011; mark of cain.

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— Estoy segura de que al final vas a comenzar a preguntar por qué lo hice y todo eso —dijo ella antes de beber un poco de su café—. Pero antes de comenzar debo decirte que te amaba y en ese momento hubiera hecho cualquier cosa por ti .

Aunque ella no quisiera, era momento de enfrentarse a esa verdad, a esa realidad y a esa maldición que comenzó aquél día con el padre del asesinato. No tenía idea de cómo iba a reaccionar Dean, pero si algo recordaba de sus años junto a los hermanos es que lo peor que podrían hacer era mentir.

— Cuéntame, todo será mejor una vez que seas sincera con respecto a todo.

Daphne asintió mientras que dirigía su mirada hacia su mano unida con la de Dean. Había llegado el momento de hablar y lo único que deseaba era que él pudiera comprender sus acciones.

Después de la gran discusión que habían tenido Sam y Dean por todo lo sucedido a causa de el ángel Gadriel, Daphne había decidido dejar a Castiel con Sam mientras que ella se había ido con Dean que, al principio, no quería ninguna compañía aunque después de un tiempo tuvo que aceptar de mala gana que ella lo acompañara, aunque eso era porque casi no le quedaba alternativa ante la insistencia de su chica.

Ambos se encontraban en la barra de un bar tratando de encontrar al ángel que tanto daño ya había causado aunque hasta ese momento no habían tenido mucha suerte, parecía que Gadriel ya se había ido. Los dos se habían dedicado a beber mientras que, por momentos, Dean le dedicaba alguna que otra sonrisa a la camarera.

— Idiota —murmuró ella entre dientes al ver esa sonrisa puesta en la cara de Dean.

— Celosa —él le contestó aun manteniendo esa sonrisa pero ahora siendo causada por la pelirroja a su lado.

— Así que... ¿Esa fantástica sonrisa es para mí? —preguntó una voz conocida para ambos.

La mirada de ambos se fue hacia el otro lado de Dean, en ese asiento de repente había aparecido Crowley, el mediocre Rey del Infierno. Fue algo instantáneo que tanto Dean como Daphne sacaran un cuchillo de sus chaquetas mostrándose como amenazas para el demonio.

— Por lo menos cómprenme un trago primero —dijo en un tono sarcástico.

Daphne rodó los ojos al escuchar la respuesta de Crowley justo antes de contestarle.

— Dijimos que la próxima vez que te...

— Muerto —dijo interrumpiéndola—. Sí, me suena... que novia tan adorable conseguiste, Dean.

— Cállate —contestaron los a la misma vez.

— Verán que claramente su presa, Gadriel, ya abandonó el edificio, así que ya no vivan en el pasado —comenzó a hablar el demonio otra vez—. Es momento de continuar con problemas más urgentes, como destruir a Abaddon.

— Sí, buena suerte con eso —respondió Dean—. Los Caballeros del Infierno no son precisamente de los que se mueren.

Daphne se limitó a terminar de beber el resto de su cerveza mientras que escuchaba la conversación que su novio mantenía con el Rey del Infierno, algo le decía que esto llegaría a algún lado, parecía ser diferente a las otras veces en las que Crowley había aparecido, su mente le decía que quizás resultaría útil.

— Pero hay algo que puede matar a un caballero —dijo Crowley captando la total atención de los dos cazadores—. El arma que los arcángeles usaban para ejecutarlos, la Primera Espada.

Destruction  » supernatural. [Desireé; libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora