Capítulo 8

1.8K 187 11
                                    

Miré nuevamente el restaurante, mordí mi uña del dedo pulgar y decidí entrar.

Tomé unas gafas de sol y un libro.
Caminé y entré al restaurante, me senté en una mesa de la esquina, crucé mis piernas y comencé a leer.

—Hola lindura— «la misma voz, esa misma voz que hace algún tiempo ya no escuchaba.» No aparté la vista del libro, aunque por dentro me moría de ganas de mirarlo

—¿Qué quieres?— dije fría.

—Nada, sólo vine a saber cómo te llamas.

—Tu manera de coquetear me da asco y risa a la vez— cambié de hoja.

—Mirarte a ti me provoca atracción y excitación a la vez.

—Patán.

—Lindura— cerré el libro y finalmente lo miré.

Se veía diferente, su cabello estaba más largo de lo que recordaba, su sonrisa siempre provocaba que unos hoyuelos aparecieran pero éstos estaban acompañados con un poco de barba.

Le sonreí —Debo de irme, simplemente no puedo seguir soportando tu estupidez— el rió

—Maldición, eres una chica difícil.

—Y tú eres un idiota que no sabe apreciar a una chica— miré detrás de él y la misma chica que me había roto más el corazón se encontraba de pie, sorprendida y furiosa a la vez.

Me levanté de la silla y caminé hacia la puerta.

—Espera— Shawn tomó mi brazo —¿Me dirás tu nombre?

Lentamente me quité los lentes y miré fijamente a Maureen, su cara delataba miles de emociones.

—¿Por qué no se lo preguntas a Maureen? Ella sabe mi nombre.

Shawn me miró confundido, rápidamente salí de ahí y subí a mi carro. Él salió agitado.

—¿Lilith?— dijo mirándome, lo miré atenta y antes de que se acercara más arranqué el carro.

Una sensación de nerviosismo y adrenalina recorrían mi cuerpo, volver a verlo había sido extremadamente asqueroso y pensar que llegué a sentir algo por él me hacía sentir enferma.

Thomas me había dicho que conocía a alguien que podía rentar su apartamento, me dio la dirección de aquella persona y era ahí a donde me dirigía.

Estacioné el carro frente a unos apartamentos, una chica se encontraba ahí.

—Eh, hola, soy... — hablé

—¡Eres Mandy! Hola, yo soy Elissa.— me interrumpió  —Te mostraré mi apartamento. Y no te preocupes por el dinero, Thomas ya me ha pagado.— Sonreí.

Elissa me llevó a la planta baja, era lindo y pequeño pero estable.

—Gracias Elissa.— hablé y dejé mis maletas en una esquina.

—No hay de qué, cualquier cosa, molestia o lo que sea, házmelo saber.

—Claro, y por cierto, no dejes que Thomas te siga pagando. Yo lo haré.

—Supongo que está bien— Elissa me entregó unas llaves y se fue.

Saqué mi celular y le marqué a Thomas.

—¿Hola?— dijo él

—Hola

—Lilith, ¿qué pasó? ¿Todo bien?

—Si, ya estoy en el apartamento. ¿Por qué no me dijiste que lo pagaste?

—Oh, eso, sólo lo hice.— podía escuchar la diversión en su voz

—No voy a permitir que lo sigas haciendo. Y te daré lo que le diste a Elissa.

—Ay, Lilith, ¿tiene algo de malo que lo haga?

—Si, no quiero que te hagas cargo de mi. No soy una niña

—No eres legal todavía.

—Ya cumpliré los veintiún años. Y seré legal.

—Pero por lo mientras no, no quiero que te falte nada. Me preocupo por ti...

—Entiendo, sólo debiste de avisarme.

—Está bien, lo siento. Pero seguiré pagando de todas maneras.— sabía que era difícil hacerlo cambiar de opinión.

Reí —Hazlo entonces.

—Bien, ¿qué tal te fue? ¿Viste al cabrón ese?

—Si, me coqueteó.

—Genial, no te reconoció, tal vez el plan...

—No, creo que lo jodí. Me reconoció, o al menos lo dudó.

—¿Qué hiciste?— él estaba en alerta

—Mencioné a Maureen, y eso lo hizo dudar.

—Maldición, bueno, no es seguro que te haya reconocido. No la vuelvas a joder.

—Entiendo.

—Genial, nena, me tengo que ir. Buena suerte, mocosita.— rió, hice lo mismo

—Maldito hijo de...— y me colgó, eso me hizo sonreír más.

~~~~~~~~~~~~~~

Comenten si les va gustando, o si no han entendido muy bien, pregunten y les respondo cualquier cosa. Me encanta leer sus comentarios.

Besitos en sus colitas xD jajaja.

Contigo o sin ti... (#2)Where stories live. Discover now