Capítulo 44

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44. ¿Mi culpa?

Abrí los ojos lentamente, ya que me costaba ver con la luz.

Una vez que mis ojos se acostumbraron a la luz de la habitación, pasé mi vista por esta, pero estaba vacía, no había nadie.

¿Dónde estará Adam?

Y como si lo hubiese invocado, la puerta se abrió, dejándolo ver detrás de esta.

—Veo que ya te has despertado... —dijo y sonrió un poco, se acercó a la cama y se sentó a mi lado— ¿Cómo estás?

—Mal, me siento como si me hubiesen pasado por encima una manada de elefantes...

—Supongo que eso es normal por la marca, lo raro es que después de todo lo que has dormido te sientas así...

—Espera, ¿Cuánto tiempo he estado dormida? —fruncí el ceño.

—Pues... Seis dias o así, más o menos.

—¿¡Qué!? ¿Estás de broma no? ¿Cómo que he estado dormida seis días?

—Te habrá afectado más la marca... ¿No te has dado cuenta de que estás enganchada a una máquina de suero?

¿Qué?

Miré a mi izquierda y era cierto, había una vía en mi brazo, que estaba conectado a una máquina, parecía que estaba en un hospital.

—¿Por qué estoy enganchada a esto? —dije sin entender nada.

Adam me acarició la mejilla.

—Después de pasar horas esperando a que despertaras y que no lo hacías, llamé a un médico, uno de mi confianza, y me dijo que no sabía cuando podrías despertar, y que por si acaso era más seguro conectarte, ya que si no lo hubiésemos hecho no podrías haber comido ni bebido nada, y hubieses muerto...

Seguía sin poder creerme que llevaba seis días durmiendo.

—¿Tú que has hecho durante estos días? —agarré su mano y entrelacé sus dedos con los míos.

—He estado aquí, contigo, ¿Qué iba a hacer si no?

Abrí los ojos sorprendida.

—¿No te has ido de aquí en seis días?

Él negó.

—Quería estar contigo cuando despertaras, así que me quedé aquí, tumbado a tu lado.

—¿Y no te has ido para nada? ¿No te has aburrido? ¿Y la manada?

—No, sólo me he ido de aquí lo justo para ducharme y cambiarme de ropa.
Y no, no me he aburrido, sabes que me encanta mirarte mientras duermes, y acariciarte el pelo, que sé que te encanta, y pues eso he estado haciendo. Y sobre la manada, Andrew se ha encargado de todo, sólo venía a ver como estabas de vez en cuandoby a preguntarme cualquier duda.

Asiento.

—Siento que por mí hayas estado ausente en tus actividades como Alfa...

Él negó.

—No tienes por qué sentir nada Zoe, podría haberte dejado aquí e irme, pero no quería, quería estar contigo y que despertaras a mi lado, pero justo me había ido a duchar y te has despertado...

Lo miré y me dí cuenta, tenía el pelo mojado, y la camiseta se le pegaba a su torso al estar húmedo.

No me hubiese dado cuenta si no me lo hubiese dicho. Aunque estaba mirándolo estoy como drogada, y no me podía fijar bien en como estaba.

Sólo sabía que estaba aquí, y que estaba a mi lado.

Me quedé mirándolo embobada.

—¿Estás bien Zoe? —escuché la voz de Adam.

Asentí.

—Sólo quiero darme una ducha.

Me levanté y me fui al baño, me desvestí y me metí en la ducha.

No tarde mucho.

—¿Por qué te habías puesto tan rara de repente? —dijo una vez volvía a estar medio tumbada en la cama.

—Por tu culpa.

—¿Mi culpa? —dijo arqueando las cejas divertido.

Volví a asentir.

—Me despierto después de seis días y lo primero que veo es a tí recién duchado...

—¿Y qué tiene que ver eso?

—Pues joder que todavía estas mojado, la camiseta se te ha pegado, y me estás provocando... —me mordí el labio.

—Si querías un beso sólo tenías que pedirlo, que ganas no me faltan, he estado seis días sin besarte... —susurró.

Se empezó a acercar a mi lentamente.

Sus labios no tardaron en tocar los míos.

Primero me besaba lentamente, como si fuese algo que podría romperse.

Era uno de esos besos que te demostraban tanto que no quieres que terminen.

Me estaba demostrando lo mucho que me había echado de menos en estos días, que había estado medio muerta, literalmente.

Enrollé mis brazos alrededor de su cuello, acercándolo más a mí. Él tenía los suyos en mis caderas.

Poco a poco el beso se volvió más urgente, como si nos necesitáramos más y más.

Tardó poco en estar tumbado encima de mí, aunque estaba recargando el peso en sus brazos, para no aplastarme.

Notaba como poco a poco la temperatura iba subiendo cada vez más, hasta que la ropa ya empezaba a estorbar.

Adam se levantó y dirigió sus manos a mi camiseta, que no tardo en levantar y quitarme.

Volvió a ponerse encima de mí, besándome apasionadamente.

Ahora me tocaba a mí quitarle la camisa.

Dirigí mis manos a su camisa y se la quité, tal y como había hecho él anteriormente con la mía.

Bajó los besos a mi pecho, dejaba besos por donde estaba cubierto de tela y por donde no.

Yo llevé las manos a su pelo, el cual me encantaba desordenar y jugar con él.

Después de que se entretuviera un rato con mis pechos bajó a mi pantalón, dispuesto a desabrocharmelo y quitarme una prenda más.

Ya no quedaba mucho.

Sigió besando cada parte de mi piel que podía, desde el cuello hasta la ingle.

Me estaba volviendo loca, literalmente.

Sabía que me había echado de menos estos días en los que solo estaba de cuerpo presente, yo también me sentía así, aunque mi mente no estaba conectada con mi cuerpo.

Bajé las manos a su pantalón, desabrochándolo. Una vez que se lo quité lo tiré a un lado de la cama.

Ya sólo estábamos con nuestra ropa interior.

Cosa que sabía que no iba a durar mucho, ya que Adam ya estaba yendo a por mi sujetador.

—Que sorpresa, de encaje... —dijo mirándome pervertidamente.

Volvió a atacar mi boca, y nos demostramos lo que necesitábamos esto, lo que nos necesitábamos el uno al otro.

Xx.

¡Holaaa!

Cada vez queda menos...

Mi Alfa, Mi Mate [MAMM1]Where stories live. Discover now