Capítulo 92

168 10 0
                                    

CAPÍTULO 92

*narra Aina*

Os juro que estoy destrozada. Mi mejor amiga y el chico que me gusta se van, los dos, de golpe. Ya no sé cómo voy a sobrevivir aquí... Estoy demasiado tocada, no me lo esperaba para nada. No tengo ganas ni de ir a su fiesta de despedida. Pero en realidad, ellos se merecen una buena despedida, así que tengo que ser fuerte y asistir.

Observo la maleta de Marta, preparada para irse mañana, delante de la puerta de la habitación, y eso solo me hace sentir más triste. Se me escapa una lágrima. Ana lo ve y me abraza.

Ana: Eh... Vamos, no te lo tomes tan a pecho, los volverás a ver pronto. Además, me tienes a mí, que soy la alegría de la habitación JAJAJA.

Aina: Eres la alegría desde que estás con Manu... No sabes cuánto te envidio.

Ana: ¿Por Manu?

Aina: ¡No, tía! Por haber encontrado a alguien que te haga ser feliz.

Ana: Esa persona no tiene que ser necesariamente un novio. Tú me haces feliz, sabes que eres como mi hermana.

Aina: Aish... Gracias, no sé qué haría sin ti, Anita Dinamita.

Llaman a la puerta. Es Manuel, que viene a recogernos.

Manuel: Venga, chicas, ¡un poco de alegría! - aunque a él no es que le rebose la alegría, que digamos, también está muy afectado por lo de Marcos - Vamos ya para la sala común que ya están todos ahí.

En cuanto llegamos, el ambiente no es, cómo decirlo, muy positivo. Mauro sigue dándole al ponche, claramente afectado, Víctor intenta consolar a Marta, pero ella se zafa de él, Lluc está apartado en un rincón, Guillermo en su mundo y Martina y Marcos hojean un libro de cocina. En cuanto llegamos, Manuel pone la música y todos salen de su letargo. Marcos se pone encima de una mesa.

Mendicuti: ¡YA BASTA DE CARAS LARGAS! Sí, nos vamos del programa, pero no se acaba el mundo, todos nos volveremos a ver, no quiero que mi despedida sea tan aburrida, así que todos a bailar y a disfrutar de nuestros últimos momentos aquí. Y venga, Maurete, deja el ponche que al final lo reemplazarás por mí, gracias por convertirte en mi mejor amigo, ahora tienes que ganar, no solo por ti, sino por los dos. Guillermo, empieza a relacionarte más con nosotros y deja de pensar en Teresa, ¡hombre! Manuel y Ana, nunca dejéis de miraros como lo hacéis ahora, sois unos grandes, no sabéis cuando os voy a echar de menos, ENAMORADOS. Martina, creo en tu potencial, vas a llegar muy lejos. Y creo en ti y en Mauro, os complementáis. Víctor, hemos tenido nuestras diferencias, pero eres muy bueno en la cocina, también llegarás muy lejos. Lluc, te has equivocado, pero en el fondo sé que eres una persona muy noble. Aina, - me mira y me pongo nerviosa - te convertiste en una persona muy especial para mí, no quiero que te quedes con mal recuerdo, por mí está todo olvidado, empecemos de cero. Y Marta, supongo que ha sido cuestión del destino... El duelo final no será entre nosotros los dos, pero el destino ha querido que acabemos juntos esta experiencia. Muchas gracias por convertirte en una gran amiga, no sabes cuánto te aprecio. MUCHAS GRACIAS CHICOS, OS QUIEROOO!! - la última frase la dice en balleno y todos echamos a reír, a la vez que nos fundimos en un bonito abrazo colectivo, apartando por un momento todas nuestras diferencias. Esto. Este es el sentimiento de piña y amistad que me gusta.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora