Silicon, saline, poison inject me

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Harry levantó el rostro y lo miró, estaba de pie frente al ventanal de la habitación, los vidrios estaban abiertos de par en par; Louis se dio cuenta porque la brisa suave le despeinaba los rizos cortos. Parecía de mañana, un amanecer violáceo se difuminaba tras la silueta noctámbula del chico. Su cuerpo estaba semidesnudo, solo llevaba unos pantaloncillos que apenas le llegaban al principio del muslo, la piel se le hundía en el área de las costillas, todos sus tatuajes parecían tristes sobre aquella figura cadavérica; las vértebras formaban una cordillera sobre su espalda, resaltaban como picos enfatizando el peso deplorable que tenía. Era alto y hermoso, a su manera. Lucía como si no le preocupara que se le notaran los huesos, como si supiera que no le quitaría ni un mínimo de encanto; cómodo con la forma en que las curvas de su cuerpo se desvanecían hasta dejar solo las líneas básicas de su anatomía.

"Harry." Lo llamó, tratando de no acercarse demasiado.

Harry no respondió, solo se aproximó al alfeizar y trepó hasta quedar parado en el marco. El viento se volvió más furioso, sus pantorrillas eran delgadas y los colores de su carne se erosionaban con la luz tímida del sol.

"No saltes." Pidió Louis. No sabía por qué conservaba la calma, por qué no había corrido hasta él aún.

"Hay tragedias que son inevitables." Dijo el chico.

El frío hacía a Louis castañear los dientes, pero parecía no provocar ninguna reacción en Harry, quien lo aceptaba con gracia mientras golpeaba contra su pecho descubierto. Extendió los brazos como si quisiera volar. Louis finalmente se movió.

Muy tarde.

El golpe seco de una superficie maciza chocando con otra lo sobresaltó. Se levantó asustado, sintió un latigazo en el área del cuello, y pudo adivinar que su cervical lo obligaría a pasar varios días bajo el efecto de analgésicos. Se frotó los párpados y observó la ventana, un pleno cielo, claro y despejado, se extendía a lo largo del paisaje; no era en nada similar al vacío donde Harry se había arrojado en caída libre. Llevó su atención hacia la cama, una cabellera chocolate asomaba desde un nido de mantas color crema.

Fue solo una pesadilla.

Le tomó unos segundos recordar el motivo que lo había despertado, se irguió desde el sillón donde su cansada cabeza se había rendido, luego de escribir hoja tras hoja dedicada al heredero de ojos verdes. Un tapado azul navy caía pesado al ras del suelo, estaba fabricado de un pelaje que Louis esperaba fuera sintético, y se amoldaba a los hombros de la persona que lo cargaba con una autoridad impresionante. Gemma se levantó los anteojos de diseño puntiagudo a modo de vincha, llevaba el cabello perfectamente lacio y rubio, la expresión estoica, y el labial color frambuesa rompiendo la armonía de la habitación.

No dijo nada, solo pestañeó con indiferencia, juzgándolo todo en un incómodo silencio. Desde las tazas sucias amontonadas en la mesita ratona, hasta la libreta mal cerrada de Louis, sin olvidar las fachas del susodicho; sin camisa, sin zapatos, sin peinar ni acicalar. La heredera frunció la boca.

"Ya veo." Dijo. En algún universo paralelo eso contaba como saludo.

"Gemma..."

Niall había entrado detrás, con la vestimenta impecable como siempre y los lentes de marco negro sobre el puente de su nariz. La preocupación era obvia en cada una de las cosas que no decía, pero que era muy transparente para tener éxito en disfrazar. Louis y él, compartieron una mirada de cautela mutua, la situación era confusa y Gemma estaba enfadada.

La chica se detuvo junto a la cama de Harry, lo contempló varios minutos como si le generara lástima y rechazo al mismo tiempo. Carraspeando estiró un dedo de uña filosa y lo tocó, Louis había sido advertido del sueño liviano de Harry; el chico se revolvió entre las sábanas ante el impacto, pero no despertó.

Fashion of his love » l.sWhere stories live. Discover now