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POV Lauren

Camila seguía un poco triste por lo ocurrido con Austin y solo miraba por la ventana, aunque veces volteaba a verme y sonreía.

—Llegamos.

—Wow ¿aquí vives? —alzó las cejas y bajó del auto con la boca entre abierta.

Tierna, maldita tierna.

—Agradable ¿no? —puse mi brazo en su hombro.

—Si —respondió sin quitar la mirada del frente— Muy agradable —entrelazo nuestros dedos— Es genial.

—Vamos —la llevé de la mano.

Subimos al tercer piso donde se encontraba mi departamento y descubrí que le tenía cierto pánico a los ascensores, eso por no decir que casi rompe mi mano de tanto apretarla.

—Y aquí es —abrí la puerta para dejarla ingresar.

—Es lindo Laur —sonrió.

—Ponte cómoda.

Se sentó en el sofá y miraba todo a su alrededor.

—Yo dormiré aquí y tú ve a mi habitación.

— ¡No! Mejor es que yo duerma aquí y tú en tu habitación —respondió resuelta.

—Tú duerme en la cama, yo duermo en el sofá.

—No, tú en tu cama y yo en el sillón.

— ¿Y si dormimos en un lado de la cama cada una?

—Buena idea Laur.

Y eso hicimos. Yo me eché en el lado derecho y ella en el izquierdo.

—Laur, tengo miedo.

— ¿Por qué Camz?

— ¿Es que si me doy una vuelta y me caigo en la noche? —giró a verme.

No pude evitar reírme por el tonto miedo que tenía.

—No te rías, es muy serio esto.

—Ya sé, cambiemos de sitio ¿te parece?

Me levanté de la cama y ella se acercó a la pared.

—Gracias Laur —se dio vuelta hacia mí y me abrazó.

Sentí que mi corazón se iba a salir de mi pecho, sentía escalofríos en cada espacio de mí, sentí que tenía mariposas en el estómago, así de patético como suena. No podía creer que un simple contacto con alguien podía generar tanto, y así dormimos, ella acurrucada en mi pecho y yo temblando.

POV Camila

Desperté muy temprano y tenía a Lauren entre mis brazos, era raro pero cuando dormía se veía como un ángel.

—Laur —le susurré al oído y se empezó a mover mucho hasta que abrió sus lindos ojos.

—Camz, buenos días —acarició mi rostro y sonrió.

— ¿Qué hora es? —dijo sentándose en la cama.

—Las seis de la mañana —respondí viendo el reloj en la pantalla de su móvil.

— ¿Las seis de la mañana Camila? ¡Es de madrugada! —Gruñó como si fuera la cosa más terrible en el mundo— Es muy temprano déjame dormir más —rascó su frente.

—Tengo que ir a la escuela Lauren.

— ¿Escuela? —Dio una especie de salto— ¿Sigues en la escuela?

—Sí, alguien desaprobó algunos años...

POV Lauren

Camila parecía ser la criatura más tierna que he conocido y en ese paquete de ternura estaba incluida la posibilidad de que fuera un poco nerd, entonces ¿que provocó que repitiera tantos años? Yo imaginaba que estaba en la universidad.

— ¿Hoy es tu primer día entonces?

—Sí y llegaré tarde —dijo colocándose las zapatillas.

— ¿Vas a ir así?

— ¿Qué tiene de malo?

—Ahí está el baño —señalé la habitación— Puedo prestarte algo de ropa.

— ¿Enserio? —sus ojos brillaron.

—Claro, ve a tomar un baño y yo escojo algo de ropa.

—Bien.

—Agarra unas toallas ¿de acuerdo?

Tan rápido como pudo se metió al cuarto de baño.

Tenía a la chica de mis sueños bañándose a sólo unos metros pero no guardaba en mí, ningún sentimiento fuera de lo dulce o tierno. En mi guardarropa no tenía algo que vaya con ella, tacones, blusas, cuero, vestidos, no creo que le guste algo de eso, aunque en el fondo habían unos shorts y una sudadera, eso sí es como algo de su estilo.

—Camz, dejé ropa en mi cama, cuando termines te la pones.

—Sí, gracias Laur —gritó a través de la puerta y el sonido del agua cayendo.

Hice café para mí y un vaso de leche para Camz, algo de pan tostado y yogurt.

— ¿Y esto? —preguntó apoyando su brazo sobre mí.

—El desayuno —giré a verla y estaba hermosa— Camila estas li...linda —creo que sonreí como boba.

—Gracias Laur —se sentó— ¿El vaso de leche es para mí cierto?

—Si —reí— Para que crezcas y aprendas, ya sabes —me senté también.

Fue el mejor desayuno que he tomado y la mejor compañía que he tenido.

— ¡Terminé! ¿Te ayudo con los platos?

—No Camz, yo lo haré más tarde. Ahora iré a arreglarme y nos vamos, espérame.

Me alisté rápido y cuando volví la cocina estaba muy limpia.

—Camz, dije que lo haría yo.

—La limpieza es importante.

—Igual que la obediencia.

—Ni hablar de la gratitud.

Reí.

—Ganaste Camz ¿Vamos?

—Sí.

Nos demoramos mucho llegando a la escuela de Camz, la pobre tenía un sentido de orientación terrible.


does he know? ; camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora