Capítulo 2

1K 41 1
                                    


LALI.

No entendía su expresión, simplemente me miraba, no emitía ni un sonido, ni una palabra. Eso me asustaba. Me miraba un tanto enojado, triste. No lo sabia, pero me incomodaba su silencio.

- Hey... mi amor -sonreí nerviosa- ¿no me vas a decir nada?

- ¿Te vas? -me soltó las manos y agacho la cabeza.

- Si, pero es solo por unos meses -dije- además puedo viajar cuando tenga ratos libres, o vos quizás puedas venir también.

- ¿Cuándo te vas?

- En dos meses -me ponía nerviosa que no me mirara.

- ¿Y recién ahora me lo decis? -me miro.

- Me dieron la noticia hace una semana. No quise decirte nada porque no sabia si iba a quedar -le quise acariciar la mejilla pero me corrió la cara- Hey, mi amor... Nadie lo sabia, solo Fernanda. Yo siempre quise esto, siempre fue el sueño de mama y ahora es mío. Para mi es una alegría inmensa poder estudiar ahí.

- ¿Y yo? ¿A vos no te importa lo que me pasa a mi no?

- No te entiendo mi amor.

- Mi amor las pelotas Lali -levanto la voz- ¿Que pretendes que yo haga? ¿Que te espere como boludo acá mientras vos estas jugando a la bailarina? -nunca en mi vida lo había visto asi.

- Pero es mi sueño, vos siempre me apoyaste en esto.

- Te apoye aca, no pense que ibas a irte a la mierda del mundo por esto.

- No entiendo cual es el problema ahora Peter. Es mi sueño.

- No sabes cual es el problema... Ok -me miro a los ojos- ¡¿Sabes cual es el problema de mierda? Que siempre estas vos, vos y tu baile y quizas a lo ultimo de todo tenes tiempo para mi - estaba hablando cualquier cosa, el baile nunca fue un muro entre nosotros- me cansé Lali, me canse de vos, de mi, del baile, de nosotros. Yo llegué hasta aca, no quiero estar mas con vos.

- ¿Que decis Peter? - se me llenaron los ojos de lágrimas - ¿por qué mi amor? -quería tocarlo pero me temblaban las manos.

- No te amo mas - dijo como si nada y senti como me atravesaban mil dagas en el corazón- Estoy harto de vos, de tu mamá, todo este tiempo tuve que aguantar tus llantos por por ella. No va a volver, superalo -le pegué una cachetada porque no podía seguir soportando todo lo que me estaba diciendo.

- Sos un hijo de puta Peter.

- Vos y yo terminamos. No pienso seguir con vos estando enamorado de otra persona

- No te reconozco Peter, te estar superando un poco mas para que te odie. Hace un rato era el amor de tu vida, ¿ahora hay otra?

- Si. Capaz tenes problemas de sordera pero te lo vuelvo a repetir no tengo problema. Amo a otra mujer que me da cien veces todo lo que vos no me das.

- ¿Cuando fue que paso eso? Nosotros estábamos bien, o al menos eso pensé. Que boluda - rei con amargura- no lo supe ver.

- Será que estabas tan metida en tu bailecito que no te dejaba ver como estaba con otra, como le hacia el amor a otra -me miro a los ojos- Hace mucho quería dejarte, pero no sabía como decírtelo. Por suerte te vas a la mierda y no voy a tener que fumarme mas tus boludeces -me tocó el hombro- Gracias Lali. Me lo hiciste mas fácil de lo que pensaba. Chau -me dejo un beso en la mejilla y me dejó, sola en la playa. Caí en la arena destrozada, no podía creer todo lo que me estaba pasando. No podía dejar de llorar, de temblar. Estaba entrando en una crisis y tenía que tratar de calmarme. No había tenido una desde la muerte de mamá. ¿Por qué dijo todas esas cosas de ella? Me había dolido tanto. Me puse a pensar en esa tal mujer, mi mente empezó a imaginar un montón de posibles mujeres. Quizás era alguna de la facultad o alguna del club, me puse a pensar que seguramente cuando me decia que tenia junta con la Banda iba a verse con ella. No podía evitar en todos los momentos que pasamos, nuestro primer beso, cuando nos pusimos de novios, nuestra primera vez, nuestra primera pelea. Asi miles de recuerdos llegaron a mi mente hasta que llegué al día de hoy. Peter, MI Peter había dicho todas esas cosas, me había lastimado tanto... hubiese preferido que me dejara sin más, sin decir nada, antes que escuchar todas esas palabras.
No caí en la cuenta de la hora que era, miré mi celular y eran las tres de la madrugada, me sacudí un poco la arena, sequé mis lágrimas y volví a la casa caminando, llegué y estaba todo oscuro. Por suerte estaban todos durmiendo. Agarré unas mantas y me recosté en el sillón, deseando que todo esto fuese un sueño.

Trust On MeWhere stories live. Discover now