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—Van a trabajar en equipos de tres para este proyecto en conmemoración a sus años de estudiantes y, por ser el último de su último año, dejaré que ustedes escojan a sus equipos. Espero buenos resultados. Nos vemos la próxima semana.

Hyeri dejó caer su cabeza en su pupitre al ver cómo el profesor abandonaba el aula de clases.

El proyecto era simple: Buscar recuerdos y memorias importantes que habían sido creadas en la institución para después exponerlas como un trabajo de despedida.

Le quedaba poco para ir a la universidad.

Pero eso ya lo tenía resuelto así que no quería pasar el resto de sus días como estudiante de preparatoria pensando en la universidad.

Levantó la cabeza al sentir unos pequeños golpecitos en ella y se encontró con dos castaños emocionados frente a su pupitre.

—¿Cómo vamos a hacer nuestro proyecto? ¡Podríamos actuar! —propuso Taehyung con una sonrisa.

— No me gusta la actuación, Hyung.

—Ni mi giisti li ictiiciin, Hying.

—¿Quién les dijo que voy a hacer mi proyecto con ustedes? —comentó Hyeri, tratando de actuar un poco. Claro que quería hacer su proyecto final con esos dos tontos, de eso no había duda. Uno era el mejor amigo del que estaba enamorada y otro era simplemente alguien que había entrado en la categoría de mejor amigo con la mayor facilidad del universo — Ya tengo equipo.

Ambos chicos se quedaron callados inmediatamente y sus rostros se volvieron serios.

La castaña frunció el ceño, claramente esa no era la reacción que esperaba.

Pensaba que esa broma haría que ambos comenzaran a hacerle berrinches y a reclamarle lo pésima amiga que era, pero no.

No estaban haciendo nada.

—Uh, chicos, yo en realidad estaba brom--

—¿LA ESCUCHASTE, JUNGKOOKIE? ¡FUE HILARANTE!

El sonido de las estruendosas carcajadas de ambos chicos la hicieron cruzarse de brazos y rodar los ojos —¿Qué es lo gracioso, par de babosos?

— Que pienses que estás autorizada para hacer equipo con alguien más, no lo estás, y mucho menos con chicos —contestó el mayor antes de encogerse de hombros, mirándola con un rostro burlón y las cejas levantadas.

—Estoy autorizada.

— No, no lo estás. Taehyung y yo somos los únicos chicos con los que puedes convivir, todos los demás son perros inmundos, ¡inmundos! —espetó Jeon en un pésimo intento de aegyo, tomándola del rostro con ambas manos y haciendo un puchero.

—¿Perros inmundos? Yo... ustedes dos son cómo unos bebés.

Ver a Jeon Jungkook así era algo realmente ... extraño.

Pero lindo.

Algo realmente lindo.

Y la castaña tuvo que morderse la lengua y tratar de pensar en otra cosa para no empezar a babear por lo enamorada que se encontraba.

Sólo por si lo habían olvidado.

Hyeri amaba a Jeon Jungkook con cada célula de su cuerpo.

—Volviendo al tema, ¿qué recuerdos podemos utilizar? —preguntó Taehyung distraídamente mientras jugaba con un hilo en la manga de su camisa.

—¡Hyeri! ¡Podemos buscar en nuestra libreta de secretos y así vamos recordar varias cosas! —susurró Jeon en el oído de la chica con entusiasmo, aprovechando la distracción de Taehyung.

—¿Q-Qué? ¿Aún recuerdas e-eso?

—¡Por supuesto! Ah, olvidé decírtelo, la tomé de tu cuarto el otro día, planeo leerla toda después.

La cara de Hyeri perdió por completo todo su color y sus manos comenzaron a apretar el asiento de su silla con fuerza.

Jungkook tenía la libreta de secretos.

La libreta con su secreto.

Estaba arruinada.

206; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora