Capítulo 8

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Secretos ocultos en el hanbok...

-¿Y no te ha siquiera visitado en tus aposentos?- Le preguntó Mi-Young a Ah Ri
-No, no lo ha hecho- le respondió Ah Ri mientras daba los últimos detalles del bordado que iba a obsequiarle a su hermana por los temas de su viaje. Mi-Young se iría al amanecer junto a su esposo a las tierras donde él es el gobernador. –pensé que me visitaría luego de la recuperación de Danbi, pero...

-No lo ha hecho durante esta semana- terminó Mi-Young.
-No, ni tampoco me ha vuelto a besar- dijo esto sonrojándose un poco. Mi-Young era la única que sabía sobre el beso y aunque Donghae se había acercado más a ella, le saludaba y se despedía de un beso en la mano, pero no había hecho más intentos de besarla en los labios.
-A lo mejor no se acostumbra a la idea de que ya no desconfíes de su palabra... Puede ser eso.
-No lo sé y cuando intento sacar el tema siempre sucede algo. – le respondió Ah Ri sonriendo viendo el precioso crisantemo rosado que había bordado para su hermana.
-Paciencia Ah Ri, miel en vez de vinagre... Recuerda eso.
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El corazón de Ah Ri se había arrugado mientras se despedía de su querida hermana. Mi-Young. La pequeña Danbi agitaba un pañuelo mientras la escolta salía del palacio An-Gae. Mi-Young desde la caravana decía adiós entre la alegría de iniciar una nueva vida al lado del hombre que amaba y la tristeza por dejar lo que siempre fue su hogar y todo lo que conocía.

Ah Ri se dispuso a caminar por las cercanías del palacio con su pequeña y sus damas. Recogían algunas flores y frutos silvestres mientras la pequeña Danbi que se encontraba recuperaba correteaba algunas mariposas y llenaba de risas la apacible calma del palacio.
-Recojamos de estas para hacer mermelada- le indicaba Ah Ri a una de sus damas y recibía una canasta para colocar allí las pequeñas zarzamoras y fresas silvestres. En ese momento el capitán Choi hizo presencia ante ella.

-Buenos días alteza- le saludó amablemente y las damas se sonrojaron. El capitán Choi era un hombre muy atractivo y educado.
-Buenos días capitán- respondió ella sonriente, tenía al capitán en gran estima luego de lo sucedido con la pequeña princesa.

La pequeña princesa se reía en ese momento y el capitán volteó y sonrió de la misma manera- me alegra mucho saber que su alteza ha recobrado la salud.
-Todo gracias a usted capitán. Le debemos mucho.
-No hice nada que no estuviese dispuesto a hacer. – Dijo volviendo el rostro nuevamente hacia la pequeña princesa- fue un honor para mí en servir.

Ah Ri le sonrió nuevamente y en ese momento aprovechó el capitán para pedirle un favor. –Alteza, ¿podría hablar con usted a solas?
Ah Ri lo pensó un segundo, pero volteó el rostro hacía sus damas y estas retrocedieron.
-Dígame capitán, ¿De qué trata?
-Se trata de la princesa Min Hwa...
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Donghae había terminado de revisar los documentos de las diferentes gobernaciones, debería viajar al otro día hacia una de las aldeas para verificar que el dinero de los impuestos estuviese todo en orden. Pero en ese momento solo quería ver a Ah Ri. Se había alejado de ella después de aquel beso porque para él ella le correspondió por el hecho de estar nerviosa y preocupada por su hija, pero ya no podía alejarse más.

Quería que ella lo amara, quería que ella le correspondiera por completo y no por presión. Pero ya no podía estar más alejado de ella, así que caminó hacía los aposentos de ella, no iba a retroceder en la idea de conquistarla.
-La princesa se encuentra en el jardín exterior- le dijo una de las sirvientas cuando él preguntó por Ah Ri, se encaminó hacia allá pero la imagen que encontró no le gustó. Ah Ri estaba hablando a solas con el capitán Choi Siwon y aunque no estaban en alguna situación comprometedora, no le gustaba ver como Ah Ri miraba a los ojos al capitán, como este fuese lo que le dijese estaba concentrado en ella y los celos se hicieron presentes.

Ámame - Lee DonghaeWhere stories live. Discover now