Capítulo 13 "Noticias"

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¿Quién había creado los días de semana y los fines de semana? ¿Por qué se suponía que durante cinco días debía ir a la escuela, estresarme con todo, y solo tener DOS días de descanso? El o la que había hecho toda esta estructura, sin dudas tenía una muy, pero muy buena vida.

Todos esos pensamientos cruzaron mi mente mientras mi cabeza estaba apoyada entre mis brazos, que descansaban arriba de la mesa de la cafetería del instituto. Todos estaban riendo y hablando, y yo estaba en un estado zombie. Era lunes, y eso no ayudaba.

Tenía mucho sueño, y la causante era mi mente. Me pase todo el fin de semana pensando Ethan, en Anna, en lo que habían dicho esas chicas en el baño, en Freddy y en lo que vi en el cuarto, en Jake, en todo. Había demasiadas cosas en mis neurona;, necesitaba una bolsa de boxeo para descargar.

Paige me estaba haciendo mimos en la espalda, y eso ayudaba a relajarme.

–Dest, ¿te sientes bien?–me preguntó Freddy.

Levanté la cabeza, y Elliot lanzó un silbido.

–Parece que te pasó un camión encima, ¿qué te paso?

Todos rieron, incluida yo.

–Nada, tengo mucho sueño. Y sí, Freddy, estoy bien. Creo que iré al baño a mojarme la cara.

Un poco de agua fresca siempre venía bien.

Me levanté y me dirigí al baño del final del pasillo. Entré, y me lavé la cara, lo cual aparte de mejorar un poco mi aspecto, me ayudó a despertarme. Me sequé un poco, y cuando salí, Freddy estaba en la puerta.

–Hey–le dije sorprendida.

Sonrió tímidamente.

–Escucha...nunca pudimos hablar de lo que viste en la casa de Ethan.

–Oh–fingí que no tenía importancia, pero por dentro me puse nerviosa.–Descuida...

Negó con la cabeza.

–No, Dest, no quiero que pienses mal. Anna y yo somos muy amigos desde hace años, y ella estaba muy mal esa noche. Problemas con los padres–puso los ojos en blanco–. Por eso nos viste así; estaba tratando de hacerla sentir mejor.

Sí, pero, ¿por qué tú y no Ethan? Hubiese querido decir, pero me callé.

–Está bien, Freds, te entiendo. Eres un amigo leal–dije y le di una palmadita en el hombro.

Sonrió y nos dirigimos a la mesa. Para mi sorpresa, Ethan se encontraba allí. No lo había visto desde la fiesta, y no había hablado de él desde que fui a buscar mi auto a la casa de Anna, el sábado a la tarde. Nuestros caminos se cruzaron, por casualidad, y muy entusiasmadamente, me había comentado que estaba yendo a la casa de él.

Reuní fuerzas, y poniéndome en papel de actriz, fingí indiferencia.

Me senté en la mesa, y a diferencia de la semana pasada, Ethan no solo me miró, sino que me habló ante la presencia de otras personas.

–¿Estás bien, Dest?

Lo miré arqueando una ceja.

–Sí, solo estoy cansada.

En la fiesta había dejado muy en claro que no quería ni respirar el mismo aire que yo, y sin embargo ahora parecía preocupado por mí.

No entendía a este chico, y no sabía si alguna vez lo podría hacer.

Anna no se encontraba con él, y eso me pareció muy extraño, porque eran como siameses.

Los minutos pasaron, y cada uno volvió a sus respectivas clases, pero con las chicas decidimos salteárnosla e ir a tomar un café. Fuimos a un pequeño bar al aire libre que quedaba cerca del instituto, y el olor a café y a pastel me reavivó un poco.

Nueva York y élWhere stories live. Discover now