Incidente Inesperado

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Había pedido la pista para la mañana, pero no se sentía cómodo con tan solo aquello, en el último tiempo quizás se estaba sobre exigiendo pero el entrenamiento normal no le estaba bastando (Al menos eso era lo que creía) por suerte le habían dicho que por la noche había quedado un espacio libre de uso, así que valdría la pena darse una segunda vuelta por la pista aunque fuera tan tarde en la noche.

Ciertamente el frío se hacía sentir a esas horas, aún más en aquel lugar, estando en la zona de los lockers podía sentirse la temperatura que había afuera y sabía que quizás salir con la chaqueta por el momento no sería mala idea.

Ignoraba un poco el ambiente "silencio", con los audífonos puestos, escuchado una melodía tranquila, salió caminando directamente hacia la pista, encontrándose una gran sorpresa cuando estuvo cerca y alzó la vista.

Seung-Gil siempre había pensado que la sensación que Phichit desprendía durante sus rutinas era cálida, algo brillante y que sin dudas tenía su propio toque especial pero... el verle en aquellos momentos era distinto. El tailandés había perdido todo rastro de aquella luz cálida, su figura cabizbaja, la manera en la cual se movía en la pista, toda la energía que siempre irradiaba ahora era algo más pulcro, delicado y lento.

Por mala suerte y gracias al brillo de la luz chocando contra el hielo no podía ver con claridad la expresión del mayor, aun si cubría un poco sus ojos con su brazo no era capaz de hacerlo, aunque tarde o temprano se acostumbraría a la luz para poder contemplar mejor lo que ahí pasaba.

O eso tenía planeado porque de un momento a otro eso se vino al piso y vaya de qué forma. Phichit había saltado y había terminado cayendo dándose un duro golpe contra el hielo. Seung-Gil pensó que se levantaría pero parecía que no lo haría y mucho menos parecía moverse.

Quitó el protector de las cuchillas de sus patines para avanzar con velocidad hacia el moreno aunque este se movió e intentó levantarse cuando estuvo cerca. Al parecer solo había sido un golpe más duro de lo normal.

Suponía que no estaba de más preguntar.
-¿Estás bien? –Aunque como siempre sonó algo seco y desinteresado.

-¡¿Cuándo llegaste?! –Ese grito aturdió un poco al coreano, pero había llegado de la nada y Phichit estaba realmente sorprendido, lo entendía- Ah, estoy bien, lo siento ¿Te asusté? –Preguntó mientras le daba una pequeña sonrisa.

Quizás era imaginación suya, puede que así sea pero al verlo a los ojos le pareció notar que el tailandés había estado llorando, claro que aquello no era de su problema pero sentía un poco de curiosidad.

-Hace un momento y no, pero ya que no te movías...-

-Ahaha, en verdad lo lamento, aunque me dolió mucho esa caída por eso no quería moverme-.

-Fue porque no estabilizaste tu cuerpo en el salto -Y podía agregar otras cosas, pero se desconcentró por completo en el momento que notó cómo la nariz del mayor comenzaba a sangrar.

Generalmente no hacía algo así con nadie, pero Phichit tenía ese aire de un perrito adorable al cual daban ganas de cuidar (Aquellos que son algo ruidosos pero lindos y cariñosos ¿Quizás un Pomerania?) por eso fue que sacó un pañuelo de su bolsillo para ponerlo sobre la nariz del tailandés e intentar parar el sangrado. Claro que la reacción inmediata de Phichit fue reclamar por el dolor que tenía en esa zona y cerrar sus ojos, los que se llenaban de pequeñas lágrimas.

-¡Ah, duele, no aprietes! –El mismo tailandés podría reír de lo divertido que sonaba su voz pero el dolor y la extrañeza del momento era lo que evitaban que lo hiciera – Seung-Gil, por favor...-

-¿Por favor, qué? Solo te estoy ayudando-.

-Lo sé pero duele, además me estoy congelando –Porque aunque había tratado de levantarse por si solo del hielo, el mareo tras el golpe aun lo tenía algo inestable y Phichit no se arriesgaría a caer una vez más.

There He Is (SeungGilxPhichit)Where stories live. Discover now