Después del primer amor.

¿Para siempre?

-¿Pensaste que no vendría?
Él siempre haciéndose el interesante, y su maldito ego, por Dios, ese imbécil me encantaba.
-Eres terrible. -Sonreí.
Alex me abrazó, y en ese mismo instante, sentí como cada pedacito de mi corazón volvía a unirse, sentí que la "torre" de mi vida volvía a construirse.
-Por favor perdóname, ¿Si? Lo pensé mucho, y he sido terrible contigo, ¿Sabes? Tú me lo das todo, y yo jamás te he dado nada.
Joder, el chico que reparó mi vida, el único en el mundo que pudo hacerme conocer lo que hay fuera de un instituto, el  que consiguió conocer todo de mí y aún así me quiso tener a su lado, ese mismo chico estaba diciendo que nunca hizo algo por mí, vaya, que ironía.
-Alex, sabes que ya estás perdonado, no se si lo mereces, pero, realmente no podría soportar despedirme de ti, y lo digo enserio. Haz hecho tantas cosas por mí, de verdad, no te lo imaginas.
Él me abrazó otra vez, y me besó, como si el mundo estuviese a punto de colapsar. Tomó mi mano y me llevó hacia mi habitación. Y bueno, ya sabéis que pasó después.
Luego, Alex se quedó dormido en mi habitación, en mi cama. Ya había pasado una hora y media, y aunque me dió pena, tuve que despertarlo porque mamá ya estaba por llegar.
-¡Cielos Mery!, ¿Qué haces? -Dijo confundido.
-Amor, tienes que irte ya, mi mamá está por llegar. -Dije sonriente y preocupada.
-Vaya, eres una loquilla, hace un rato eras la chica más sexy y rebelde del mundo, y ahora eres mi dulce Mery otra vez. -Sonrió sarcásticamente.
-Ya Alex, me irritas. -Respondí, tratando de no reírme.
Alex estaba loco, siempre conseguía hacerme reír. Nos despedimos, aunque costó, como siempre. Los minutos pasaron y Alex ya había llegado a su casa, por lo que me envió un texto:
-"Amor, quiero que sepas que estar contigo es el paraíso, me he construido un poco por dentro, te amo muchísimo, preciosa."
Sonreí, lo leí una, otra, y otra vez. Y sonreí una vez más.
-"Sabes que eres la última pieza de mi rompecabezas, ¿No? Pues si, eres la más importante. Te amo mucho, nos vemos."
Respondí, y me recosté en mi cama, sin ni siquiera arreglarla, sentir el olor de su perfume en mis sábanas, era sentir que tocaba el cielo.