Capítulo 2

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Una tormentosa mañana...


El sol se levantaba y el frío de la mañana se atenuaba con el paso de las horas. El palacio se despertaba lentamente, los sirvientes, las damas y los soldados eran los primeros en despertar, sus movimientos sincronizados y armoniosos se llevaban así por años. Pero un grito lastimero rompió la rutina del día.

¡Ayuda! ¡Ayuda!- uno de los sirvientes del palacio gritaba, uno de los soldados corrió hacia el imaginando que pasaba algo con las yeguas de las princesas, pero la imagen que lo recibió fue muy diferente a la que imaginaba aquel joven...
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La princesa Mi-Young nunca olvidaría como inició esa calurosa mañana. Los gritos ahogados, el sentir los pasos de las personas en la madera del suelo y como su dama personal temblaba como una hoja cuando le preguntó que sucedía. Nadie hablaba, nadie le respondía sus preguntas, pero fue entonces cuando al entrar en los aposentos de su hermana, su corazón se deshizo al verla allí tan desprotegida, su mirada perdida, su cuerpo temblaba y sus lágrimas corrían por su rostro como una presa rota. En ese momento Mi-Young comprendió que la vida de su alegre hermana había cambiado para siempre.
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Donghae despertó en sus aposentos sintiendo que su cabeza explotaría, nunca antes había bebido tanto, su estómago le daba vueltas igual que su vista y se vio forzado a nuevamente cerrar los ojos. En ese momento el ruido de la puerta lo hizo quejarse y la cantarina risa de su gemelo le atormentaba.

-Sabía que amanecerías así- dijo Donghee mientras se sentaba en el borde del lecho de su hermano- toma esto.- le alargó una taza – no preguntes que es- dijo al ver la cara de confusión de su hermano- mamá lo mandó a preparar para tu malestar.
-Nunca había bebido tanto- murmuró Donghae- ni siquiera recuerdo como llegué a casa.
-Yo llegué hace poco- dijo Donghee- la Gisaeng con la que pasé la noche no quería dejarme ir.
-No estoy de humor para escucharte- Dijo Donghae haciendo asco al té que su madre le había enviado- quiero morir.
-Claro hermano, morir ahora que eres un hombre comprometido.- le dijo Donghee sonriendo, pero aquella sonrisa no alcanzaba sus ojos- a no ser que quieras que yo sea quien asista a todos tus compromisos como cuando éramos niños y asistía a tus clases militares mientras tu estudiabas.

En ese momento Donghae recordó que la noche anterior que su hermano había rechazado la idea del matrimonio con la princesa y sintió un ligero gozo. No recordaba bien lo que había sucedido, pero en él estaba presente aquella atracción instantánea que sintió por aquella dulce princesa.
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Un mes después...

El rey JongWoon se encontraba confundido, furioso y preocupado. Su hermana, la princesa Ah Ri llevaba un mes en cama después de ser violada, no había duda de aquello y eso le rompía el corazón. Quería saber quién se había atrevido a tal bajeza y en su propio palacio. Pero Ah Ri no hablaba, solo lloraba y se lamentaba; quien sabe a qué tipo de agresión había sido expuesta y tanto las princesas como el rey estaban impotentes ante eso. Mi-Young no lo soportó más y esa noche mientras cuidaba de Ah Ri empezó a interrogarla, le preguntaba y le insistía una y otra vez, le partía el alma verla así pero no descansó hasta que Ah Ri gritó el nombre del hombre que la había atacado: Lee Donghae.

Cuando ese nombre llegó a oídos del rey quedó atónito. ¿Cómo había pasado algo así? Lee Donghae era un aristócrata, un joven con una carrera como uno de los grandes eruditos del palacio, contaba con su aprobación para ser esposo de Ah Ri y había sido el quien atacó de una manera tan deshonrosa a la princesa. JongWoon quería respuestas así que mandó a los soldados con una orden de captura en contra de Donghae.

Donghae se encontraba en su estudio personal, estaba intentando apartar la mente de lo que había ocurrido en esas últimas semanas. Después de la noche del banquete todo se volvió un caos. La boda del rey se había pospuesto ya que la princesa Ah Ri había caído enferma en cama, no se le había permitido acercarse a cualquier persona que no fuese enviado directamente por el rey y ni hablar de su propio compromiso con la princesa, de ese tema no se había hablado, así que Donghae entre pensativo y desilusionado había planeado viajar en la próxima primavera para la investigación de su libro. Donghee se había ido con su tropa a las vastas tierras del norte, donde se había llegado a un acuerdo con los terratenientes de esa zona para ser leales al reino y así lograr que la paz siguiera firme y duradera. Donghae intentó apartar de su mente todo lo referente a la princesa cuando su atención fue nuevamente arrebatada por la presencia abrupta de su padre junto a unos soldados.
-Lee Donghae, debe venir con nosotros- le dijo unos de los soldados mientras Donghae los miraba ceñudo, no entendía que sucedía- Su majestad el rey exige su presencia en el palacio inmediatamente...
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Ámame - Lee DonghaeWhere stories live. Discover now