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—¡Jeon Jungkook!

Se tambaleó en su asiento al escuchar la voz de su amiga de la infancia. Habían coincidido en el supermercado, ambos se encontraban comprando así que a Jungkook se le ocurrió la gran idea de comprar juntos e ir por un helado, sólo para recordar los viejos tiempos.

Él había comenzado a contarle acerca de su situación con la chica anónima. De lo curioso que se sentía al respecto y de lo mucho que le gustaba recibir mensajes de ella.

A pesar de haberse distanciado un poco de Hyeri, aún le guardaba un enorme cariño y una gran confianza, producto de todos los años de niñez en los que habían sido como uña y mugre.

—Uh, perdón.

La chica rió levemente, arrugando la nariz con gracia—No te disculpes, es divertido ver cómo te pierdes en la nada—comió un poco más de su helado, esbozando una enorme sonrisa al recordar como ella siempre lo sacaba de sus trances, ahora era más calmada, antes solía apretarle las mejillas con fuerza mientras lo llamaba. Cuando era pequeño le costaba demasiado trabajo prestar atención y ella siempre lo ayudaba en eso. Le alegraba estar pasando un tiempo de calidad con Hyeri—Me estabas contando,eh, ¿entonces no quiere decirte quién es?

Jungkook soltó un largo y pesado suspiro, asintiendo—Exacto. De verdad quiero saber quién es, siempre me hace sonreír y tiene una forma peculiar de expresarse que hace que quiera conocerla aún más, pensándolo bien tú y ella tienen eso en común. Llevo dos meses intentando descifrar quién es, pero no encuentro nada, ¡absolutamente nada! Es tan frustrante.

—Oh, vamos Jungkook, estoy segura de que debe tener sus razones, ¿no has pensado en lo difícil que es para una chica confesar sus sentimientos? —puso su mano en el hombro del chico, dándole una mirada comprensiva.

—¡Pero ya me ha dicho que está enamorada de mi! No necesito que lo repita —contestó, a punto de jalarse el cabello —Quiero conocerla. Necesito hacerlo. Y ella sigue diciendo que me voy a arrepentir cuando lo haga, ¡tonterías!

Hyeri apartó la mirada y comió de su helado—Dijiste que te dio una pista, ¿no?

—¡206! ¿Cómo voy a encontrarla si lo único que me ha dado es un número? —gruñó— Se supone que cuando amas a alguien quieres estar cerca de esa persona, ¿no es así?, pues con ella es todo lo contrario. Me ama pero no quiere estar cerca de mi—se sintió un poco mal al ver el rostro abatido de la castaña. Llevaban bastante tiempo sin hablar y, en vez de preguntarle cómo se encontraba, la había asaltado con sus problemas amorosos.

No se arrepentía de habérselo contado, confiaba en ella de una forma ciega. Desde pequeños solían contarse secretos, secretos que simplemente alimentaban aquella relación de confianza entre ellos. Inclusive los enumeraban, para hacerlo aún más divertido.  Secreto 1, Secreto 2... Jungkook había perdido la cuenta, eran demasiados como para recordarlos, así que ambos tenían una libreta especial para ello. En esos momentos la libreta se encontraba bajo la custodia de Hyeri.

Aquellos secretos nunca debían de contarse, y hasta la fecha, ambos habían mantenido la regla.

Un momento, ¿sus problemas con la chica anónima se consideraban amorosos?

Aún había demasiado para pensar.

—Hyeeeeeri—canturreó él, con un intento de voz tierna, posicionándose a su lado y poniendo sus manos en su rostro. Una gran idea había llegado a su mente y sin duda su amiga podría ayudarlo.

—¿Por qué siento que estás a punto de pedirme algo?—cuestionó ella, frunciendo el ceño. Jeon siempre actuaba así cuando quería pedirle algo.

—Si me ayudas prometo darte tutorías para que no vuelvas a reprobar aritmética.

—¿Cómo sabes que...?

—Soy el presidente de la case, lo sé todo—el chico alzó su pecho con orgullo, lanzando un guiño a la castaña— Realmente apestas con los números.

Hyeri bufó, rodando los ojos y enfocando su vista en el castaño a su lado— ¿Qué quieres, exactamente?

Jeon esbozó una gran sonrisa, fijando su mirada en los ojos de la chica. Estaba a punto de pedirle un gran favor, y estaba seguro de que, como siempre, la chica haría su mayor esfuerzo para ayudarlo.  Así había sido siempre, si alguno necesitaba ayuda, el otro acudía al rescate.

Ese era el tipo de relación que solían tener, y a Jungkook no le molestaría recuperarla.

—Ayúdame a encontrarla.

206; jjkWhere stories live. Discover now