Capítulo 3

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Una festividad no deseada y una noticia inesperada...

Ah Ri siempre había soñado que el día en que se vistiera con sus trajes de bodas, sería una novia feliz. Siempre imaginó a las damas de la corte vistiéndolas mientras sus hermanas colocaban los talismanes de fertilidad, amor y felicidad marital entre sus ropas riendo cómplices, la música sonando en la plaza de armas del palacio y su corazón latiendo desbocado mientras caminaba hacia donde la esperaba su esposo. Pero en cambio, se encontró guardando sus lágrimas, mientras su dama personal Da Bin y sus hermanas organizaban sus ropas, ellas no estaban felices, en sus rostros se veía reflejada la tristeza, la impotencia y la lastima sobre el cruel destino que la menor de las princesas reales estaba viviendo.

El hermoso y oscuro cabello de Ah Ri fue recogido, mientras se colocaba el tocado ceremonial, sus profundos ojos negros, ahora marcado por oscuras sombras debajo reflejaban tristeza mientras Min-Hwa intentaba disimularlo con un poco de polvos de arroz, mientras sus manos eran cubiertas con hermosos anillos y aros de diferentes tonos de jade. Caminaba hacia la ceremonia sintiendo que su mundo se desboronaba ante sus ojos y no podía hacer nada para evitarlo.

Los pies de Ah Ri se movían, pero era un caparazón vacío y así vacía se presentó ante su ahora esposo, el culpable de su tristeza. Que tonta había sido, pensaba ella; había sentido por ese hombre lo que antes nunca había experimentado, tal vez era su instinto que le decía que corriera, que se alejara de él porque no le hizo más que daño y traerle la desolación. Estaba sentada a su lado y la rabia se acumulaba en su pequeño cuerpo, quería gritar, correr lejos de allí, donde nadie la encontrara, muchos menos él.

Mi-Young, furiosa solo puede ver como las ceremonias se llevan a cabo, estaba allí junto con los ministros y el resto de la familia real; primas, primos y sus familias, fingiendo que no había sucedido nada, fingiendo una felicidad que ni siquiera el joven rey JongWoon sentía.

Donghae miraba como el bello rostro de su ahora esposa estaba siendo impregnado por las lágrimas. Se sintió mal porque podía asegurar sin duda alguna que era por verse casada con él. La duda lo embargaba al tenerla allí a su lado, ver su delicado rostro, aquel rostro que hoy no estaba ni la mitad de alegre y radiante que la noche en que la conoció. No podía imaginar como él podría haberle robado su virginidad de aquella forma violenta, sabía que había estado esa noche con una mujer pero, ¿sería la princesa? Si pudiese recordar perfectamente aquella noche y ver el rostro de la mujer que yació podría dejar de sentirse como el peor de los hombres. El buscaba la mirada de Ah Ri, quería mostrarle que se sentía peor que ella, pero sus miradas nunca se cruzaron y no la culpó ante ella y la familia real, la estaba casando con su verdugo.

Pero Donghae no dejaba de pensar que había una posibilidad de que el hijo que crecía en el vientre de la princesa fuese suyo, deseaba que si lo fuese, se pareciera físicamente a ella, deseó que tuviese aquellos ojos tan hermosos o aquellos labios que sonrieron cuando lo conocieron, que fuese como ella rogaba Donghae, que sea como ella para que lo ame.
Al terminar las ceremonias, el sacerdote que sabía la verdad del estado de la princesa fingió diciendo que esa noche era propicia para la consumación. Donghae y Ah Ri debían ir juntos a los aposentos preparados para ellos, Ah Ri temblaba de físico miedo imaginando que debía consumar esa noche con él, pero no quería, no lo deseaba. Donghae queriendo hacerla sentir bien tomó su mano pero ella inmediatamente lo sacudió y vio en ella el rechazo que le producía una leve caricia como aquella.

Siguieron los rezos y los desvistieron dejándolos tan solo en los encajes y suaves telas interiores pero Donghae se alejó de ella al notar como temblaba de terror.
-No pienso tocarte Ah Ri, no intentaré hacer nada de lo que haga que me odies más- dijo Donghae colocándose a un extremo de la habitación.
-El daño que me hiciste es suficiente para odiarte toda tu vida Lee Donghae- dijo Ah Ri llena de amargura- Y espero que vivas lo suficiente para que lo sientas.
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Ámame - Lee DonghaeWhere stories live. Discover now