Capítulo 16

7.2K 420 29
                                    

Por la mañana Justin se levantó para despedirse, tan pronto como le di un corto beso en los labios, sin importar sus quejas de que me quedara para que pudiéramos desayunar juntos; me aseguré de que se volviera a dormir. Ya quedaba bañado, por lo que si se dormía un poco más de la cuenta no haría ningún gran retraso.

Cuando llegué a la casa que compartía con Jazmyn, la antes mencionada se encontraba rondando por la casa en su traje de pijamas.

—¿Te fuiste así o es lo que te pusiste estando allá? —preguntó viéndome de pies a cabeza, posiblemente porque yo también andaba en pijama.

—Me fui así.

—A mí me daría vergüenza salir de esta casa con ositos rosados.

—Son fucsia, ni siquiera te sabes los colores —bromeé, ocasionando que ella rodara sus ojos.

—¿Resolvió Justin lo que tenía que solucionar?

—No lo sé, se acostó por la madrugada y hoy por la mañana no alcanzamos a hablar más de lo debido.

—¿Qué habrá pasado?

—Tampoco sé con exactitud. Él no habla mucho conmigo sobre su trabajo. Pero espero que llegue a resolverlo, se oía preocupado cuando me platicó al respecto.

* * *

Las cosas en la tienda habían avanzado mucho y a algunas personas les pagarían más que el salario mínimo, por lo que el día de hoy la jefa me pidió que hiciera planillas de pago nuevas para poder actualizar el sueldo de los colaboradores.

Cuando Jazmyn y yo estábamos más jóvenes tuvimos la brillante idea de hacer vida social con una señora que tenía un pequeño negocio de ropa usada, constantemente pasábamos por su tienda y la escuchábamos hablar sobre su esperanza de hacer de ese pequeño negocio algo que se llene de prosperidad; siendo las dos chicas atrevidas que hemos sido durante toda nuestra vida, nos ofrecimos a ayudarle de la manera que podíamos. Llevando ropa para mostrarla en la universidad y saliendo a las calles a hacer propaganda de la ubicación del negocio y precios que tenían sus pertenencias. Ahora, cuatro años después, el negocio pasó de venta de ropa usada, a prendas nuevas. Gracias a la constante perseverancia de Blanca, como su dueña, y de nosotras dos, como nos habían nombrado; mentoras del negocio.

Iniciamos con este asunto en nuestro primer año de universidad, por lo que además de la licenciatura en administración de empresas con la que nos graduamos. Blanca nos apoyó pagándonos cursos de finanzas, que también nos han servido para la constante rotación y buen salario que tenemos en nuestro trabajo.

Ninguna de las dos trabajó horas extras, así que nos encontrábamos sentadas en el mueble de la sala después de haber finalizado nuestra cena.

—¿Has hablado con Justin? —cuestionó Jazmyn.

—No, ni le he marcado porque posiblemente esté ocupado.

—Lo más seguro —ella se estiró más en el mueble y en seguida continuó hablando—. ¿Cuándo vamos a ir a visitar a tu madre?

—¿A qué viene eso?

—Cuando me la pasaste el otro día dijo que nos extrañaba. Y ya tenemos un tiempo sin ir a verla, antes íbamos cada dos meses y ya está por cumplirse el cuarto mes. Creo que la extraño más yo que tú.

—Tú extrañas pero montar a caballo y beber leche de vaca pura —la moleste, porque era lo más hacía cuando íbamos a casa.

—Claro, pero tu madre es quien me lo da y eso me hace extrañarla también.

Bajo las sábanas {j.b} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora