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Me alejaba de la cafetería, las nubes empezaban a quedar grises, y a los pocos minutos, la lluvia decidió llorar conmigo.
Necesitaba desahogarme, así que corrí, como una loca, hasta la playa más solitaria de la ciudad.
Mientras corría bajo la lluvia, recordé el día que entré en el colegio en el que asistía en ese entonces, y recordé que un tiempo después, conocí a Alex, y lloré más fuerte, con la dulce y a la vez cruel compañía de la lluvia.
Estaba a una cuadra de la playa y sentí un grito cercano que decía:
–¡He, Aly, espera!
Voltee mi cabeza para ver quién era, y la volví a ver, era Aly Henderson, la única persona que estaría siempre allí, pese a todo.
–Aly, perdóname, se que estuve mal, lo siento, de verdad lo lamento mucho, te necesito, te necesito mucho. –Dijo Aly con una vos desgastada.
Lo único que pude hacer, fue correr a sus brazos, lo que más necesitaba en ese momento, era un abrazo, ¿y quién mejor que Aly? Ella siempre me fue fiel.
–Mira, Aly, no importa lo que haya ocurrido, fuiste mi única amiga, de verdad lamento haber sido tan cruel contigo.
–¿Lo fuí? Mery, yo siempre seré tu amiga, no importa lo que pase. Ahora dime, ¿porqué tienes el rímel bajo los párpados, acaso hay alguien a quien matar hoy?
–Ash, no pasa nada, sólo fue la lluvia, tranquila.
–Mmm, querida, las únicas personas que vienen a ésta playa estando completamente solas, aún cuando llueve, esas personas son las que tienen el corazón roto o un sueño destruido.
–Aly, abrázame y no preguntes nada. –Dije mientras lloraba.
Aly me abrazó por unos minutos, ni siquiera le importó mojarse tanto, pero cuando me tranquilicé me propuso ir a su casa para tomar café y hablar sobre lo que me estaba ocurriendo, y claro que acepté, necesitaba a mi amiga otra vez.

Después del primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora