40 Emociones & Momentos-Sterek (En proceso de Edición)

Miedo.

Tan pronto como salí de la mansión Hale y pude subirme a mi jeep, lo único que estaba en mi mente era simplemente alejarme y vagar tanto como fuera necesario para dejar de sentirme tan mal como me encontraba, y por un par de horas pareció funcionar. Claro que la vida no iba a dejar que durara lo suficiente.

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Ya había anochecido cuando me encontré en alguna parte de la ciudad, donde solo había carretera y naturaleza, teniendo problemas con mi jeep hasta que este se apagó y no quería encender. Sin importar cuantas veces tratara de encenderlo. Así que sin otra opción tuve que bajarme del jeep y sacar mi caja de herramientas.

En cuanto abrí el cofre para empezar a revisar, lo primero que vi fue demasiado cinta gris. Pequeño detalle que había olvidado.

Fantástico.

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Estuve casi una hora tratando de encontrar que estaba mal y arreglarlo mientras me peleaba con toda la cinta gris que aparecía en mi camino, cuando la cabeza me empezó a doler cada vez más y mi paciencia disminuía. Porque obviamente, mi noche aun podía empeorar.

Y me dije (al menos durante cinco minutos) que tenía que intentar tranquilizarme y respirar profundamente para poder pensar con mayor claridad. Inhala, exhala. Las veces que sean necesarias hasta que te sientas mejor. Solo funcionó como para que una pequeña idea cruzara por mi mente: plan B de emergencia, que consistía básicamente...en buscar entre mis contactos a cualquier persona con conocimientos de mecánica básica que hubieran tenido que ayudarme con el jeep al menos una vez para ya tener una idea.

Scott: No. Estaba en una importante cita con Kira.

Papá: No. Se encontraba trabajando un turno largo.

Parish: No. También trabajando.

Luego me di cuenta de que, al buscar otro contacto, solo quedaba Derek como opción, que tan pronto como apareció, ignoré. Lo último que quería (después de salir de su casa) era llamarle porque lo necesitaba. No, gracias. Si me podía evitar otro momento con él, mejor.

Así que recurrí a mi plan C, para momentos desesperados: volver a intentar.

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Otra hora pasó y nada mejoró.

Aun tenía cinta gris por doquier y seguía sin poder encender el jeep.

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En una de las prácticas de la manada, yo estaba aprovechando el tiempo para revisar mi jeep y hacerle algunos arreglos para que la próxima vez que tuviera que huir de los malos, no me quedara en medio de la nada. Y fue sorprendente (al menos para mí) que mi lógica sobre porque debería arreglar mi auto, me pareciera de lo más normal.

- ¿Qué tanto haces? -escuché a Derek a un lado. Y solo me sorprendió un poco.

- ¡Ah, Derek! -seguía sin acostumbrarme a que fuera sigiloso-Estoy revisando y arreglando mi auto. Para una futura huida exitosa. Ya sabes, lo normal-bromeé sin despegar la vista de mi trabajo.

- ¡Stiles! -grita Derek espantándome.

- ¿! Qué¡?-pregunto asustado.

- ¿Desde cuándo...la idea de "arreglar" un carro, implica que uses kilómetros de cinta gris? Esto es un desastre-dice sorprendido para luego hacerme un lado y empezar a mirar todo con (lo que supuse era su lado obsesivo) de cerca.