✿c i n c o✿

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K e l l i n

Recuerdo que su cabello ni siquiera le llegaba a los hombros, era corto, como el de cualquier otro chico, sin embargo, se veía bien así. Aún no tenía ese característico aro en su nariz. Para ese entonces, era más alto que yo, ¿pueden creerlo? No hablaba con nadie que yo recuerde. Era muy solitario.

Amaba su risa. Escucharlo reír, en verdad era un lujo, porque no lo hacía muy seguido. Podría durar semanas sin reír, o incluso sonreír. Jamás fingía en cuanto a sus emociones, si se sentía mal, llevaba una expresión que lo hiciera evidente, y lo mismo pasaba si estaba feliz, triste, enojado... era sincero consigo mismo y los demás.

No destacaba entre los demás, era irrelevante. Nunca tuvo talentos artísticos, o fue bueno para el deporte. Deben pensar que a nadie le importaba... bueno, a mí me importaba, pero nunca se dio cuenta.

Yo amaba cada parte de él y de su extraño y solitario mundo. Me encantaba, aun así con su poco talento para todo. ¿Y saben que hacía él? Ignorarme.

Jamás había sentido algo así. Era la primera vez.

Intentaba hablarle, acercarme a él, y siempre se pasaba de largo. Cada que me acercaba, se ponía esos estúpidos audífonos que siempre lleva alrededor del cuello. Siempre me ignoró, impidió que formara parte de su vida.

Tal vez Vic Fuentes no me quería en su vida. Nunca lo hizo, y jamás lo hará.

Creí que la personalidad que tenía, iba a permanecer hasta que nos graduáramos. Pero no fue así, no hasta que en el baile de graduación golpeó a Shayley. Jamás voy a terminar de entender por qué lo hizo... por qué cambió tan repentinamente.

—¡Miren lo que hizo! —recuerdo que quien dijo eso, fue la capitana de porristas de ese entonces—. ¡Noqueó a Shayley de un golpe!

Y luego recuerdo que todos hicieron un círculo alrededor de él, un chico (creo que era el DJ) se le acercó con el micrófono, y se lo puso en la cara.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó.

Para ser sincero, no creí que Vic fuera a seguirles la corriente. Yo estaba nervioso, no quería que se acercara a ese tipo de personas, en verdad, estaba preocupado. Cuando uno suele juntarse con esa gente, la mayoría de las veces, suele cambiar drásticamente: y lamentablemente, él lo hizo:

—Me... ah, yo... —tomó el micrófono, suspiró, y alzó el pecho como un tremendo... idiota—, me llamo Victor... Vic Fuentes.

Justo ahí dejó de ser el Vic lindo, sincero y callado. Se hizo un idiota, un patán. Comenzó a ocultar sus emociones, y fingía su sonrisa... la que tanto amaba. Se volvió uno más del monto, como bien dicen.

Creo que suficiente tenía yo con que me ignorara, como para tener que soportar ver el cambio tan drástico que estaba teniendo. Pasó a ser el chico de mis sueños, al chico de mis pesadillas. Tan nefasto, tan idiota, tan Fuentes.

Siempre fui invisible para él.

V i c t o r

Me gustan los panes con queso derretido encima.

—Chicos, es un gusto tenerlos aquí —nos sonrió la madre de Jaime—. ¿Van a ordenar algo?

Yo quería helado, pero, mis amigos prefirieron pedir pastel de chocolate con vainilla. La madre de Jaime es repostera, ella se encarga de todos los postres.

Tengo al mejor amigo, hermano y cuñado del mundo. Ellos quieren ayudarme a que conquiste a Kellin, quieren que sea feliz con él. Por eso nos hemos reunido en el restaurante de la madre de Jaime, para comenzar a elaborar nuestro plan malévolo.

Between love and hate [Kellic]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora