La abro y veo a una chica rubia con el pelo corto despeinado y ojos verdes con una bolsa de papel en las manos.

—Cortesía de la casa—dice con una amplia sonrisa —. Siento los modales de mi hermano, mi padre insiste en dejarlo a pesar de su mal humor en la recepción tratando con clientes que como tú  que seguro no vuelvan más y  a mi limpiando cuartos cuando tendría que ser al revés. En fin esto es por el mal rato. Por lo que veo este no es tu tipo de hospedaje, tu auto es el BMW negro ¿no?...

—No era necesario ya me estaba yendo y si tu hermano no tendría que tratar con el público si tiene esa mala onda constante—interrumpo sin contestar la última pregunta, la verdad no estoy para charlas las llamadas de mi hermana me tienen bastante preocupado —, igual gracias.

—Bueno entonces para el camino, es de un café de acá a la vuelta Le Pain o algo así tipo francés, la verdad es que está bueno. ¿Puedo preguntar qué haces por acá? ¿Tu novia te echó de la casa? —dice con una pequeña risita y al ver que no me río a la par se incorpora —. No acostumbramos a tener, bueno gente así por acá.

— ¿Gente así cómo? —digo levantando una ceja.

—Quiero decir, es que vi tu auto y bueno la única explicación es que fueras un viejo ricachón con alguna puta o un hombre que haya sido echado de su propia casa y este motel fue lo que pudo encontrar en medio de la noche, porque seamos sinceros si este hospedaje tiene dos estrellas fue porque soborné al inspector no por sus propios méritos —no puedo evitar reírme al escuchar eso y ella me sigue la risa.

—Es por eso que hay café para dos en la bolsa ¿no? Pensaste en la primera opción. 

—Si exacto porque nadie llama por desayuno aquí... por cierto soy Zoe —dice extendiendo el brazo lleno de pulseras que hacen ruido, puedo notar lo linda que es y que claramente está consciente de ello, por la manera en la que habla se nota que es bastante segura de sí misma.

—Liam —contesto devolviéndole el gesto —. Bueno fue un placer y gracias por el café —y al tiempo que digo esto le extiendo uno de los vasos de la bolsa—. Ya que hay dos.

—Espero volver a verte algún día Liam —dice ella levantando el café como en un brindis y me marcho al auto.

Al llegar a casa me encuentro con que el living está hecho un caos, portarretratos tirados, jarrones rotos y hasta una estatua de mármol importada de no sé dónde que mamá adora y yo pienso que es espantosa partida por la mitad.

Veo a Riley asomarse por las escaleras, tiene todo el maquillaje corrido y parece que hubiese llorado toda la noche.

—Mierda ¿dónde estabas Liam?—dice agarrándose la cabeza con las manos y corriendo hacia el piso de abajo.

— ¿Qué pasó acá??? —digo haciendo caso omiso de su pregunta.

—Es papá...se fue

— ¿Cómo que se fue?

—No sé no entiendo nada, al parecer la enfermedad de mamá es una mentira y papá se enteró y nos abandonó. Renunció al trabajo y se fue con una novia o no sé, no sabemos dónde está... y mamá... ella... —la abrazo tratando de tranquilizarla, ella llora y no puedo entender nada de lo que dice.

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