Never let you fall apart together we'll dance in the dark

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Louis observaba las palmeras de Santa Barbara bordeando la carretera, eran árboles de altura infinita y de cabezas complicadas; justo como él ser que dormitaba contra su costado derecho, como Eva naciendo de la costilla de Adán. Sin darse cuenta le apoyó los labios contra la sien, estaba cubierto de una fina película de sudor helado. Las luces de la ciudad esperaban a los valientes, parpadeaban bajo la lluvia inclemente y bajo el cielo veteado de nubarrones pálidos.

"Es una noche sin luna." Dijo Louis para sí mismo, tal vez porque necesitaba oír su propia voz como reforzamiento de cordura.

"Libre de hombres lobos." Respondió Harry, sin abrir los ojos.

Louis lo creía dormido, sin embargo, no se sobresaltó al escucharlo.

"Pero no de vampiros." Lamentó mirando por la ventanilla.

La yema de sus dedos despeinaba el suave vello que cubría los brazos del chico. Harry murmuró algo inentendible y suspiró profundo, como si después de todo estuviera hablando entre sueños, Louis lo dejo ir.

Su trabajo nunca había sido convencional. Si bien acabó siendo mucho más de lo que un simple estudiante de letras podría imaginar, mientras redactaba las novedades del campus para el periódico universitario y compartía la habitación con un ingeniero informático obsesivo de la limpieza, el nombre con el que habría logrado hacerse siempre le sentaría incómodo, demandante. De vez en cuando, su prestigio lo ponía en situaciones descabelladas; se preguntaba si toda la gente allí afuera sospecharía de este mundo oculto, si existirían mitos acerca de las criaturas nocturnas que se asemejaban a humanos, si contarían historias de herederos con ojos rosados y túnicas translucidas, si desearían ser parte de fiestas extravagantes en mansiones rodeadas de terreno baldío, si sabrían lo inesperado que era el acceso a esos antros de color neón y cocaína importada. Quizá nadie disponía de tiempo para sentarse a inventar semejantes cosas, las personas tenían impuestos que pagar y lugares a los que llegar a horario; las almas ordinarias no se podían dar el lujo de jugar con Harry, a lo que fuese que su mente caleidoscópica había planeado para ese día. Louis era un alma ordinaria, pero lo suficiente astuto para vivir todo aquello con curiosidad de espía, prometiendo que cualquier secreto que descubriera no abandonaría el refugio de su memoria, era un regalo de Harry para él.

Liam presionó un botón en un panel de la camioneta, las rejas automáticas de la mansión se partieron al medio como el mar Rojo, el automóvil se desplazó lento sobre el hormigón mojado hasta detenerse frente a la entrada principal de la casa. Los faroles pretenciosos brillaban con opulencia sobre el reflejo de la escalinata de mármol.

Niall abrió la puerta del asiento trasero y quiso ayudar a Harry a bajar, pero el heredero se sujetó de Louis y dejó en claro sus intenciones pidiendo por él. Louis entonces debió deshacerse de la pereza que había acumulado durante el viaje, Niall lo miro con una mueca interrogativa, silenciosamente asegurándose que pudiera cargarlo; Harry no tenía demasiada carne en los huesos, pero era mucho más largo que Louis y casi seguro sus joyas agregarían un par de kilos a su peso. Louis asintió, y lo cargó como si fuera una novia hasta el interior de su residencia. Su piel se sentía suave al roce, y las pequeñas ráfagas tibias que su aliento dejaba sobre el lugar del cuello donde se hallaba el pulso de Louis le erizaban el pelo.

La habitación quedaba en el segundo piso, así que Liam decidió darle un descanso tomando la tarea de transportar a Harry él mismo. Atravesaron corredores alfombrados y salas de dimensiones absurdas, Louis recordó el espejo que había visto en su anterior visita, el que estaba oculto bajo un manto negro, lo divisó a la distancia tras una puerta entornada. Siguieron caminando en caravana tras el guardaespaldas, se sentía como si transportaran algo que no pertenecía a este planeta, como si cualquiera de los tres daría su vida por proteger al chico de piernas eternas y ojos jade.

Fashion of his love » l.sWhere stories live. Discover now