Два.

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Yuri se gira en su inmensa cama, pasando a llevar levemente la ropa suave con forma de piel de tigre, murmura algo irreconocible y se prepara para seguir durmiendo. O al menos eso pensaba, antes que una enorme luz se colara por la ventana.

— ¿¡Y ahora que diablos pasa!? —. Grita haciendo volar algunas almohadas.

Otabek atrapa una, analiza el extraño diseño y la devuelve a los pies de la cama.

— ¿Otra vez tú? Le dije a Yuko que no quería verte en mi cuarto.

La castaña de los ojos enormes se apoya en la puerta sin entrar, recuperando el aliento.

— Lo... Lo siento señorito Plisetsky, el señor Altín insistió en venir.

Yuri le observa a ambos, luego los despacha para seguir durmiendo. Otabek es el único que no se mueve, sigue con la mirada el camino de la criada y luego vuelve su vista al rubio, quien parece recobrar el sueño.

— Tu abuelo está por salir, quiero verte en pie.

Yuri saca un brazo y lo alza en una expresión desganada.

— Y yo quiero verte bajo un camión o algo —. Responde tapándose aún más con la ropa de cama.

— Te daré cinco minutos para estar listo, contando desde ya.

— ¿Y si no qué? —. Retó el menor que ya se había acostumbrado a esa extraña luz.

— ¿Sabes lo helada que puede resultar el agua en las mañanas?

Otabek sonrió, Yuri lo miró solo para comprobar que sobre la bandeja había un jarro.

— No te atreverías.

— Pruébame.

Yuri se cubrió con la ropa de cama, el mayor contó.

— ¡Yurochka! ¿Qué haces despierto tan temprano?

El rubio se acerca a la mesa con cara de pocos amigos, por culpa de la estúpida niñera ahora parece mapache.

— Te vine a despedir —. Miente mientras bebe de la taza caliente.

— No tenías que lavarte el cabello para eso —. Su abuelo sonríe amablemente mientras el chico recuerda como un hielo se coló en su espalda.

Cuando la pareja se despide Otabek mantiene distancia pero no se aleja del chico rubio, hay más en juego que un chico con ganas de ser adulto, su trabajo y orgullo como familia están también.

Luego de eso el menor se encierra en su cuarto, sin tratar palabra alguna con él.

Otabek mantiene la calma, pero la curiosidad le invade.

¿Qué hace allá adentro? —. Le pregunta a una de las señoritas de aseo.

— El señorito Plisetsky casi nunca sale de su cuarto, a menos que sus clases lo exijan, sabe, no es tan mala persona como me imagino que cree.

Otabek toca la puerta.

Nadie responde.

— Estoy intentando mantener un protocolo —. Bufa cuando lo vuelve a intentar, el chico es más niño de lo que creía.

Pero nadie responde.

Abre la puerta, observa la habitación con calma, hasta donde la ventana se abre trayendo corrientes de viento frío con esto.

El niño ruso se a escapado.

Cierra la puerta y se desliza por las escaleras.

— Takeshi, que nadie moleste a Yuri, hasta que yo vuelva.

El mayordomo asiente.

Otabek salta sobre la motocicleta negra y arranca, no va a perder su empleo por un niño mimado.

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Siento si los capítulos son algo cortos, me esfuerzo por actualizar luego TwT

Mafia Rusa [Yuri x Otabek] Au!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora