Capitulo 2

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-¡Camila! ¡Camila! ¡Abre la puerta!- gritó Dylan desde afuera del baño -¡Ya se que andas hedionda a bacalao! ¡Pero tampoco es para que andes una hora metida ahí adentro!
Camila, frente al espejo del baño, bajó el rímel y bufó.
-¡Te cagaste! El baño es mio asi que te aguantas.- regañó –¡Y no creas que no se que fuiste tu y tu amiguito Tobias los que me hicieron los de las cucarachas eh!
Dylan no pudo evitar soltar una carcajada
-Mira, yo no sabia de eso, fue el- hizo una pausa en la que las carcajadas aumentaron su volumen -¡Pero vaya que estuvo bueno!
-Arruinaste la fiesta de mi mamá, te va a matar- dijo Camila tratando de calmarse, volviendo a peinar sus pestañas con el fino peine.
-Claro, claro, en 2 meses. Acuerdate que hoy en la madrugada partieron a su viaje en Miami. Y acuerdate también que me dejaron a cargo. Asi que te puedo sacar del baño- reclamó. Camila intentó ignorarlo, pero las ganas de seguir la pelea se lo impidieron.
-¿A cargo? Mira, no necesito que me cuides, no soy una nenita, tengo 18 si no te acuerdas- se defendió.
Camila volvió a reir.
-Tal vez tengas 18, pero sigues siendo una nenita consentida-
Esta vez, Camila no resistió.
Enojada, volvió a bajar el pincel con el que envolvía sus pestañas en rímel y abrió la puerta del baño.
-¿A que te refieres?- reclamo enojada, Dylan seguía con su irritante sonrisa.
-Al fin ¿terminaste? Si me disculpas me tengo que bañar- dijo dispuesto a entrar, pero Camila le dio un empujón que se lo impidió. El seguía con sus carcajadas.
-¡Dejá de reírte!- gritó irritada, Dylan obviamente no obedeció -Mira,Dylan, yo soy una mujer. Soy capaz de hacer lo que quiera por mi cuenta-
-Claro, claro, por favor, Camila. Ni siquiera fuiste capaz de organizar tu propia fiesta, ni siquiera fuiste capaz de hacer algo tan simple como servir un postre. Todos sabemos que no serías capaz de pasar un día valiéndote por tu misma, en otra casa.- rió. Camila hizo un gesto de ofendida.
-¡Claro que si, soy muy capaz!-
-Apostaría lo que sea a que no-
En eso, a Camila se le vino una aberrante idea.
-¿Recuerdas la casa de playa de la tia Nancy en Río Negro?- preguntó Camila, Dylan la miró confundido tras la repentina vuelta a la conversación.
-Si...- afirmó confundido –La tia Nancy se fue de viaje con tus padres y los mios, Camila, no esta allí ¿Por qué dices eso?
-Mirá, Dylan, ¿Cuánto apuestas a que puedo estar allí sola por los dos meses en los que nuestros papas y tia Nancy están fuera del país?- Dylan la miró sorprendido tras su apuesta.
-Estás loca- dijo y avanzó dispuesto a ingresar al baño, Camila volvió a impedírselo.
-Es encerio, Dylan. Puedo estar allá, conseguir un trabajo de verano para mantenerme y hacer lo que quiera por dos meses sin que nada malo pase y sin que mis papas vayan a saberlo- insistió, esta vez a dylan le cambió la cara.
-¿Dices que estarás allá por dos meses?-
-Eso-
-¿Sin que nada pase y tus padres no tengan que saberlo?-
-Exacto-
-¿Sin que me andes molestando aquí?-
-¡Dylan!- excalmó enojada.
-Esta bien, no es mala idea- dijo Dylan, y en ese momento, Camila dudó por un momento sobre lo que estaba haciendo, pero siguió con la propuesta en pie. Tenía que demostrar que ella podía. –Entonces, si la policía sabe de algo que hayas echo, tus padres y los mios se enteran, o vuelves apenada y llorando como nenita de vuelta antes de que se hayan cumplido los 2 meses ¿Yo gano?
Camila suspiró
-Si, si llega a pasar eso tu ganas- afirmó –Pero si estoy allá 2 meses justos, yo gano.
-Okey, pero hay que poner algo en juego. Una apuesta es una apuesta – exigió Dylan.
-¿Dinero?- propuso Camila completamente decidida.
-Nah, quiero algo más.- Dylan sonrió maliciosamente – si gano, tendrás que hacer mi tarea todo el año entrante.
Camila tragó saliva, y al mismo tiempo pensó que podía pedirle si ganaba.
Sabía exactamente qué.
-Hecho, y si yo gano, tendrás que cubrirme en lo que yo quiera. Cada vez que salga sin permiso o quiera hacer algo, tendrás que apoyarme y cubrirme de nuestros padres-
Sin duda la apuesta estaba hecha. Dylan extendió su mano y ella la tomó.
-Hecho. ¿Cuándo te vas?- preguntó finalmente.
-Mañana mismo- contestó.
Y aquello fue el hecho que desencadenó la mayor aventura de su vida.
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Learning To Fly; Camren Where stories live. Discover now