Capitulo 10

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Que pesadilla, horrible pesadilla.
Un segundo pensando en que sería una adulta, en el que estaba en su primera fiesta, ganándole la apuesta a Dylan.
Y al otro en un alboroto que no recordaba ni quería recordar bien.
Pero había sido un sueño.
Todo había sido un sueño y en ese momento se encontraba en su cama, dormida.
Se dio vuelta y algo sólido le golpeó la espalda.
Sintió frío, se puso una mano sobre su cuerpo.
Palpó, algo suave, pero con un olor que penetraba con intensidad por sus fosas nasales, azotándolas y agudizando su sentido del olfato.
Perfume de mujer.
¿Qué pasaba?
Abrió los ojos y se sentó de golpe.
Paredes azules, cerámica gris.
Sillas y más sillas.
Algunas personas en silencio, sentadas, que volteaban a mirarla.
Un escritorio, hombres uniformados allí.
Estaba en una silla, más bien acostada entre tres sillas, con un sudoroso suéter sobre ella.
Miró atrás, una chica la observaba algo molesta.
No había sido un sueño.
-¿Dónde estoy?- exclamó espantada.
La chica bufó.
-En la comisaría.-
-¿Qué pasó?- preguntó con el mismo tono de pánico.
Ella chasqueó la lengua y entrecerró los ojos.
-Creo que preferirías no saberlo.-
-¿Aún soy virgen?- elevó el tono.
La gente los miraba, a ambos.
Ella, avergonzada, se paró de su lado sin reflejar sus emociones.
Caminó por toda la sala y se sentó lejos de Camila.
Miró para todas partes menos a ella, haciéndose la distraída.
Camila se sintió avergonzada.
Y para peor, se dio cuenta que debajo del sudoroso suéter traía el traje de baño puesto.
No, no había sido una pesadilla.
¿Y la chica?
Le sonaba familiar.
Y entonces su mente empezó a despejarse.
Las imágenes empezaron a volver a su cabeza y a ser mejor procesadas.
Copas y más copas.
Austin.
¿Se había metido en un embrollo con él?
¿O con la  extraña chica que la acompañaba?
Habían otros en la sala, jóvenes.
Los examinó.
Un par de morenas conversando en voz baja.
Un chico frente a un dispensador de agua, apoyado, con la vista clavada en el reloj.
Un rubio echado para atrás en una silla, con poco rastro de estar consciente.
Sin duda estaba más borracho que ella.
Pero claro, al ser la primera borrachera de Camila se le hizo más complicado.
Aún estaba algo mareada.
Genial, su primer día y ya estaba en la comisaría.
Y entonces, uno de los policías tras el gran escritorio habló
-Tu .- miró a la chica que acompañaba a Camila. De inmediato captó. -¿Podrías acercarte un poco?-
Obedeció,Camila la miro.
Estaba lo suficientemente cerca como para escuchar.
-Así que ¿Cómo dijiste que te llamabas?- preguntó el policía, algo avanzado de edad y de kilos.
-Lauren Jauregui .- contestó este.
-A ver, mostrame tus documentos.-
se llevó la mano al bolsillo y extrajo su billetera.
Le enseñó su cédula.
El policía se la recibió y examinó.
-Mmm... Con que extranjera, supongo que estás aquí con permiso legal ¿No?- levantó la mirada hacia ella, intimidándola con su tono de voz que le indicaban que se venían problemas.
-S-sí- tartamudeó. –De turista, más bien.-
-Ah, entonces vuelves.-
-Sí, señor.-
Lauren estaba rígida como tabla, aquel asunto lo ponía nerviosa, muy nerviosa.
El policía exhaló, fuerte, ruidoso.
-Está bien, está bien. Si al fin y al cabo eres mayor de edad y no causaste alboroto, ya acabé contigo .- se paró de la silla. –Voy a ir a arreglar todo y a devolverte tus pertenencias.
Decile a tu amiga que venga y se pueden ir ambas.-
Lauren se volteó a verla.
Ella abrió los ojos, como si éstos fueran a salirse de sus cuencas.
Ella se volvió al policía en cosa de un segundo.
-Pero no es mi...-
Ya se había ido.
Camila se puso el suéter, no sabía de donde había venido pero se lo puso.
Se paró y caminó hasta ella.
Agradeció que sus sandalias tenían buen broche y no se le habían caído.
Se puso a su lado.
-Esto... ¿Podemos hablar más serios?- preguntó tímida, Lauren giró la cabeza hacia ella.
-¿De qué?- su rostro lucía cansada.
Camila tragó saliva.
-¿Pasó algo entre...?-
-No.- negó de inmediato –No me hubiera aprovechado de ti ni aunque quisiera.
A diferencia de otros, ten cuidado con este chico todo despeinado ese.-
Pensó en Austin, de seguro se refería a él.
Se asustó.
-¿Entonces el y yo...?-
-Tampoco.- volvió a interrumpir –Solo te voy a decir que me debes una grande.
Pero no quiero volver a verte así que considera que estamos a mano.-
Dejó de mirarla y golpeó el escritorio con su antebrazo.
Camila hizo una mueca.
-¿Por qué tanta agresividad?-
Lauren volvió a darse vuelta, con una extraña sonrisa, una sonrisa irónica.
-¿Será porque son más de las 2 de la madrugada, llevo horas aquí, estoy cansada y cuando vuelva mi tío va a matarme?-
Gritó, la escasa gente volvió a mirarlos.
Pero esta vez a ninguno le importó.
Camila se sintió ofendida, pero algo la incitó a contestar.
-Bueno, no creo que sea culpa mía, no recuerdo haberte invitado a la fiesta.- se defendió, en un tono más calmado.
Claro que no la tenía, pero no ayudó bastante el hecho de tener que salvarle el pellejo.
¿Y lo del baño?
Lauren sintió algo de vergüenza por un momento.
Lo recordó.
De seguro ella no lo recordaba.
¿Cómo se lo contaría?
No, sería mejor no contárselo.
Volvió a mirarla, ella la miraba fijamente, esperando respuesta para seguir bardeando.
-Como sea, no importa, solo voy a recoger mis cosas y no te veo más.- contestó con mala onda.
Dejó de mirarla.
Y entonces Camila cayó en la cuenta de que estaba en una comisaría.
Problemas.
Sí, acababa de cumplir 18, pero no traía sus documentos de identidad.
Los policías no creerían que tenía 18.
Su aspecto de adolescente sin duda no la hacía notar mayor.
Lo que harían de seguro sería llamar a sus padres.
Y eso sería perder la apuesta, y no podía perder la apuesta.
Le golpeó delicadamente el brazo a Lauren quien miraba fijamente hacia la puerta por donde había desaparecido el policía esperando que volviese.
-¿Me puedes hacer un favor?- preguntó tímidamente.
Volvió a mirarla por tercera vez.
-¿Qué?- preguntó no muy convencida.
-Necesito que digas que vienes conmigo, que somos parientes.-

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Disculpen por la demorara, espero que les guste el capitulo, hasta luego ✋❤
             - Ally💓

Learning To Fly; Camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora