Capítulo 6

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Oscuras nubes de tormenta...

La fiesta estaba en todo su esplendor. Las danzas y la música llenaban la gran plaza del palacio real y los vibrantes colores resaltaban entre las enormes antorchas que iluminaban y calentaban la fresca noche. Habían contado con suerte de que la primavera había iniciado y las fuertes nevadas habían cesado. La pequeña Danbi aplaudía llena de felicidad cuando veía a las hermosas bailarinas hacer sus presentaciones. Una semana atrás había sido el compromiso y ahora en la boda, la pequeña podía contemplar lo maravilloso que una festividad como esa podría ser. Los días anteriores fueron las fiestas con el pueblo y ahora después de las ceremonias sacerdotales era el paso de festejar con la aristocracia y la numerosa y bien conocida familia real.

La princesa Ah Ri sentada junto a su esposo, Donghae príncipe consorte veía como la pequeña bailaba con sus primas menores una conocida danza en ronda. Donghae veía a su hija, pero la sonrisa de Ah Ri lo tenía encantado. Se veía hermosa mientras seguía con la mirada a su pequeña que había heredado la gracia de su madre. En el final, mientras aplaudían Ah Ri miró hacia su lado y se encontró con la mirada llena de calidez de Donghae y no pudo evitar sonrojarse.

La fiesta continuaba, los fuegos pirotécnicos traídos desde la gran nación China alumbraban la fresca noche y robaba la atención de todos.
-Señores, señoras- la voz cantarina de una mujer atrajo la atención- las mejores Gisaengs del reino están aquí para deleitar no solo con su belleza, también con el arte de la música a los recién casados y desearles una apasionada vida de casados- en ese momento los vítores masculinos se hicieron presentes. Ah Ri tomaba en sus brazos a su hija que ya estaba dormida, mientras Donghae se tensaba al ver un rostro demasiado conocido liderando el grupo de Gisaengs.

Chae-Woon era la Gisaeng que lo visitaba desde hacía dos años. La belleza de aquella mujer era sin igual entre las mujeres de su clase y rivalizaba con la de las princesas reales. Según las habladurías, la joven esclava estaba emparentada con la familia real y al notarse los murmullos entre la multitud eran muchos los que creían posible eso.

Los instrumentos empezaron a interpretar la hipnótica melodía y la suave voz de Chae-Woon empezó a acariciar los oídos de los presentes...

"Muchas veces, a mi corazón he tratado de explicar que eres un hombre prohibido. Pero tu corazón, después de todo me atrae a este lugar."

Chae-Woon danzaba mirando a Donghae, no apartaba su mirada de él haciendo que todos, incluyendo a Ah Ri se fijara que la letra de aquella canción era para el príncipe consorte.

"Siempre buscas mi compañía, déjame hacer mi trabajo entonces..."

Ah Ri sentía un pequeño nudo crecer y crecer en su vientre, era aquella sensación, como la que había sentido el día que lo vio con aquella mujer. Porque no tenía duda, esa Gisaeng era la misma mujer con la que Donghae estaba esa noche.

"A donde quiera que mire, puedo decir que soy tuya y tú eres mío, tan mío que cuando estemos a solas, no hacen falta las palabras..."

Vergüenza.... Pensó Donghae mientras veía el rostro de todos los presentes. Chae-Woon cantaba mirándolo y todos ya habían entendido a quien iba aquellas dulces y sensuales palabras.
Al terminar, no contenta de mostrarse. Chae-Woon se acercó donde se encontraba Donghae y arrojó una pequeña flor de loto hacia los pies de él haciendo que los murmullos y los comentarios se incrementaran.

Ah Ri, que tenía en sus brazos a su hija soportó la vergüenza que se ceñía sobre ella, los ojos de todas las mujeres cargados de lastima y cerró los suyos un instante. Ella sabía que Donghae tenía a una amante, aceptaba eso porque ella no cumplía sus deberes. Pero que ahora todos supieran aquello, su hermano el rey, sus hermanas y notar la sonrisa burlona de esa mujer era demasiado...
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Las Gisaengs volvieron a sus puestos al otro extremo de la plaza y con ellas Chae-Woon sonreía. Había marcado como suyo a Donghae delante de su esposa. Durante 2 años Chae-Woon. Ah Ri se puso de pie, con la pequeña en sus brazos y su dama corrió a ayudarla.

Ámame - Lee DonghaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora