El Diario Amoroso De Una Papa.

Decir Adiós.

2 son las lágrimas que suelto cada vez que veo sus fotos. Una por cada hijo que quiero tener contigo. 

Una por cada mil vidas que quiero vivir contigo.

Una por cada infinito ojo que tienes.

Una por cada segundo que me costó enamorarme de ti.

¿Debería quedarme? ¿sería un pecado? No puedo evitar enamorarme de ti...

Eres lo primero que me viene a la mente en las mañanas y eres mi pensamiento infinito, porque incluso dormida sueño contigo.

Dime algo...me estoy dando por vencida contigo... y sé que eso sólo te haría mejor y eso duele...

Te dije que quería ser tu novia. Me preguntaste por qué. Te di 3 minutos de razones. Te "dejé sin palabras". Mejor patéame la cara y dime que no me correspondes. Me ayudará a poder decir adiós más fácil...

Es que no te quiero dejar. Nunca. Tus brazos son ahora lo que más me anima a seguir...pero...Pero entonces necesito que me digas qué es lo que quieres. ¿Quieres que me vaya? dímelo. Deja las cosas claras porque...quiera o no...estoy a tu merced y haré lo que me pidas. 

Siempre es difícil decir adiós..peor aún cuando no quieres, pero el problema no es dejarte ir, si no que nunca te tuve. 

Hice mil cosas para que me quisieras, para que te dieras cuenta que como yo no hallarías a nadie más...Pero tal vez tú sí eres el amor de mi vida y tal vez yo llegué tarde a la tuya.

Y pude haberte dicho "no sé qué será de mi, pero te quiero ahí", pude haberte bajado la luna y pude haber hecho mil y un cosas por mantenerme a tu lado, pero tú elegiste y hasta me pusiste fecha de caducidad.

Tu sonrisa venía con la fecha vencida y fue como tomar leche echada a perder y aguantarme los grumos y el sabor agrio porque según yo "todavía estaba buena".

Cásate, ten hijos, la casa de tus sueños y miles de perritos. Yo sólo llegué...ahora sí que nomás para contar la anécdota.

Te amo.