8

144K 7.4K 1K
                                    

Jeremy no me hace caso por más que le digo que me suelte, está demasiado borracho. Cuando me intenta llevar a algunas de las habitaciones me sigo resistiendo. Nadie hace nada ya que están todos borrachos, teniendo sexo o drogados.

Sigo insistiendo en que me suelte pero se enfada y me levanta la mano, cierro los ojos esperando el golpe pero nunca llega, alguien se abalanza sobre él poniéndose encima de este y empieza a darle fuertes puñetazos.

Trato de verle la cara y veo que es Iván. Frunzo el ceño y antes de que pueda hacer algo para separarlos, le da un último golpe y me agarra del brazo hasta llegar a la salida, dejándome aún más confusa.

—¿D-dónde...vamos? —pregunto aturdida. Miro en todas las direcciones pero no hay nadie más fuera.

—A tu casa. Estás borracha —dice molesto.

—¿Y q-quién me asegura que n-no me vas a... violar? —me cruzo de brazos indignada. No puedo confiar en él, apenas lo conozco.

Ríe sin humor.

—Me deberías agradecer que te quitara de encima a ese gilipollas, que sí te quería violar —escupe, y camina dejándome atrás.

—¿Y..p-por qué lo..has hecho? — Voy a dar un paso pero me tambaleo cayendo hacia el suelo. Cierro los ojos esperando el golpe, pero no llega. Unos fuertes brazos me sujetan por la cintura.

Abro los ojos y me encuentro a Iván a escasos centímetros. Observo detenidamente su hermoso rostro y él hace lo mismo frunciendo el ceño.

Dios, ¿qué estoy haciendo?

Me separo lentamente y caminamos en silencio hasta el aparcamiento. Saca unas llaves de su bolsillo y va hacia un coche negro. ¿Tiene coche? wow. Me hace un gesto para que entre y asiento un poco incómoda por lo que acaba de pasar hace apenas unos minutos.

Me siento de copiloto y me abrocho el cinturón, mirándolo de reojo. Está concentrado mirando la carretera.

El viaje se me está haciendo realmente incómodo, de vez en cuando miro por la ventanilla tratando de disimular los nervios que tengo pero es imposible.

Para intentar calmarme, enciendo la radio haciendo que Iván se tense, pero finalmente no dice nada.

Empieza a sonar "i hate u, i love u" y cierro los ojos fuertemente. Me encanta esta canción.

***

—Llegamos —comenta Iván sacándome de mis pensamientos.

—Uhmm...sí —me desabrocho el cinturón y antes de abrir la puerta miro sobre mi hombro.

—G-gracias —digo tímida y al ver que no me contesta, abro la puerta.

—De nada —es lo último que escucho y voy hasta mi casa. Introduzco la llave y una vez dentro suelto un fuerte suspiro. Ha sido la noche más rara de toda mi vida.

Miro hacia mi derecha y veo la pequeña  lámpara del salón encendida y a mi madre recostada en el sofá.

—¿Quién te ha traído, hija? —pregunta frunciendo el ceño. Ugh, seguro que me espió por la ventana.

—Mmm...¿t-te acuerdas del amargado del que te hablé?

Asiente.

—Pues... ese —giro sobre mis talones y cuando voy a salir del salón, me tambaleo de nuevo. Mi madre se acerca rápidamente.

—¿Estás borracha? —dice con un notable enfado en su voz.

Oh, no.

—U-un poco —hago un ademán restándole importancia y río.

—Ahora mismo vas al baño y te das una buena ducha de agua fría. Después hablaremos seriamente —dice poniendo las manos sobre sus caderas.

Tú, mi problema © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora