Destruction » supernatural. [Desireé; libro #1]

010; archangel.

N/A: ¡Hola a todos! Espero que estén teniendo un buen mes de enero, ahora puedo asegurarles que Destruction ha vuelto definitivamente. Después de unas buenas vacaciones acá hay un nuevo capítulo y uno muy importante, les adelanto que el siguiente también es muy importante. Hay varias revelaciones en esta parte de la historia y de verdad espero que la disfruten. Creo que la multimedia, tanto el gif como el video son perfectos, así que los invito a verlos. Seguramente el lunes o martes les traiga un nuevo capítulo, ¡Gracias por todo el apoyo!

Zarek no le respondió a Sam, simplemente mantenía la mirada puesta en Castiel, era una mirada llena de seriedad y Daphne conocía esa mirada. Era la mirada que su mejor amigo ponía cada vez que algo lograba molestarle por completo, era la mirada que mostraba cada vez que presenciaba una injusticia y era la mirada que Daphne se había ganado solo una vez, cuando ella le dijo que lo odiaba durante una de sus peleas más fuertes.

— ¡Respóndele! —dijo Dean en un tono alto logrando sobresaltar a todos los presentes.

— Es cierto —respondió Zarek—. Soy Zadkiel, un arcángel, pero eso no hace la diferencia en cuanto a mi relación con Daphne.

La pelirroja no decía nada, su cabeza aún estaba tratando de procesar lo sucedido, eso que aún no comprendía. ¿Por qué su mejor amigo jamás había mencionado eso? ¿Por qué no le dijo nada sobre sus pérdidas de memoria? Ella consideraba a Zarek lo más real en su vida, lo más sincero y real que tenía, pero también resultaba ser una mentira.

— Un arcángel que nunca ha sabido apartarse cuando se lo han ordenado —dijo Castiel con su semblante aún serio.

— ¿De qué hablas, Cas? —preguntó Daphne.

Castiel tragó saliva y llevó su mirada hacia esa chica que tanto adoraba, ahora su rostro había cambiado de serio a calmo, lleno de tranquilidad y serenidad.

— Cuando llegué a tu vida no fue una simple casualidad, fue porque tú habías vivido cosas traumáticas, cosas que ningún humano soportaría, tu mente no estaría sana si recordaras todo lo que te había pasado. Yo fui enviado porque quien estaba a cargo de ti no fue capaz de cumplir la simple orden de eliminar esas cosas de tu mente y entonces yo...

— Entonces tú te hiciste cargo, entonces tú borraste cada cosa que la fortalecía —lo interrumpió el arcángel—. Tú no entendías, Dios no entendía, nadie entendía que ella es fuerte y aún no tengo idea de qué es ella, pero estoy seguro de que es la persona más fuerte que existe y todo lo que tú borraste era parte de ella.

En ese momento fue cuando la gran discusión entre Castiel y Zadkiel comenzó, esa discusión de la que Daphne no quiso ser partícipe, ni siquiera espectadora. No soportaba ver cómo su mejor amigo peleaba con el ángel que la había ayudado tanto. No soportaba ver la manera en la que los dos se destrozaban con palabras y mucho menos soportaba saber todas las mentiras que había vivido durante toda su vida, ahora sabía que no solo se trataba de esos años con los Winchester, ahora era mucho más.

Daphne se había ido de la biblioteca y se encontraba en el suelo de su habitación recostada a la puerta, asegurándose de que nadie pudiera entrar, mientras que se sumía en sus pensamientos y sus dudas. Las lágrimas no tardaron en hacerse presentes y en cuestión de pocos minutos ella se encontraba hecha un desastre mientras que aún en su mente trataba de armar un rompecabezas al cual le faltaban demasiadas piezas.

— ¡Daphne! —escuchó la voz de quien se hacía llamar su mejor amigo—. Ábreme, necesitamos hablar —continuó él junto a varios golpes contra la puerta.

— Déjame sola —contestó ella sin molestarse en levantar demasiado la voz.

— Debemos hablar, vamos —respondió él, del otro lado de la puerta—. Tenemos que hablar pero sé que en este momento estás mal y eres muy testaruda como para abrirme la puerta, ¿Sabes cómo lo sé? Porque soy tu mejor amigo, casi tu hermano como tú dices, y también lo sé porque has crecido conmigo, he crecido contigo y he aprendido a ser humano contigo.