Capítulo seis.

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De pronto siento la presión de todo lo que sucede, los minutos pasan más rápido de lo común y ahora solo falta hora y media para que mamá comience a insistir con la cena. Entonces notaría que algo va mal, lo más probable es que me quiebre y le diga todo mientras lloro por la desesperación. Tal vez use a Scorpius como pañuelo.

—Lily —le escucho decir y dejo de mirar a la nada para fijarme en él—. ¿Todo bien?

Me relamo los labios y niego con la cabeza.

—Bueno, tú sigues siendo chiquitito así que no —río un poco, poniendo mi cabello tras la oreja—. Me siento inútil porque no sé ayudar a solucionar esto... Solo estoy aquí, haciendo estupideces.

Mi voz se apaga mientras bajo la mirada. En verdad me sentía tan idiota e inútil, yo causo todo esto pero termino dándole el trabajo duro a Albus.

Siempre fue así, yo haciendo algo estúpido y Albus cubriéndome. Mamá y papá siempre se enfocaron en que James tenía demasiada hiperactividad, nunca notaron que yo también la padecía. La única razón por la que mi expediente de conducta estaba limpio era porque Albus me ayudaba a solucionarlo antes de que alguien lo note.

Estoy algo cansada de eso, de ser quien espera. Pero tampoco sé la forma en la que puedo ayudar, lo que empeora mis nervios.

—Tus estupideces ayudaron a que no entre en pánico.

Cuando vuelvo a fijarme en él está junto a mi rostro, sentado y mirándome con una media sonrisa amigable. Yo alzo una ceja.

—Hablo en serio, Lily. Si no me entretenías con todo esto habría hecho todo un escándalo, tal vez hasta me daba una especie de infarto.

—Oh, eso no ayuda a calmarme en realidad. Porque lo que te hice pudo haber provocado todo eso, y la sola idea me... —jadeo y me abanico con una mano— deja sin aire.

Imagino a Scorpius teniendo un infarto, luego a mí misma intentando explicarle la situación a sus padres. Y esas imágenes hacen que mi corazón lata más rápido, la culpa crece dentro de mí. Todo lo que sucedía solo porque quise impresionarlo.

Tal vez debí impresionarlo con mis datos "interesantes" sobre herbología, así al menos no sería un enanito... Si es que no hacía otra estupidez y terminaba en las mismas.

—Lily... ¡Lily! Respira, no puedo ayudarte estando así —habla un poco preocupado.

Intento hacerlo, pero pensar en todo eso me abruma en niveles extremos. El hecho de que soy una dramática no ayuda. Cerrar los ojos tampoco.

De repente siento una caricia en mi mejilla, es constante y delicada. Me causa algo de cosquillas, toma mi atención lo suficiente como para que olvide lo que estaba pensando. Poco a poco mi respiración vuelve a ser normal, al igual que mis latidos. Suspiro cuando estoy lo suficientemente tranquila.

—Respira, Lily, vamos a arreglar esto. Y no eres inútil, también ayudas.

Asiento y giro la cabeza para mirarlo, su mano pasa a estar en la punta de mi nariz. Suelto una risa pequeña.

—Esto es extraño —admito sin dejar de mirarlo.

Scorpius me sonríe.

—He decidido que es un extraño bueno.

Y mi corazón vuelve a latir con fuerza, pero ahora no es por pánico, es por la emoción que me provoca tener su mirada sobre mí. Nunca antes me había mirado así, de esa forma tan intensa. Es como si yo en verdad le importara.

—Un mini Barbie me consuela, eso no lo veo todos los días.

— ¡Oh, por favor, Lily! No arruines el momento

Entrecierro los ojos.

— ¿Qué momento? ¿Esto es un momento? ¿Qué tipo de momento?

Ahí va mi verborrea, y ahí viene su sonrisa divertida. Agh, es tan sexy, incluso en versión pequeña. ¿Por que todo lo que haga la persona que te gusta debe verse tan malditamente perfecto? Es lo que me pregunto desde que descubrí lo mucho que me gustaba el idiota amigo de mi hermano.

—Desde esta distancia puedo ver mejor tus pecas... Tienes una justo en la punta de tu nariz —sigue hablando, en tono grave y tierno.

Me de-rri-to.

Posa su manita justo en la punta de mi nariz, donde supongo está la peca. Y yo estúpidamente contengo la respiración, siento que si respiro por la nariz me sale un moco y jodo la situación.

—Lily, tú...

"I'm gonna swing from the chandelieeeer, from the chandelieeeer. I'm gonna live like tomorrow doesn't exist..."

Debo cambiar mi tono de llamada, porque ese ¡Chaaandelieeeer! revienta oídos si lo tienes junto a la cabeza.

Luego del susto que me dio el celular lo tomo para mirar la pantalla y ver la imagen de Albus con cara de sabiondo. Entonces atiendo de inmediato.

—Hola, ¿lo tienes?

—Hola, Liluna. Estoy bien, gracias.

—Me alegro, ¿lo tienes? —insisto mientras me incorporo de la cama y camino en círculos.

Él suspira al otro lado de la línea.

—Algo así, sí. Tengo varios hechizos con los que podríamos intentar.

— ¡Muy bien! ¿Ya estás en camino? Mamá preguntó por ti y Scorp —añado.

Eso me hace ir hacia la puerta, abrirla un poco y mirar hacia afuera. Luego de asegurarme de que escuché a mis padres hablando abajo volví a cerrarla.

—Ya voy, pero tendremos que inventar algo con eso de Scorpius. Porque será raro que llegue solo y luego lo vean caminando por la casa, si logramos arreglarlo.

Aprieto los labios ante su tono de desánimo. Veo a Scorpius mirándome atento desde donde lo dejé, recuerdo lo de hace un minuto y me sonrojo mirando hacia otro lado.

—Me encargaré de eso, los distraeré para que entres. Tú solo apura el paso, Albus.

—Bien, hasta ahora.

Corta la llamada y yo bajo el celular lentamente. Me relamo los labios antes de volver a mirar a Scorpius.

—Espera aquí, voy abajo con mis padres y volveré con Albus. Tranquilo, todo estará bien.

Me sonríe.

—Confío en ti.

Oh casualidad, eso dijo cuando lo invité a ver mi experimento y le advertí que era mala en pociones. Dije algo sobre que tal vez lo deje sin cejas, y él respondió eso. Pero luego lo encogí.

Demonios.

¡Albus! Encogí a Scorpius.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora