Incomprensión.

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Las cosas tomaron un rumbo muy extraño con Derek.

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Todo empezó desde el día que estuvimos en el loft. No de manera radical, sino más disimulada y lenta por decirlo. Aunque al preguntarle a los chicos, estos solo me dijeron que era otra más de mis locuras.

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Dos días después de la sesión de estudio, estaba ahí, con Lydia; puesto que teníamos que hacer investigación para la decodificación de otra parte del bestiario, que parecía imposible, el lugar nos pareció el mejor para hacer eso.

Una de las cosas que nos tocaba al ser el cerebro de la manada.

-Juro que mi cerebro está a punto de explotar o algo. De tanto latín que estoy leyendo será el único idioma que sepa hablar-me quejo frotándome los ojos. me sentía agotado y hambriento. Una muy mala combinación.

-Antes diría que exageras demasiado pero no hoy. Así que saldré a tomar aire fresco y a comprar algo de comer, ¿vienes? -pregunta tomando sus cosas.

Comida.
-No-

- ¿No a las dos cosas? -pregunta sabiendo que solo me refería al aire.

-No al aire. Por supuesto que sí a la comida-contesté apelando a la técnica de Scott.

Me tire entre cientos de papeles en la mesa, con cara de hambriento y haciendo pucheros, en un intento de convencerla para que le alimentara.

-De acuerdo, Scott-recalca-iré por alimentos y vuelvo.

No sé qué tanto se tardó, pero de lo siguiente que fui consciente, era que, al abrir los ojos, no estaba en la mesa como antes de que Lydia se fuera. Por el contrario. Estaba en el sofá. Y no recordé haberme movido. Nada.

Así que volteo a todas partes y lo, como si la respuesta fuera a salir de algún lado, siendo Derek la única cosa o persona, que salió, pero de la cocina con dos tazas humeantes de café en las manos.

-Hola-me saluda ofreciéndome una taza que acepté mas desorientado que antes.

-Hola. Gracias-tome un sorbo y juro por Dios (no exagero por más que otros digan lo contrario) que sabía perfecto; tal como lo bebo me supo el café.

-De nada-hizo un encogimiento de hombros con cuidado de no tirar la bebida en el libro que tenía en la otra mano.

¿De dónde sacó un libro?

Debo estar más dormido que despierto.

No recuerdo haber estado tan calmadamente con Derek en una situación tan cotidiana como que estuviéramos tomando un café juntos mientras el leía y yo con mi hiperactividad reiniciando.

Y ya que una de mis cientos de manías era tener respuestas o no podría dormir...

-¿Puedo hacerte una pregunta?-le dije después de unos segundos de silencio.

-La acabas de hacer-respondió.

¿Así que venía en plan graciosito?

-Hilarante-comenté-hablo en serio.

-De acuerdo, ¿qué?-ni si quiera volteaba a verme. No si era mejor a que me contestara con el habitual gruñido de siempre.

- ¿Sabes cómo llegué al sofá? -y eso, por alguna razón, lo hizo voltear.

-No-murmuro y regreso la vista a su libro.

Está bien.

Antes de que pudiera replicar, Lydia salió de la cocina.

40 Emociones & Momentos-Sterek (En proceso de Edición)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora