Fashion of his love » l.s

I'm fashionably just designed to be rad

Puede ver el móvil de policía rodeando la manzana, se imagina cuán paranoicos la muerte de su madre los habrá dejado. Recluidos en su mansión de dimensiones colosales como dos cervatillos al borde del colapso.

Un chico rubio de mediana estatura y camiseta polo celeste lo recibe en las escalinatas que llevan a la entrada. Está muy concentrado tecleando desesperadamente en su teléfono, cuando lo escucha aproximarse levanta la vista dejando ver unos ojos del mismo tono que su ropa.

"Hola señor Tomlinson, lo estaba esperando. Soy Niall, el asistente de los hermanos Styles." Dice extendiendo la mano mientras su cabello rubio le arranca reflejos al sol.

El castaño le devuelve el cordial saludo y antes de que pueda decir algo más el chico sigue hablando, parece tener mucha energía. Una agradable sorpresa, Louis se había imaginado un ambiente más bien funesto y de vanidades sobrealimentadas.

"Le hemos preparado un cuarto especial para que pueda realizar la entrevista, sin embargo me temo que solo dispone de una hora ya que Gemma y Harry tienen una reunión privada que no pueden disminuir."

Louis lo sigue, o mejor dicho lo persigue porque el rubio camina como si fuera el conejo de Alice in Wonderland que sostiene el reloj, es efervescente y dinámico pero no de una forma irritante. Al pasar junto a la puerta le es ineludible notar el llamador de bronce en forma de león que la adorna, todo está impecablemente decorado cuidando hasta el último detalle, las paredes color crema se acoplan con empapelados de flores tornasoladas y hay un sillón de cuero rojo en una sala enorme, que Louis supone debe ser el living principal. Las suelas de sus zapatos resbalan con elegancia sobre el parqué encerado, y hay arañas de cristal colgando de los cielorrasos como si las compraran en oferta, sin embargo le es inevitable notar que ni toda la realeza que la residencia carga alcanza para enmascarar que está vacía; de personas y de espíritu. Lo que más le llama la atención es un espejo con el marco ornamentado que ha sido cubierto con una tela negra. Saca su libreta y anota.

"Señor Tomlinson." Un acento irlandés lo desvía de sus apuntes.

"Llámame Louis." Dice sonriendo mientras cierra el pequeño cuaderno.

"Bien, Louis. Escuche lo que le voy a pedir es un favor personal... nadie conoce a Harry y a Gemma mejor que yo, los he visto en la cúspide de la gloria y con el fango a las rodillas, puedo dar fe que son buenas personas, sensibles y caritativas, no se deje engañar por una imagen." Su nuez de Adán tiembla y tiene los labios presionados en una línea recta.

"Soy un profesional, si es conocedor de mi trabajo podrá adivinar que no soy un amarillista."

"No fue mi intención ofenderlo, lo que quiero decir es que no trate el tema de Anne como un asunto de farándula, quizás lo sea para el exterior pero para ellos es su madre." Concluye aún con el semblante algo perturbado.

"Yo también he perdido a mi madre, créame que he estado en sus zapatos. Bueno tal vez en unos algo más baratos." Bromea Louis y el chico lo acompaña con una media sonrisa.

"Estarán aquí en unos minutos, pónganse cómodo tiene todo tipo de bebidas en la mesa ratona. Sírvase sin cuidado." Ofrece para después desaparecer por uno de los tantos corredores.

"Gracias Niall, has sido muy amable." Le dice Louis al espacio vacante donde solía estar el asistente.

La chica entra primera, alta y agraciada, los rasgos espigados y finos, la postura que solo una heredera de semejante nombre podría llevar. Tiene el cabello corto de un rubio platinado casi blanco y los ojos de un café con leche, que bien podrían ser confundidos con un verde ocre. Luce un vestido negro con apliques de encaje que apenas deja ver sus pantorrillas. El periodista se pone de pie presentándose con galantería, ella le dedica una sonrisa cálida.