Fiesta y Descubrimientos.

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Después de unas cuántas horas de trabajo, y algunas bromas que no podían faltar, todos habían terminado y ya era tarde. Lo bueno es que el lugar estaba hermoso. Manteles, menús coloridos, globos e incluso un gran letrero con las firmas de todos.

—Más adelante pondremos cuadros con las fotos de todos los empleados —les contó Calum sonriendo de modo orgulloso. Los empleados sonrieron ante tal declaración, eso sería muy emocionante —. Se lo merecen, han sido tan buenos.

—Bueno, gracias —dijo Laura parándose frente a él —. Pero no puedes olvidar poner una foto tuya, ya que eres un grandioso jefe.

Todos asintieron de acuerdo a las palabras de Laura, incluso Maia aunque a regañadientes, odiaba estar tan cerca de ella en éstos momentos. Empezaron a aplaudir y todos los empleados se dieron un fuerte abrazo, aunque gracias a Laura los invitados se unieron a él. Ya que todos habían ayudado, era un triunfo grupal, era lo justo.

—Gracias a todos por ayudar, gracias por dedicarle un tiempo al Restaurante —dijo Calum cuando ya todos se habían separado del gran abrazo —. Creo que es hora de que todos volvamos a casa. Adiós y gracias por todo.

Raini se acercó a Laura de inmediato y pudieron ver cómo Maia se acercaba a Ross rápidamente, tenia el ceño fruncido.

—Recuerda lo que hablamos —le dijo Raini.

—Ya me di cuenta de que no te rindes fácilmente —Laura rió. Su amiga si que podía ser insistente.

—¿Me llevarás a casa, verdad? —escucharon como Maia preguntaba en tono inocente, acercándose cada vez más al rostro de su novio. En eso, la mirada de Ross se conectó con la de Laura como por arte de magia. Laura desvió su mirada, ganándose un regaño por parte de Raini.

—Claro... —respondió desanomado. Maia lo tomó de la mano y de ese modo ambos se retiraron.

—¿Te sientes bien? —preguntó Raini un poco preocupada.

—Sólo estoy cansada. Creo que deberíamos volver a casa para poder descansar —respondió ella sin mucho ánimo.

—Laura, ¿quieres que te lleve? —Ellington acababa de aparecer frente a ambas amigas. Las dos lo miraron un poco sorprendidas, ya casi todos se habían ido.

—Muchas gracias por la propuesta, pero iré con mi mejor amiga en su auto —explicó Laura. Él asintió con una sonrisa falsa —. Pero otro día podríamos vernos de nuevo. Como... mañana.

—Lo entiendo. Adiós, nos vemos mañana chicas.

Se despidieron de Ellington y luego subieron al auto de Raini.

—Tienes suerte, me parece que te persiguen los chicos guapos —decía Raini.

—Sólo son mis amigos, Rains —respondió ella como si nada.

—Amigos, claro... —Raini rodó los ojos ante la respuesta de su amiga. Aparentemente, Laura no sabia mucho de relaciones, estaba más que claro que ambos chicos sentían algo por ella, eso se notaba en sus miradas. Evidentemente él castaño se decepcionó al no poder pasar tiempo a solas con Laura.

Ross había dejado a Maia en su casa. Maia intentó besarlo, pero él simplemente fingió bostezar. Ya no se sentía cómodo con ella. Pero no podía dejarla así como así. Buscaría el momento adecuado.

—... —

Por cosas del destino ambos adolescentes habían llegado al mismo tiempo a la mansión. Ross abrió la puerta y ambos entraron.

—Largo día —comentó Ross.

—Me parece que sí —estuvo de acuerdo Laura. Por alguna razón, estaba hablando de modo frío.

The True.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora