Introducción

20.3K 1K 72
                                    

Un par de ojos mieles me miraban desde la distancia del club nocturno. Era imposible ignorarlos porque yo también sentía ganas de inspeccionar al dueño de esa mirada.

—Te quiere devorar, Haizel. Y tú quieres devorarlo también —murmuró Jazmyn a mi lado, ella había sido testigo del intercambio de miradas que teníamos desde el inicio.

Aparté mi mirada cuando él se centró en ponerle atención a lo que sea que decía el hombre que estaba a su lado.

Tomé un sorbo más de mi botella de cerveza, la segunda y última de la noche porque no quería terminar demasiado alcoholizada. También presté atención a la conversación que se tenían las chicas, quienes les echaban ojo a todos los hombres de apariencia elegante. Calificándolos en una escala de guapos a horribles.

—Hombre precioso, caminando por el pasillo de la soltería —anunció Jazmyn, interrumpí la atención que tenía centrada en la conversación del grupo, era imposible no voltearme a ver hacia donde Jazmyn, y ahora todas, mirábamos.

El hombre de la mirada miel caminaba hacia nosotros.

Tengo que admitir que cuando llegó me decepcioné por el simple hecho de que había saludado a todas antes que a mí. Incluso me cuestioné si había estado errada al pensar que era a mí a quien estuvo observando durante toda la noche.

—Ahora sí, un placer —pronunció, esta vez su mano se estiró en mi dirección. Estreché mi mano para tomar la suya, una vez hicimos contacto la retiré rápidamente.

—Debo admitir que incluso pensé que no vendría nunca —habló Jazmyn—. Si pasaba un segundo más llevaba a Haizel jalada hasta usted.

Él se echó una carcajada, negando repetidas veces con su cabeza.

—Solamente hacía tiempo, quería comprobar que era yo quien tenía que venir.

Al final no había estado equivocada. Sí era por mí que había venido.

Nos separamos del grupo con el que me encontraba para poder platicar con más privacidad. Lo que más me llamó la atención fue lo educado que él era, y la manera en la que cada palabra que salía de su boca sonaba tan relevante.

Lo siguiente que supe era que estaba en su casa, con él... sin ropa bajo las sábanas.

SI LEES ESTA HISTORIA Y DE ALGUNA U OTRA MANERA TE GUSTÓ. NO TENGAS MIEDO EN DEJAR TUS VOTOS O COMENTARIOS, INCLUSO UNA OPINIÓN AL RESPECTO. SIGNIFICAN MUCHO. POR CIERTO, ¡GRACIAS POR TOMARTE EL TIEMPO DE LEER! DESDE YA. 

Bajo las sábanas {j.b} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora