Capítulo 09

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Apagué el celular cuando vi que probablemente no iba a parar de sonar, antes de hacerlo conté cinco llamadas pérdidas de Justin mientras estaba a la espera de mi turno en la sala de espera de la ginecóloga. Definitivamente no era el momento para hablar, con él o con nadie.

Había reservado la cita para mi hora de almuerzo en el trabajo, cuando llegue me informaron que estaba una persona antes que mí, por lo que tomé asiento para hacer tiempo mientras esa salía. La secretaria me había pedido tomar suficiente agua porque para hacerme el chequeo debía de tener ganas de orinar.

—Puede pasar —avisó la secretaria señalando la puerta por la que acababa de salir una mujer bastante joven. Asentí dándole las gracias antes de entrar.

—Buenas tardes —me saludó una sonriente mujer cuando entré—. Puedes tomar asiento.

—Buenas tardes, gracias.

—¿Cómo estás? ¿Te estás sintiendo bien?

—Sí, bien.

Ella asintió, tomó una pluma entre sus manos y colocó un papel delante de ella.

—¿Cómo te llamas, cariño? Tu nombre completo.

—Haizel Abigail Cox Lake.

—¿Cuántos años tienes?

—Veintidós.

—¿Veintidós? Correcto —tomó apuntes de lo que le dije y luego volteó a verme otra vez—. ¿Qué te trae por aquí?

—Quiero hacerme un ultrasonido de embarazo.

—Oh, estás embarazada.

—Eso creo.

—Ven conmigo —solicitó levantándose de la silla y me dirigió hasta un lugar donde estaba una camilla, había una pantalla también—. Desabotona tu pantalón.

Hice lo que pidió y ella me desacomodó un poco el pantalón, sin bajarlo por completo, solamente para liberar mi vientre. Posteriormente esparció un líquido helado sobre él.

—¿Te dijeron que debías tomar agua? Tu vejiga se ve grande.

—Sí, no aguanto las ganas de orinar —dije un poco avergonzada.

—Pero es bueno, se ve lindo allí. Mira la pantalla —movió el aparato que pasaba por mi vientre de un lugar a otro—. Aquí esta. ¿Ves?

—No.

—Permíteme acercar —con el mouse hizo círculos en un punto fijo—. Esa es la más grande prueba de que un espermatozoide entró en ti —la quede observando por su manera de expresarse—. Solamente estoy bromeando, vamos, eres joven —sonreí sin poder evitarlo—. Se está preparando para ser un feto.

—Entonces, ¿si estoy embarazada?

—Definitivamente lo estás. Has de tener no más de veinte días, el embrión está allí, pero todavía no lo suficientemente avanzado.

—Me hice un examen, el doctor que me los leyó dijo que estaba de dos semanas.

—¿Cuando fue? —ella frotó con una toallita mi vientre.

—Antier.

—En estos momentos es un embrión, se le denomina así a la etapa inicial del desarrollo de un ser vivo. Tu bebé pasará a ser un feto a partir de la octava semana.

—¿Es un embrión durante su formación?

—Exactamente.

—El desarrollo de una vida es todo un misterio —cuchicheé pensativa. Ella asintió.

Bajo las sábanas {j.b} Where stories live. Discover now