Capitulo 4 "¿Qué hice?"

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Clarisse en multimedia

Me desperté con mucho calor y con una opresión en la panza, debido a que alguien me estaba abrazando. Pero sobre todo con mucha, mucha sed. Mi boca parecía un desierto. Cuando abrí los ojos, tardé en acostumbrarme a la luz que entraba por el ventanal de la derecha.

Estaba confundida. Mi ventanal no estaba en esa posición. Abrí los ojos más de lo normal y observé todo lentamente.

Había un armario a la izquierda con toda ropa tirada, una puerta en frente, el ventanal a la derecha y preservativos en la cómoda. La habitación era mucho más chica que la mía, y había mucho mármol. Además, todo era blanco.

Estaba claro que no estaba en mi casa.

Entré en pánico.

¿Me había quedado a dormir en a casa de un extraño? ¿Mi madre va a matarme? Oh Dios, no le había avisado nada. Era mi primer fin de semana en Manhattan y ya lo había echado todo a perder. No iba a dejarme salir más, ni juntarme con mis amigos, ni...

—Mhm.

Un quejido interrumpió mis pensamientos. Me quedé muy quieta, y mi respiración se aceleró de los nervios. No sabía qué hacer. Por un lado quería darme vuelta y ver quién era el chico misterioso, pero por el otro lado, tenía miedo.

Miedo de que fuera quien creía que era y haber arruinado todo.

—Buenos días.

Cerré los ojos y los apreté mucho ante la voz que me había hablado. ¿Buenos días? Ja. Si había algo que no era eran buenos.

Giré lentamente la cabeza para contemplar al chico que estaba abrazándome por detrás. Tenía la cabeza pegada a mi cuello, por lo que solo pude ver su pelo rubio.

Tragué saliva. Se trataba del chico que sospechaba.

Giré un poco y me di cuenta que seguía desnuda.

Mierda y más mierda.

Agarré la sabana como pude y me la apreté contra el pecho. El chico se alejó para que me pueda enderezar. Se apoyó contra su brazo y se me quedó mirando, con ojos curiosos.

Jake.

De todos los chicos con los que podría haber estado, había elegido al hermano de Clary. Esto era un desastre.

Volví a cerrar los ojos y esta vez, me invadieron recuerdos de la noche. Cuando habíamos salido del salón, Jake me dirigió escaleras arriba hacia un cuarto. Apenas entramos, recuerdo haberme abalanzado sobre él. Cerró la puerta y pum, lo besé directamente.

Vaya forma de encarar a alguien. La verdad es que no me sorprendía. Yo borracha era capaz de cualquier cosa, y esto no era una excepción.

Recuerdo que lo hicimos una y otra vez.

Bien, no me podía quejar.

Un pensamiento cruzó mí mete y puse cara de horror: no sabía cuántos años tenía Jake.

—¿Estás bien?—preguntó al ver mi cara.

Me estaba mirando preocupado. Sus ojos eran verdes, al igual que los de Clary, y parecían brillar a la luz del sol.

—¿Cuántos años tienes?—le pregunté mientras giraba hacia su lado.

Sonrió de costado.

—Ah, así que ahora te preocupa mi edad—alzó las cejas y se acercó un poco.—Ayer no te importó en lo más mínimo.

Me puse bordo.

Tenía razón, pero en mi defensa, estaba borracha.

—Si...bueno...—comencé a decir, pero me cortó.

Nueva York y élWhere stories live. Discover now