Prólogo

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— Sam, creo que ya encontré un caso —dijo Dean, que se encontraba sentado frente a su computadora portátil.

Mientras que su hermano menor se encontraba del otro lado de la mesa observando algunos libros, al escuchar las palabras de Dean levantó la mirada esperando a que le explicara sobre qué se trataba el caso.

— Una chica de veintitrés años anoche reportó que su novio falleció de una forma misteriosa justo frente a ella —habló el mayor de los hermanos leyendo la noticia con mucha atención—. Pasó en Chicago y varios vecinos del edificio reportaron que a la hora de la muerte se escuchó un grito ensordecedor, los forenses no encuentran explicación a la muerte aún.

Sam asintió al escuchar la explicación de su hermano y en cuestión de segundos ya estaban comenzando a indagar más para formar teorías sobre qué podría llegar a ser, estaban seguros de que no se trataba de una muerte natural. Los Winchester en pocas horas ya se encontraban en la carretera rumbo a Chicago, sabiendo que deberían conducir toda la noche para llegar por la mañana al estado de Illinois no decidieron hacer ninguna parada en algún motel, Dean iba al volante mientras que Sam por momentos se quedaba dormido apoyado en el cristal de su ventanilla.

Después de diez horas en la carretera, se encontraban en un sencillo restaurant disfrutando de su desayuno mientras que ideaban un plan para resolver el caso que se les había presentado. Ya estaba resuelto que Sam se encargaría de ir a revisar el cadáver en la morgue mientras que Dean iría al edificio donde ocurrió el evento para investigar más.


***


Daphne aún no lograba salir de su cama, después de todo lo sucedido durante el día anterior ni siquiera quería estar en la misma habitación donde su novio había muerto, la policía había estado en su departamento durante todo el día haciendo preguntas que ella no sabía cómo responder, se habían llevado el cuerpo y hasta tuvo que llamar a la familia de su novio para darles la mala noticia, sin duda eso había sido lo peor de todo porque no había forma de que la pelirroja encontrara alguna forma de explicar qué era lo que le había sucedido a Joseph la noche del jueves. Aún no llegaba a comprender qué era lo que estaba pasaba, solo sabía que su amigo Castiel tenía la respuesta pero aún no había forma de hacerle hablar, ella necesitaba detener esto.

El sonido del timbre la sacó de sus pensamientos y miró el reloj a su lado, eran apenas pasadas las nueve de la mañana y ella no esperaba a nadie este sábado. De todas formas, salió de su cama colocándose su bata de seda y antes de salir de la habitación se miró en el espejo para acomodar un poco su cabello, después de todo no lucía tan mal.

Se dirigió a la puerta de entrada de su departamento y la abrió lo suficiente como para mostrar su rostro pero no él resto de su cuerpo, al levantar la mirada se encontró con un hombre atractivo, vestido de traje y con una mirada cautivadora, una mirada que ella ya conocía.

— ¿Daphne Blake? —preguntó el hombre frente a ella.

— Sí, soy yo.

— Soy el agente especial Ford —dijo él mostrando su placa del FBI rápidamente—. Si no le incomoda, me gustaría hacerle algunas preguntas sobre lo sucedido con su novio hace un par de noches.

La pelirroja simplemente asintió y se hizo a un lado para poder abrir la puerta en su totalidad dejando que el supuesto agente entrara a su hogar. Apenas entró pudo sentir la mirada de éste sobre todo su cuerpo, en especial sobre sus piernas que se encontraban desnudas casi en su totalidad. Ella ignoró ese gesto y le pidió al agente que aguardara un par de minutos a que ella se colocara algo de ropa.

Destruction  » supernatural. [Desireé; libro #1]Where stories live. Discover now