Después del primer amor.

Conociendo a la mamá de Alex.

Las vacaciones de verano ya empezaban, Alex y yo teníamos muchos planes, o quizás eran sueños. Algunos de ellos eran ir a una playa lejos del pueblo, beber algo denoche en esa misma playa, cabalgar, también ir a ul zoológico, escuchar todo tipo de música juntos, contarnos anécdotas, viajar a muchos lugares, entre otras locuras más.
Sabíamos que eran fantasías de amor típicas en un adolescente, pero nunca dudé sobre si podríamos cumplirlos. Tenía la certeza de que sería así.

Dentro de todo, tenía pendiente conocer a la mamá de Alex.

Y sí, llegó el día de conocerla.
Ese día me vestí con una camisa rosa, un jean claro, y unas zapatillas blancas.

Las que en su momento fueron importantes para uno, jamás se olvidan por más simples que sean.

Antes de llegar a casa de Alex, tuvimos una charla.

-Mi mamá es un poco estricta, pero tú eres perfecta, así que sólo se tú misma.

-Alex, ésto no es tan fácil para mí, estoy muy nerviosa, ¿Y si no me quiere?

-No necesitas ser perfecta, para mí eres increíble. Tranquila pequeña, mi mamá te amará.

Mientras lo escuchaba hablar, me daba cuenta de que él era el único que podía calmar cualquier tormenta en mi cabeza.

Cuando llegamos a su casa, antes de entrar tomé fuerte su brazo y le dije lo nerviosa que estaba.

-Mery, cálmate, te aseguro que todo estará bien -respondió Alex. Mirándome fijo, como si me estuviera alentando para jugar un partido de fútbol.
Luego me abrazó y al fin, entramos.
Me llevó tomada de la mano hasta la sala de su casa. Cuando su mamá me vio, se paró inmediatamente a saludarme, como si me hubiera esperado un largo tiempo.
Lo primero que me dijo fue:

-Así que tú eres la chica tan nombrada por mi hijo...

-Si, supongo. Y sonreí.

-Pues eres linda, tengo algunas preguntas para ti.

En ese momento me puse demasiado nerviosa.

Continuó:

-Mi nombre es Brenda Smith y mi hijo me ha dicho cosas buenas sobre ti, demuéstrame alguna, ¿Estudias querida?

-Sí, estudio en el mismo colegio que Alex, estudiaba en otro departamento pero mi madre decidió mudarse a último momento.

-Ajá, si. ¿Cuál es tu edad?

-Tengo 16 años, señora.

-Bueno, soy tu suegra, llámame Brenda.

En ese momento mi cara reflejó una  sonrisa de alivio.

Luego de una larga charla para  conocernos mejor, Alex me invitó a dar un paseo, y acepté, así que nos despedimos de su mamá y fuimos a caminar juntos.

Cuando miraba a Alex, sentía que quería pasar mi vida entera a su lado, me daban ganas de abrazarlo eternamente, él era increíble, era mi adoración y yo estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por él.

Era una chica enamorándose por primera vez, una chica un poco cerrada si se trataba de despedidas, me negaba a imaginarme una vida sin Alex.