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***

— ¿Recuerdas nuestro primer beso?

—Recuerdo la primera vez que te vi Camz —puso un mechón de cabello detrás de su oreja— Con esa sonrisa boba en la cara —arrugó las cejas— Me gustaste desde el primer momento y dos años después me seguiste gustando. Cada día te conocía más, entonces te empecé querer y poco a poco me fui enamorando. Y aquí estamos. Me tienes completa, profunda, loca y verdaderamente enamorada de ti.

Acarició su mejilla.

— Te amo —su corazón latía como nunca antes, la sensación de aquel momento no se comparaba a ninguna otra.

—Estas nerviosa —sonrió dejando un beso en la mano que acariciaba su rostro— No tenemos por qué hacer algo para lo que no te sientes lista todavía.

—No es eso —respondió suave— No quiero decepcionarte Lauren, no quiero hacer algo mal y no poder hacerte feliz como quiero —apretó los labios— ¿Si todas tus veces anteriores resultan mejor que esta? Amanda era realmente buena ¿Verdad? Tengo miedo de eso, de no hacerlo como los demás —bajo la mirada y apretó su rodilla nerviosa.

—Camila —tomó sus manos entre la suyas— ¿Sabes cuál es la diferencia entre todas esas veces y tú?

La morena negó con la cabeza, aún con la mirada baja, mientras Lauren con una mano sostenía las manos de Camila y con la otra alzó su mentón para conectar su mirada con la suya.

—La diferencia es que ahora hay amor, y te aseguro que no hay mayor felicidad y placer que dar amor y recibir amor.

Sonrió mordiendo la comisura de sus labios.

— No quiero perderte nunca.

—No lo harás —se acercó lentamente al rostro de Camila y la besó como si no hubiera besado nunca. Sus nervios eran mayores a su deseo y actuaba con torpeza en sus labios. Fue entonces que Camila rompió la timidez del momento. Enredó con fuerza sus dedos en el cabello de Lauren y tiraba de él con desesperación, quería, necesitaba demostrarle a su novia que no era ninguna niña boba y que también podía tomar el control— Camz... —enderezó su espalda gimiendo.

—Shhh —puso dos dedos sobre el labio inferior de Lauren y los quitó lentamente rozando su barbilla— Deja que tu cuerpo sea quien hable —agregó en un hilo de voz.

La respiración de Lauren era lenta. Se puso de pie y atrajo a Camila hasta su cuerpo, bajando las manos a su cintura, no estaba en sus planes romper aquel beso, ni la saliva en su barbilla, ni las mordidas a punto de convertirse en heridas sangrantes en sus labios, ni la falta de oxígeno lo impedirían.

El beso se fue tornando desesperado y Lauren lo detuvo aun gimiendo —Camila... Así no— tragó en seco pero Camila la sujetó de su camiseta.

— Yo quiero que sea así Lauren, necesito que sea así —no dijo más y volvió a hundir sus labios en los de su novia. Ella estaba desconcertada pero se dejaba llevar, Camila tenía el control.

La menor llevó a Lauren a la cama, cayó de espaldas y se impulsó con los codos para quedar con la cabeza sobre las almohadas, y Camila sobre ella— Es una noche hermosa —se sentó a la altura de su vientre, ejercía cierta presión sobre Lauren, que más allá de resultarle incómodo se le hacía placentero, disfrutaba esa presión, el hecho de que Camila estuviera usando vestido esa noche ayudaba, en este punto, la ropa estaba estorbando. Lauren estiró los brazos para que Camila pudiera quitarle la camiseta por la cabeza, cuando lo consiguió la aventó al suelo. Se quedó en silencio un momento, quieta, en la habitación no se oían más que respiraciones entre cortadas. Veía a Lauren por primera vez de esa forma, vulnerable a cualquier movimiento suyo. En los ojos una combinación de anhelo y excitación. En la posición en que se encontraba podía apreciar cada detalle de su rostro, de su pecho y de su abdomen. Notó las pecas en su nariz y sus mejillas ruborizadas. Era hermosa, no podía creerlo. Con la yema de sus dedos dibujaba los huesos de su clavícula, desde donde empezaban hasta el centro. La deseaba, era capaz de hacérselo ahí mismo como una salvaje pero quería explorar cada pequeño espacio en su cuerpo y cubrir cada rincón con besos y caricias. Sus dedos empezaron a descender. De su clavícula a sus senos. No tenía idea de lo excitada que estaba Lauren hasta que vio como algo se formaba dentro de su brassier y exigía librarse del "encierro". Hicieron contacto visual un segundo, tal vez dos o tres pero Camila se concentró en seguir explorando, sus dedos siguieron su viaje sobre la tela del brassier, Lauren contrajo el vientre soltando un gemido casi imperceptible, siguió bajando hasta su vientre y ahí se detuvo— Si tenías abdominales —sonrió por su descubrimiento. En realidad no le hubiera importado si tenía el cuerpo trabajado o no, si tenía marcas en la piel o no, cuando el amor es real sobrepasa los límites de lo físico y real, convirtiéndose más bien en algo subjetivo. Los huesos de su cadera eran notorios, Camila los sintió con sus dedos y trazó una línea recta entre la piel de su abdomen bajo y la tela de su short. Lauren mordió su labio inferior con fuerza y apretó las sábanas, estaba muy metida en la situación, eso que aún no habían pasado nada.

does he know? ; camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora