Capítulo 5

355 28 2
                                    

Suaves vientos de cambio...

Decir que Ah Ri había pasado la noche en vela era poco... No había podido dormir después de verse corriendo hacia su habitación. En ese momento mientras tomaba el desayuno la imagen de aquella mujer y Donghae desnudos se repetía una y otra vez. No era gran conocedora de la sexualidad, ni siquiera sus institutrices le habían hablado de ese tema. Recordó cuando Mi-Young y ella eran más jóvenes y habían robado uno de los libros prohibidos de la biblioteca del palacio real en una de sus visitas. Se habían escandalizado leyendo todo aquello y sus mejillas permanecieron sonrosadas durante todo el día. En ese momento Ah Ri sonrió con nostalgia, siempre había imaginado un esposo afectuoso y comprensivo para ella, sabía por boca de muchas aristócratas que las relaciones íntimas no eran siempre agradables para la mujer, que solo era empleado para procrear y que siempre el hombre era quien experimentaba algún tipo de placer oculto. Pero Ah Ri seguía pensando ella solo había experimentado aquella intimidad de una manera que aun, después de 5 años la atormentaba.
_____________________________________

Ah Ri

En estos 5 años he intentado ser la esposa adecuada. Mi vida ha sido Danbi y fue ella quien me dio las fuerzas para seguir viviendo. Había querido morir en el instante en que me di cuenta que mi honor había sido mancillado y que la única culpable había sido yo y mi maldita curiosidad. Donghae repetía una y otra vez que no era el culpable, que había sido su hermano, ¿Pero cómo hago yo para creerle por completo? Su hermano está muerto y recuerdo esas ropas, ese rostro cada noche. Intenté acercarme a él después del nacimiento de la princesa, pero algo en mí no lo tolera. Es un hombre atractivo y viril. No es un soldado, ni un militar, pero es un hombre que se ve fuerte y decidido, que sacrificó sus sueños por mi hija y que más quisiera que las cosas fuesen de otra manera, pero no puedo.
-------------------------------------------------------------

Ah Ri le daba un sorbo a su té cuando la presencia de Lee Donghae llenaba el espacio, venía con su pequeña en brazos, aquella que reía animada mientras su padre le hacía cosquillas. Apenas vio a su madre hizo que su padre la bajara y corrió a sus brazos en un movimiento impropio de una princesa real.
-Buenos días esposa.
-Buenos días mi señor- saludó Ah Ri sin poder evitar sonrojarse, Donghae era un hombre muy atractivo aun en las tempranas horas de la mañana. – ¿Té? Lo hice yo misma.
-Por supuesto- respondió el sonriente mientras tomaba asiento frente a Ah Ri, guardando las distancias- mientras no contenga veneno- dijo el en voz baja para que la pequeña Danbi no escuchara que se encontraba embelesada viendo como su madre servía con gracia el té, pero Ah Ri si lo escuchó y una oleada de molestia la atravesó. Ella en ningún instante habría pensado hacer una cosa como aquella.
-¿Durmió bien?- preguntó Ah Ri intentando no parecer interesada en el sueño de Donghae.
-De hecho, si mi señora- respondió Donghae pero algo brilló en sus ojos que Ah Ri no supo interpretar. En ese momento la pequeña Danbi fue llevaba por su institutriz a vestirse y darle privacidad a los príncipes. Al salir y notar que estaban solos, Donghae no pudo evitar preguntar algo que tomó por sorpresa a Ah Ri- ¿Qué hacia mi señora en mis aposentos?

La mano de Ah Ri quedó a mitad de camino mientras sostenía su taza, no podía controlar que su mano se estremeciera confirmándole a Donghae que no había sido una ilusión. Esa noche mientras estaba con Chae-Woon la Gisaeng, escuchó un ruido afuera de sus aposentos. Se extrañó por ello y se puso en pie muy rápido, pero no alcanzó a ver los pasos de la persona que los observó. Sus sirvientes sabían muy bien que mientras recibía la visita de Chae-Woon ninguno de ellos tenía porque interrumpir y más aún la pequeña Danbi dormía en el ala más alejada de sus aposentos, era imposible que llegara allí sola sin que su institutriz o alguna de las damas se dieran cuenta. Una idea cruzó su mente mientras volvía al lecho donde aquella hermosa mujer lo esperaba, algo le decía que podría haber sido Ah Ri, pero ella nunca iría a verlo y menos a esas horas, pero esa idea no lo abandonó hasta el momento en que hizo la pregunta. Ah Ri se mostró nerviosa y se dio cuenta que había acertado.

-Quería hablar con el príncipe consorte ¿algo malo en ello?
-Será porque nunca te has acercado a mí para hablar.
-Siempre hay una primera vez para todo.- dijo Ah Ri intentando no tocar el tema de la noche anterior.
-Siento mucho que tuvieras que ver...- intentó decir Donghae pero Ah Ri lo interrumpió poniéndose en pie.
- Anoche cometí la indiscreción de querer hablar con usted- dijo Ah Ri intentando no pensar en los sentimientos tan confusos que sentía en el momento- fue mi culpa acercarme a sus aposentos a tan altas horas de la noche pero sentí esa necesidad.

Al decir esto Donghae se puso en pie, ahora era el quien quería saber de qué trataba aquello que la princesa quería decirle, cuando en 5 años nunca se había siquiera aproximado a esos aposentos.
-Dígame entonces princesa, quiero saber que iba a decirme. Anoche yo...
-Vi perfectamente lo que usted hacía anoche, ahora es algo sin importancia lo que quería decirle. No soy nadie para siquiera preguntar con qué frecuencia sucede esto en el palacio o desde hace cuánto tiempo. Sé perfectamente que no cumplo con los deberes de esposa y usted mejor que nadie sabe la razón. Así que mientras mi hija no se vea involucrada o enterada de lo que sucede- dijo mientras se acercaba a la puerta- no tengo nada que decir. – y salió de la habitación sintiéndose peor de lo que imaginaba.
--------------------------------------------------------------

-¿Estaba con una mujer?- preguntó atónita Min-Hwa cuando Ah Ri le contaba lo que había sucedido – ¡Que irrespetuoso!
-No seas escandalosa Min-Hwa- le dijo Yeon-Woon la reina mientras compartían paseo en el palacio imperial. Junto a ellas se encontraba Mi-Young ya que esa noche era el compromiso y la gran fiesta. Estaba todo listo y Ah Ri se había trasladado al palacio real para la festividad.

Yeon-Woon no quería decir que todo el palacio real conocía que el esposo de Min-Hwa se hacía acompañar de Gisaengs varias veces a la semana y peor aún, se conocían noticias de que tenía un hijo ilegítimo en una de las casas Gisaengs.
-No soy escandalosa, es que no puedo creer que mande a llamar a una Gisaeng al palacio donde tú vives con él.
-No soy su mujer- respondió Ah Ri intentando mostrar indiferencia pero no podía, sentía que su estómago se apretara ante la imagen de aquella mujer con Donghae. – él tiene todo el derecho. No es un monje.
-No puedo creer que tú digas algo así Ah Ri- volvió a decir Min-Hwa ante el atónito silencio de la reina y Mi-Young.
-Yo creo que estas celosa- dijo Mi-Young haciendo que todas dejaran de mover sus abanicos- estas celosa Ah Ri, puedo notarlo.
-No lo estoy.
-Lo estás. Te conozco mejor que nadie y sé que desde que lo viste no comes bien, está siempre pensativa y como ahora cuando hablas del tema parece que quisieras saber más de lo que intentas disimular.
-Está bien, no puedo negar que me siento extraña.
-Desde hace tiempo te noto extraña cuando es algo referente a tu esposo- dijo la reina- hace ya varios meses lo noto. ¿Te estás enamorando?
-No- respondió Ah Ri pero en su corazón sentía que estaba lejos de la realidad.
-----------------------------------------------------

No muy lejos del palacio real, en la casa Gisaeng más prestigiosas una hermosa mujer de cabello negro, labios seductores y curvas sensuales se preparaba para la fiesta que se llevaba esa noche en el palacio real. Esa noche como muchas otras vería a su señor que no era nadie más y nadie menos que Lee Donghae, príncipe consorte. Aquel hombre que llegó a su vida hacía más de 5 años atrás, aunque no fue sino hace 2 años que compartía su lecho y se había convertido en su señor, el hombre que velaba por ella y que ella le daba a cambio su compañía y su pasión... No, el destino con aquel hombre se había cruzado por medio de un secreto, uno que no sería capaz de revelar.  

Ámame - Lee DonghaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora