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38; capítulo final

C a p í t u l o   F i n a l

Se acomodó en su pequeño sillón café al escuchar el molesto sonido del timbre y rogó internamente que no fuera nada importante.

Seguramente era el cartero.

Y realmente no tenía ganas de levantarse.

Si, Hyeri había estado acostada en el sillón toda la mañana de ese sábado, no tenía ganas de moverse, ni de comer, ni de existir.

Le hubiera gustado controlar el tiempo.

Soltó un pequeño gruñido al escuchar que el timbre seguía sonando con insistencia, ¿qué no pensaba parar?

Podía simplemente fingir que no había nadie en casa o levantarse a atender.

Soltó un largo suspiro mientras se levantaba de su cómodo asiento y se dirigía a la puerta.

—¡Ya voy!— gritó cuando se encontraba a dos metros de esta. Escuchó un fuerte ruido y frunció el ceño.

La castaña abrió la puerta con desgana, y es que realmente no tenía ánimos de nada, absolutamente nada.

No desde el día anterior.

Si, quizás no debió haber corrido, debió haberse quedado y haberle explicado todo a Jungkook.

Quizás simplemente estaba exagerando todo como siempre, pero no podía evitar pensar que había arruinado su amistad con el castaño.

Rayos, realmente necesitaba hablar con él.

Se merecía escuchar de sus propios labios una disculpa.

Una pequeña caja se encontraba en el suelo, era una vieja caja de zapatos y tenía pinta de haber pasado por demasiado en su existencia por lo desgastada que se encontraba. Con curiosidad, se hincó en el suelo y abrió la caja, encontrándose con aquella vieja libreta que significaba tanto.

Había algo más en la caja, era una pequeña hoja de papel con algo escrito.

Sintió su corazón apretarse al ver aquella desordenada caligrafía que tanto conocía, aquella caligrafía que era parecida a jeroglíficos y que tardó demasiado tiempo en lograr comprender.

"Ve a la página 207."

Con rapidez, y sin saber por qué sus dedos temblaban tanto, abrió la desgastada libreta y se dirigió a dicha página.

Tapó su boca con su mano al darse cuenta de que había algo escrito ahí, algo que ella, definitivamente, no había escrito.

Secreto 207: Tengo un secreto, uno que he guardado por mucho tiempo.

Estoy enamorado de mi mejor amiga.

Si, de Hyeri.

Lo he estado desde hace años.

Desde que decidí enviarle cartas tontas cuando teníamos diez años y nunca me atreví a decirle que me parecía la niña más linda que había visto en su corta vida. Desde que creyó en mi cuando nadie más lo hizo e invirtió su tiempo y esfuerzo en ayudarme a ser alguien en ésta vida. No tenía nada y aún así nunca le importó soportar los comentarios que venían acompañados de ser la amiga del niño "nuevo y bueno para nada". Siempre he querido agradecerle por ser como una flor, delicada y llena de luz, la flor más hermosa de mi vida.