epílogo;

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—¿QUÉ? ¿PLANEAS DEJAR LA HISTORIA HASTA AHÍ?

Taehyung rió y acarició la cabeza de los pequeños que se encontraban acostados con la cabeza en sus piernas. Le sorprendía lo cómodo que seguía siendo ese sillón café.

—¡Es necesario! La otra parte de la historia ya la conocen: Jungkook y Hyeri van a la universidad, se gradúan, se casan y tienen dos hijos feos y apestosos.

—¡Tío Taehyung! ¡Yo no soy apestosa! ¡Ni fea!

—¡Yo tampoco! ¡Soy guapo como mi papá!

El castaño rió y estiró los brazos para cruzarlos sobre su cabeza. El pequeño Tae tenía razón, era exactamente igual a su padre.

Si, aquel niño de 9 años se llamaba Taemin, Taehyung casi se puso a llorar cuando sus mejores amigos le dijeron que llamarían a su primer hijo así en honor a él.

¿Dije casi?

Corrección.

Lloró como un bebé.

Igual estuvo semanas insistiendo en que nombraran a su hijo Taekook, pero Jungkook se negó.

— Así es como nos llama Hyeri cuando dice que serías el único con el que me compartiría. Definitivamente no le pondremos así.

Bah, tonterías.

—¿Qué más quieren saber, mis pequeños saltamontes?

La pequeña de 8 años sonrió, mostrando el enorme hueco que tenía en su dentadura debido a que había perdido dos dientes de leche y lo señaló.

— ¿Cómo descubriste que mamá era la chica anónima?

El castaño sonrió y asintió— Pero eso será todo, después irán a dormir. Sus padres van a matarme si saben que no están dormidos a esta hora en un martes. Mañana tienen clases y yo, como buen y responsable tío, tengo que asegurarme de que se tomen sus estudios en serio.

El pequeño Tae movió la mano en el aire, restándole importancia— Están en Busan, dijeron que llegaban en la madrugada, así que no te preocupes.

Soltó una risilla y comenzó a pensar en el momento en el que descubrió que Hyeri era la chica que le mandaba cartas de amor anónimas a su mejor amigo— Fue un día que madrugué para llegar a la escuela...

Taehyung frunció el ceño al llegar a la escuela y notar que no había prácticamente nadie en ésta. Podía jurar que eran las 8 de la mañana, o ¿acaso habían anunciado que no habría clases y él no se había enterado?

Sus dudas se disiparon al ver a una castaña entrar a la institución con la vista clavada en un sobre de papel.

Estaba seguro de que la había visto antes, pero...

¡Cierto! Era Hyeri, la chica que Jungkook siempre estaba mirando y con la que había sido castigado en historia.

Sonrió, alegre de tener a alguien con quien poder platicar en lo que comenzaban las clases.

Caminó atrás de ella, prácticamente pisándole los talones, preguntándose hacia dónde se dirigía. Se escondió detrás de una columna al verla detenerse frente al casillero de su mejor amigo y su mandíbula se cayó al suelo al verla introducir aquel sobre color amarillo.

Oh. Por. Dios.

—¡Eres tú!

La castaña ahogó un gritó y se estampó con fuerza contra los casilleros debido a lo nerviosa que se encontraba— Y-Yo... e-eh...

Taehyung chasqueó la lengua y levantó una ceja con diversión.

Te he pillado, Hyeri.

— No me lo hubiera imaginado nunca. Honestamente, no pensé que la chica anónima de Jungkook fuera alguien tan bonita.

Hyeri frunció el ceño mientras sus mejillas adoptaban un tierno color rosado que hizo que Taehyung se sintiera con la necesidad de ayudarla—¿Gracias?— él solo sonrió más, achinando los ojos y mostrando su sonrisa cuadrada— Tengo que pedirte un favor, Tae... Jungkook no puede ente--

— Tranquila, no voy a decir nada. Tu secreto está a salvo conmigo.

Caminaban por los pasillos de la escuela a paso lento.

Hyeri preguntándose qué hacía el chico en la escuela a esa hora y por qué seguía pegado a ella.

No le molestaba, claro que no.

Pero, bueno, era Kim Taehyung.

Tenía una política de ignorar a las chicas del instituto para ahorrarse situaciones incómodas, rara vez lo veías hablando con alguna y, cuando llegaba a salir con una chica, el primer requisito era que no estudiara con él, pero ahí estaba, caminando con ella.

Quizás porque no había nadie en el instituto que los viera.

—¿Por qué no llega nadie?— preguntó extrañado.

— Porque recién dan las siete de la mañana.

—¿QUÉ?

Hyeri rió y corrigió al chico, explicándole que quizás había leído mal su reloj y, en efecto, así había sido.

A partir de ese día, Taehyung simplemente aparecía, la ayudaba, aconsejaba y hacía reír.

Y, poco a poco, se había vuelto indispensable en su vida.



— Y así fue como descubrí que su torpe madre estaba enamorada de el narizón de su padre y ella y yo nos volvimos amigos, pequeños.

Los niños cerraron los ojos repentinamente, cosa que hizo que Taehyung se extrañara.

—¿Qué les pasa? ¿En dónde quedó su espíritu de rebeldía para dormir temprano? Sus padres no están— dijo mientras agitaba con ambas manos los cuerpos de sus pequeños sobrinos.

—¿Torpe madre?

—¿Narizón?

Dio un pequeño brinco en su lugar al ver a Hyeri y Jungkook en el umbral de la puerta con los brazos cruzados y caras de incredulidad. Sonrió, como haciéndose el que no sabía nada, y cerró sus ojos, fingiendo estar dormido.

Una carcajada salió de los labios de Jeon mientras abrazaba a Hyeri, besando su cabeza y acercándose a su oído— Este es uno de esos momentos en los que siento que no puedo ser más afortunado. Te tengo a ti, a nuestros hijos y al grandioso mejor amigo que deja que nuestros hijos duerman hasta tarde mientras les cuenta nuestra historia y se burla de mi nariz.

Hyeri asintió, totalmente de acuerdo.

Era real y genuinamente feliz.

Y no podía estar más agradecida por ello.

206; jjkWhere stories live. Discover now